K.T
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.Tuve padres muy estrictos, desde la más tierna infancia y especialmente en mí adolescencia, se encargaron de alejarme de cualquier posible chico, joven y hombre que pudiera enamorarme.
Cómo verán no todos los padres son perfectos y desequilibrarse y ser controladores es muy sencillo. Lo cierto es que pude tener un par de novios a escondidas, pero, huían al descubrir las dificultades que extrañaba al estar conmigo. Hasta que al entrar en la Universidad conocí a mí supuesto amor indestructible, por así decirlo. Me aleje de mis padres con el fin de tener un lindo amorío con el, al final me dejó por qué temían por mis "padres". Sólo era una excusa para irse con su amante, se fue de la universidad y no volví a saber más de ese chico. Y gracias a eso con el tiempo deje de creer en el amor, si muy cliché, pero tiene que pasar para recién confirmar que no vendrá el amor por un largo tiempo..
Pero
¿No se supone que por amor lo sacrificas todo?
Lo hice y terminó muy, muy mal. En fin el daño estaba echo, los chicos me revoloteaban, me divertí con algunos en la fiesta de mi facultad,incluso salí un tiempo con un compañero de mí trabajo de medio tiempo, pero al final sabían que no estaba sacrificando todo por amor.
Hasta que lo conocí, era un joven tímido que visitaba el café que yo trabajaba con barista. Siempre pedía un café cargado con baja azúcar, y al recibirlo se escurría hasta el fondo del lugar, donde una mesa solitaria y pequeña lo esperaba. Por alguna razón, nadie quería sentarse ahí, ni siquiera las parejas. Con el paso del tiempo intercambiamos más de diez palabras. Me intrigaba ese chico, tan misterioso y retraído, podría decir que incluso me atraía. Así que colé mi número en la factura de su café y esperé su llamada.
Había pasado un mes y recibí su llamada, me confesó que le había tomado tanto tiempo por qué pensaba que era inalcanzable, que habían algo en mis ojos, una barrera que nadie podría derribar, pero se había atrevido y quería una cita conmigo.