Cesar regresó a México al día siguiente, tomó el primer vuelo disponible que había. El avión aterrizó en suelo mexicano alrededor del mediodía, lo que él ignoraba era que Vivian había tomado el mismo vuelo que él.
Una vez hecho el desembarque, fue a buscar su equipaje para luego dirigirse hacia la zona de taxis. Anhelaba tanto llegar a su casa, necesitaba descansar pues debía incorporarse al trabajo al día siguiente. Al llegar a su casa se encontró con la sorpresa de que Vivian lo estaba esperando, respiró profundo para evitar exaltarse y no matarla.
- ¿Qué haces aquí? - preguntó mientras pasaba por su lado para abrir la puerta - Tú y yo no tenemos nada de que hablar, por favor vete.
- ¡César por favor! - pidió mientras lo seguía al interior de la casa - ¡Debes escucharme!
- No quiero hablar contigo Vivian - finiquitó serio - todo me quedó bastante claro.
- ¡Por favor César! aunque no lo creas yo te amo - confesó al tiempo que intentó besarlo más él se apartó impidiendo así el contacto -
- No mientas Vivian tú no sabes amar - bramó - ahora por favor vete o me obligarás a irme a mi.
- ¿Y tú qué sabes de lo que yo sienta eh? ¡Jamás me conociste! Nunca tuviste tiempo para mí, te la vivías trabajando - gritó con rabia -
- Claro, tenía que trabajar para poder cumplir todos tus caprichos - rebatió con enojo - aunque ahora ya no sé si realmente eran tuyos. Ya no se qué pensar - espetó enojado -
- César dame otra oportunidad - pidió en un tono más meloso - te prometo que haré todo para que esto funcione - sabía que estaba perdida, pero no podía dejar de hacerlo, tenía que intentarlo todo, no podía darse el lujo de perder su mina de oro -
- Ya es tarde para eso, nos vamos a divorciar y no hay vuelta atrás - aseveró -
- Eso es lo que tú crees, pero escúchame bien, jamás te firmaré el divorcio, jamás - advirtió -
- Eso lo veremos. Y ahora me voy, no aguanto estar en el mismo lugar que tú - dicho esto salió como alma que lleva el diablo azotando la puerta detrás de si -
Se montó en su camioneta sin saber realmente a dónde ir, solo quería alejarse de ese lugar porque sentía que terminaría matando a Vivian si no se iba pronto de ahí. Condujo sin rumbo cierto durante varias horas, no supo como terminó delante del bar donde solía trabajar Maura. Miró hacia la puerta debatiéndose entre entrar o no, después de varios minutos finalmente se bajó del coche y entró en aquel lugar.
En cuanto puso en pie dentro, todos los recuerdos con Maura lo azotaron causando que varias lágrimas rodaran por sus mejillas. Se acercó a la barra y pidió un tequila mismo que se tomó de de una sola estocada, quería ahogar todo lo que lo acongojaba, necesitaba dejar de pensar. Maribel no pudo evitar sentir pena por él al verlo tan triste, imaginó que estaba en ese estado por lo ocurrido con Maura y decidió hablarle.
- Al ritmo que vas no vas a dejar tequila para los demás - dijo en un tono jocoso -
- Déjame tranquilo Maribel - respondió usando un tono de voz un poco ácido - mejor sigue en lo tuyo.
- Alguien está de malas hoy por lo visto, mejor me voy
- Si mejor - y la espantó con la mano -
Maribel continuó trabajando el resto de su turno sin perderlo de vista, estaba realmente preocupada por él. Para cuando ella terminó de trabajar, César no podía sostenerse en pie, estaba realmente ahogado en alcohol. Maribel no pudo evitar compadecerse al verlo en ese estado y decidió ayudarlo, sabía de sobra que sino lo hacía Maura no se lo perdonaría. Llamó a un taxi, y con ayuda del taxista subió a Cesar al coche para luego indicarle la ruta al conductor.
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MI ADORADO TORMENTO
RandomUna chica común ante las miradas de todas pero capaz de enloquecer a cualquier hombre, llega a trabajar desde su pueblo asta la Maura a un restauran de la zona más exclusiva Maura es una mujer divertida, linda, explosiva y a la vez tímida la han en...