OMEGAVERSE. TERMINADA
*primera parte terminada*
JiMin es un Omega, lujurioso e apasionado, fue criado toda su vida en un prostíbulo y el creyó que ese era su futuro, pero... ¿que pasará cuando conozca a su destinado?
quizás el amor rompa barreras...
Todo estaba decidido, todo estaba planeado, por más dolor que esto pudiera causar tendrían que hacerlo, era lo correcto, ante tal situación.
Alfa y Omega tenían el corazón roto, esa era una herida que nunca sanaría, habían criando y amado a Min SoYoon con su vida, al igual que a sus otros hijos, y hacer lo planeado era doloroso, pero... La familia era lo más importante, y mantenerla a salvó era el único objetivo, lastima que quién amenazase la paz fuera uno de sus integrantes.
YoonGi llevaba días cazando a SoYoon, la estaba buscando hasta debajo de la tierra y es que él y JiMin sabían que ella era astuta, sabía cómo ocultarse y como atacar, ellos mismo se lo habían enseñado y ahora les estaba jugando en contra.
Nadie, absolutamente nadie mas que Namjoon y Jungkook sabían lo que estaba pasando, ninguna otra mafia sabía, todo estaba siendo bajo perfil, YoonGi no quería que nadie se enterara de la traición de su hija, porque eso los volviera un blanco para muchos, así que nadie estaba enterado.
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SoYoon estaba escondida en una bodega a las afueras de Seúl, ella creía que había cientos de hombres buscándolo, creia que a estás alturas su padre ya le había puesto precio a su cabeza.
Y apesar de estar sola, no estaba ni un poco arrepentida, por el contrario, estaba dolida de no haber podido matar a todos el día del atentado, deseaba con todas sus fuerzas que su hermano mellizo SonJi estuviera muerto, así sería uno menos por matar más adelante.
Ella estaba segura de que iba a poder con su cometido, tenía un buen aliado a su disposición, quien la había ayudado desde un principio y estaba cerca de los Min más de lo que nadie creía.
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—¿De verdad van a ser algo así?.— pregunto Namjoon consternado por la situación.
— si, no voy a dejar que nadie más lo haga.—respondio YoonGi con la mirada perdida.
El alfa ya no era el mismo, desde el atentado, su hija se llevó su felicidad con la traición.
—YoonGi piénsalo, pueden hacer otra cosa, joder!! Esto es una locura.— dijo Jungkook.
— ya está decidido, lo haremos nosotros.— interrumpio JiMin entrando en la habitación.
Porque no solo lo entendían, cada pregunta, cada reproche hacia la situación más difícil para YoonGi y JiMin, ellos tenían claro que lo que iban a hacer era una atrocidad, pero era más atroz lo que SoYoon había tratado de hacer.
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