A Killer Heart

3- La fiesta

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Lunes.

¿Por qué los fines de semana tienen que pasar tan rápidos?

Luca no me ha vuelto a contactar desde aquel entonces. Es lo que yo quería que el hiciera pero por alguna extraña razón no me siento bien con mi decisión. Él quería explicarme y no lo deje, y eso me hace sentir mal. Yo nunca fui de ser rencorosa con la gente pero lo que me ha hecho ese día en la hora del almuerzo, dejarme en ridículo frente a todas esas personas... No, está bien. Se lo merecía. Si quiere que lo perdone, que se esfuerce. No voy a caer en lo que sea que está jugando. Ni crea que voy a caer tan bajo. ¿Para qué después me traicione otra vez? No.

En este juego pueden jugar dos personas, Luca Forester. Y ten por seguro que voy a ganar.

Veo mi celular para saber la hora y me sorprendo al ver que es más tarde de lo que creí. –Mierda, Diana me va a matar.

-Obviamente- mi mejor amiga está parada en la puerta de mi habitación. Su expresión no es de enojo, es más como ¿juguetona?-. Deja de mirarme y apúrate, que vamos a llegar tarde.

Luego de vestirme lo más rápido que puedo, salimos corriendo hacia el auto para no llegar tarde.

Llegamos y miro el reloj del auto, –No llegamos tarde.

-¿Qué?

-Sí, mira el reloj.

-Está atrasado- me dice mientras me muestra su celular.

-Oh.

Salimos corriendo del auto.

-Vamos, Emily. ¡Corre!

-¿Qué crees que estoy haciendo?

Diana llega primero y el profesor la deja pasar pero cuando estoy llegando, la campana suena. El Sr. Montgomery es muy estricto con el horario, por lo que cuando toco la puerta, no me deja entrar.

-Déjeme pasar, por favor.

-No. Hubiera llegado temprano como el resto de sus compañeros.

-Pero...

-Pero nada. Luego pide la clase de hoy. Si sigue insistiendo, tendré que mandarla a dirección.

Yo no digo nada más y el profesor cierra la puerta para empezar la clase. Antes de irme, Diana me da una mirada de 'luego te la paso'. Entonces me voy más tranquila hacia la biblioteca.

Pero cuando llego me encuentro con Luca, que se sienta en la misma mesa que yo.

-¿Qué haces?- le pregunto aunque lo único que quiero es que se vaya.

-No te dejaron pasar al salón, eh. ¿Primera vez?

-No es de tu incumbencia. ¿Qué quieres? Si solo vienes a molestarme, es mejor que te vayas.

-Quiero explicarte lo del otro día pero no me dejas. ¿Pretendes ignorarme toda la vida?

-Sí.

-Wow, que madura- pone los ojos en blanco.

-Es en serio, Luca. No quiero excusas. No voy a creerte de todas formas.

-Bueno, al menos déjame decirlo. No tienes por qué creerme pero al menos voy a saber que dije la verdad.

-Bien, como quieras.