Capítulo once

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Desde aquel beso las cosas habían cambiado un poco.

Seungmin quería más, su corazoncito le pedía que le dieran tantos mimos y cariño como jamás le dieron.

Además, Christopher le había curado los celos.

O más bien, Channie.

Seungmin descubrió que "Channie" era una manera única y muy linda de llamarlo, además que solo lo utilizaría él mismo.

Era su apodo especial para su querido humano.

También, Seungmin se encontraba demasiado feliz porque ya no moriría de celos, agradecido porque su dueño ya lo había salvado dos veces.

Por parte de Christopher, él también sentía algo como su gatito.

Cada vez que encontraba aquellos lindos y brillantes ojitos mirarlo no podía evitar sonreír, y su pecho se inflaba en una sensación extraña que no podía definir con exactitud.

Se había acostumbrado a darle besitos a Seungmin, aunque ahora parecían significar algo más, porque causaba que los corazones de ambos se aceleraran, aunque sea un pequeño beso sobre su cabeza antes de dormir, o ir a la universidad, o incluso a hacer las compras, esa sensación se quedaba en su pecho.

Seungmin ronroneaba más que antes, aunque lucía avergonzado de hacerlo, ya que se quedaba con las mejillas enrojecidas y la mirada baja un largo rato, hasta que Christopher iba junto con él para hacerle mimos y sonreírle.

Pero el principal cambio se daba cuando era la hora de dormir.

La cama de Christopher era amplia, de tamaño matrimonial, y ambos dormían allí, pero nunca habían tenido tanto incomodidad como la que sentían luego de aquel beso.

Ambos querían más.

Y ninguno quería aceptarlo.

Seungmin tenía miedo de ser insistente con el tema de los mimos, pero el insomnio no lo abandonaba, y su cola se movía con violencia debajo de las sábanas por lo irritado que se sentía.

Así que tímidamente se giró un poco para hablarle a su dueño.

— Channie...

—Mjm.

— ¿Pu-Puedo... Acurrucarme?

— ¿Mmm?

—¿... A tu lado?

Christopher se removió un poco, girándose para ver con ojos cansados a su lindo minino, quién permanecía de espaldas a él pero que miraba tímidamente sobre su hombro.

— ¿Quieres venir más cerca mío?— preguntó el pelinegro, notó a Seungmin asentir—. Claro, ven— murmuró, volviéndose a acomodar sobre la cama, cerrando los ojos.

Escuchó a Seungmin moverse, acercándose hacia él, luego abrió un poco sus párpados para mirarlo.

El chico debía estar ruborizado, por más que no veía bien en la oscuridad, lo notaba, por la forma de bajar la vista y de apretar su cola entre sus manos.

A pesar de que quería que el híbrido se acercara más, se mantuvo a unos cuantos centímetros de su cuerpo, lo suficiente para sentir su calor corporal pero no tanto como para tocarse.

Seungmin seguía insatisfecho, frunció un poco los labios, tenía un miedo extraño de ver a Christopher.

Seguía estando lejos para su gusto.

Tartamudeando un poco por la vergüenza, sin querer insistir mucho, volvió a hablar.

— Ch-channie-

— Ah, Minnie— lo interrumpió el castaño, y para sorpresa del minino, el chico se giró para pasar un brazo sobre su cuerpo, mientras con la otra mano acarició suavemente su mejilla.

Las orejas de Seungmin se alzaron de golpe abriendo sus ojos enormemente.

De nuevo, esa sensación cálida que le había dejado el beso, volvió a su pecho, y comenzó a ronronear bajo.

Chris sonrió al sentir ese lindo sonido con esa cómoda vibración proveniente de su gatito.

Seungmin sintió su rostro caliente, Christopher estaba muy cerca, le estaba sonriendo muy bonito y muy cerca.

Sintió sus labios palpitar, pidiendo aquel contacto de nuevo.

— Ch-chan-nie— tartamudeó, temblando un poco con nervios.

— ¿Si, gatito bebé?

— P-Pu-Puedo...— se mordió el labio con fuerza.

Sentía su corazón tan agitado que ya ni podía hablar bien.

Bajó su mirada con vergüenza, su ronroneo se detuvo y apretó su cola entre sus manos al punto de hacerle doler.

Christopher abrió sus ojos con preocupación, inclinó su rostro hacia el de Seungmin, lo suficiente para que sus frentes de tocaran.

— ¿Qué pasa, Minnie?

El gatito negó, quiso apartarse, pero no lo hizo.

Christopher mordió su labio sin saber qué hacer.

En un intento al azar, creyó hacer lo único que podía ayudar.

Alzó el rostro de Seungmin con delicadeza, inclinándose hacia él para unir sus labios.

De nuevo miles de sensaciones comenzaron a recorrerlos.

Movió sus labios de forma suave, delicada, sintiendo los torpes movimientos de Seungmin que intentaban imitar los suyos, sonrió un poco.

Escuchó a Seungmin comenzar a ronronear otra vez, el gatito abrió su boca para dejar paso a la lengua de Christopher, como aquella vez, quien primero lamió el labio inferior del híbrido, como si pidiera permiso, antes de entrar en su cavidad para adueñarse de todo.

Sin querer, Seungmin jadeó un poco, pero fue callado por el beso.

No fue un beso como el anterior, este era mucho más tranquilo, mucho más cariñoso y cálido, y sólo duró lo que sus pulmones aguantaron.

Al separarse, Seungmin ronroneaba fuertemente, miró con sus brillantes y pequeños ojos a Christopher, sus ojitos estaban algo húmedos, aunque no supo el por qué, ya que de lo que menos tenía ganas era de llorar.

Con una sonrisa, el pelinegro acomodó a Seungmin más cerca de su cuerpo, con su rostro descansando sobre su pecho mientras sus brazos lo rodeaban, en un cómodo y lindo abrazo.

Y así, finalmente, ambos pudieron dormir.

BAD LUCK - SEUNGCHAN / CHANMIN (adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora