18 El Baile

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En cuanto bajamos de los autos, mi traje se sentía raramente cómodo a pesar del calor que hacía. Susan se puso a mi derecha y metió su mano en mi hombro. Todos subimos las escaleras y al entrar al salón nos deslumbró la luz amarilla que nos indicaba ya que el baile de este año estaba inspirado en euphoria. Susan y yo nos dimos una mirada cómplice, a los dos nos encantaba esa serie.

—¿Lo harás?— preguntó sin tajos mi mejor amiga en voz baja para que Derek no escuchara.

—Pues creo que no ha llegado— dije mientras examinaba rápidamente la cancha de baseball que hoy estaba iluminado con luees neón amarillas.

—¿Qué hay de comer o beber aquí?— interrumpió Derek nuestra conversación.

—Creo que ahora te deberías concentrar en bailar con Tommy— le sugerí sonriente mientras agarraba la mano de Derek y veía a Tom, que a juzgar por cómo se veía, estaba muy feliz de estar ahí. Yo llevé a Derek a presentarle algunos de mis compañeros de clase. Yo tomé de la mano a Derek y fui a presentarlo a un grupo de compañeras de mi salón de física, eran buenas chicas, inteligentes y agradables, pero supe por sus miradas que no habían conseguido pareja para el baile.
La plática no iba muy bien. Derek no tenía interés de incluirse en la plática y las chicas se sentían incómodas a más no poder, por eso se sacaron a la más pequeña oportunidad.

—¿Tenias que ser tan grosero con ellas?— reclamé a Derek y el sólo rodó los ojos.—Habló enserio Dek, ¿Harías el esfuerzo de ser más sociable por esta noche?

—Es que tenían gustos musicales muy malos.

—Dek.

—Está bien, lo haré— dijo rodeándome con sus brazos y besándome tiernamente.

—¿Me concedes esta pieza?— pregunté recuperando el aliento, haciendo una pequeña reverencia, pero no aceptó.

—¿Es enserio?— preguntó sarcásticamente, era como si se burlara de mi y estaba a punto de reprocharle su actitud de mierda, pero lo vi. Vi a Victor llegar vestido con un esmoquin negro a la medida, le quedaba fabuloso. Vi que estaba acompañado de Mía: entonces no le ha dicho nada de su sexualidad. Fue ahí cuando nuestras miradas se cruzaron por un instante y yo rompí el contacto nervioso.

—¡Chicos! Aquí están— saludó Tom alegremente poniéndose al lado de Derek y yo di un respingo.—No te asustes bro, sólo es tu amigable vecino y amigo.

—¿Qué le pasa?— preguntó Derek y yo sólo reí.

Mi celular sonó:
Susan: Victor está en el baño, es hora de pedir disculpas, envíe a Tom como distracción. Luego me agradeces 😉 Ahora corre perra, CORRE 💃

—Yo debo ir al baño— informé a mi mejor amigo y a Derek. Tom estaba haciendo un truco de magia y Derek imploraba que no lo dejara sólo con el. Yo sólo solté una carcajada.

El baño parecía ser un congelador, o tal vez sólo eran mis nervios por decir las palabras correctas, en el orden correcto. Ahí estaba Victor dándome la espalda. Parecía que no había nadie más en el baño, el levantó la mirada y me vio en el reflejo. Este era el momento perfecto:

—Hola.

—Hola— estaba realmente apenado, ni siquiera quería voltear a verme a la cara y ahí supe que las disculpas eran necesarias para su tranquilidad y la mía, después de todo fuimos amigos... Pero al final volteó.—Oye... quería decirte que leí tu carta y si te perdono— sus ojos brillaron y se notó más relajado.

—¿Lo dices enserio?

—Pero el que te perdone no cambia nada Victor— afirmé recordando las palabras de Tom. Esta era la parte difícil: poner límites claros.—Tengo novio y tú me besaste, así que debo alejarme de ti.— ahora su cara era de tristeza, pero estoy seguro de que lo va a superar, el es un buen chico.—Lo lamento.

Love, BenjiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora