Felix miraba el colgante del pavo con atención, habían pasado ya tres años desde que había conseguido aquella joya.
Se había alegrado tanto por tenerla en sus manos, una lástima que las cosas hubieran acabado tan mal, aún podía ver la mirada preocupada de su madre Amely y la angustia de Nathalie, que podía asegurar que era ya la madre de su primo Adrien, podía ver preocupación en ella a pesar de no ser su verdadera madre, de ser la amiga de confianza y la asistente más eficaz que había en la mansión.
— hermano—
— Adrien, no deberías de estar practicando esgrima—
—dijiste que me enseñarlas hoy tú, no el entrenador, vamos, vamos—
Oh cierto le había prometido a el pequeño Adrien que él sería su profesor por ese día, para su mala suerte el niño podía ser muy insistente cuando se trataba de exigir su presencia.
—bien tranquilo, vamos peque- — no termino de hablar cuando el niño ya estaba corriendo, suponía para prepararse —niño desesperado—
— sabes que le emociona que seas tú quien le enseñe— oh ese gato
—pensé que estarías en la sala de entrenamiento comiendo queso plagg—
—mi portador no paraba de preguntar por ti, deberías de ser puntual— detestaba que esa criatura miniatura de un gato negro le reprendiera, ¿él hablándole de responsabilidad?
— mi señor, plagg tiene razón, el joven Adrien le encanta pasar tiempo con usted— por supuesto duzzu su pequeño kuami de pavo real tenía que unirse a la conversación —será mejor apresurarse o el pequeño vendrá nuevamente a buscarlo señor—
No quiso seguir hablando, solo asintió y camino por la gran mansión yendo a la sala de entrenamientos en la primera planta, detrás de el plagg y duzzu flotaban en silenció.
No tardo en llegar la sala de entrenamiento, ahí se encontraba su pequeño primo, no, ya no era su primo era su hermano menor ahora.—oh vamos, no es momento de arrepentirte, tú eres él causante esto— plagg le habló con rabia en su voz, su ojos verdes lo miraban con odió, no podía culparlo, tenía razón, toda la razón
—espero que estés preparado Adrien— hablo alejándose de los kuamis, mirando al niño que aparentaba tan solo ocho años de edad —iniciemos con las posturas básicas del esgrima— hablo tomando su propia espada
Empezó con las poses básicas que si bien eran simples, podían llegar a ser muy dolorosas después de unos segundos, recordaba cuando su propio padre y él de Adrien se habían juntado para decidir que deporte practicaran sus hijos, ambos coincidieron que el esgrima era el más apropiado, recordaba como él y su entonces primo practicaron juntos con la espada cada vez que se encontraban, recordaba anclar los momentos en los que podía ir a París a visitar a Adrien o aquellos momentos en los que Adrien podía venir a Londres; los dos practicando y riendo, ambos evolucionando al mismo tiempo siendo casi un reflejo del otro.
Recordaba bien esos momentos, el anhelo que ambos sentían por volverse a juntar para practicar, sabía que ahora, este pequeño Adrien sentía ese mismo anhelo, sus ojos brillantes se lo decían pero no era lo mismo para él, no, esto era muy diferente, extrañaba a su primo, si bien se habían distanciado jamás dejó de quererlo, jamás lo odió, solo estaba molesto y ahora después de todo ver a este Adrien, su hermano, le causaba un profundo dolor y no podía decirle que dejara de actuar como un niño, era un niño, no podía exigirle que recordará eso ya le había quedado claro que no pasaría y todo por su culpa, por su deseó, por haberle dado los miraculous a su tío Gabriel.
—levanta un poco más el brazo—
Trato de concentrarse en enseñarle los movimientos básicos a su ahora hermanito, pero no podía evitar frustrarse, agradecía tener el autocontrol suficiente para no arremeter contra el niño, pero es que se supone que él ya sabía todo esos pasos básicos, que ambos avanzaban a un ritmo igual, que ninguno era más inteligente que el otro, simplemente eran como dos gotas de agua; pero eso cambió cuando Emely empezó a decaer, luego Gabriel y por supuesto él mismo. Tantas malas decisiones afectando a un solo ser.
—no está mal, repite esos movimientos, tu cuerpo tiene que estar tan acostumbrado a esos movimientos que los realizarás por memoria muscular—
—sí hermano—
—solo, felix—
Hermano, no se acostumbraba a eso, eran primos, se supone que eran primos.
—no seas tan duro felix, Adrien te dice así porque te ve así—
Ambos rubios giraron a la dirección de la voz —mamá— respondieron ambos, felix no pudo evitar tensarce "tía" debían de ser las palabras que Adrien tendría que usar, pero su madre no se molestaba en corregirlo quizás por que no le importaba, porque ella podía ver al niño como un hijo, por lo que él debía verlo como su hermano.
—dejen la práctica por hoy— hablo la mujer acercándose con una gran sonrisa —quiero a mis pequeños listos para la cena, tu graaaan amiga vendrá a visitarnos felix—
—no querrás decir que tienes una cena de negocios hoy—
—oh continuar con lo que tenia Gabriel planeado, no importa, ¿llevaras a la chica a pasear? Mira que solo se quedará en Londres por unos días—
— mamá—
— quiero que los dos estén listos— finalizo ella saliendo nuevamente de la sala.
Felix resoplando, era vergonzoso que su madre se concentrará tanto en su vida amorosa que en sus propios proyectos de negocios.
—¿tu novia vendrá a cenar?— el rubio mayor giro su cabeza asustando al más bajo, no era culpa del pequeño, podía apostar que fue su madre quien metió esa idea en esa pequeña cabeza
—ve a ha cambiarte— ordenó, tan serio como siempre a sido, solo que últimamente mantener un momento serio a sido un inconveniente, y la razón dos pequeñas criaturas flotantes
—oh pero mi señor, yo creo que la señorita es una buena candidata para estar a su lado— Apenas el pavo termino de hablar la risa sonora del gato apareció
—por supuesto, no soy mucho de esta meloceria, vamos Adrien oh tu ahora madre se enojara— el gato se poso en los cabellos rubios del niño quien afirmó para empezar a caminar fuera de la sala
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Volver A Intentar
FanfictionNo pueden vivir sin el otro, no era algo metafórico, era algo muy literal, no lo creyó asta que sucedió. Mié tras el moría podía sentir su propia vida consumirse, tuvo que actuar en cuestión de segundo. Muchas cosas pueden cambiar en segundos