El tiempo corre cuando uno está ocupado, mi entrenamiento se ha vuelto mayor, mi cuerpo ya comienza a sentir el cambió y la creación de pesas me ayuda a mantener el ritmo.
La inauguración de Libender fue todo un éxito, las mujeres se maravillaron con los nuevos estilos de vestidos, únicos y bellamente confeccionados. Sobre todo porque habían atuendos que ya venían con zapatos, un bolso y joyería, todo en un precio alto, pero ellas sabían que valía la pena.
Las prendas de ropa interior, fueron tímidamente compradas, solo las jóvenes recién casadas se mostraron abiertamente encantadas con la sensualidad de las prendas en sus cuerpos.
Adiós camisones aburridos.
Hola prendas eróticas.
Hoortland, por otro lado comenzó a ganar popularidad, la gente lo recomendaba y como habían servicios "Delivery" los aristócratas solían encargar con anticipación los bocadillos, postres y bebidas que necesitaban para sus fiestas de té.
La innovación de las cajas con el logotipo de Hoortland fue un boom, el mundo estaba siendo sacudido por alguien nuevo, poco a poco algunos trataron de seguir el ritmo.
Hoortland tenía dos meses y dos semanas de haber abierto y algunos dueños de otras tiendas ya estaban buscando sobornar a mi personal para obtener las recetas.
Su devoción hacia mí y su lealtad se mostró inquebrantable, pero era demasiado pronto para que eso fuera creíble para mí. No confío con facilidad.
La Marquesa Morgana y yo nos reunimos en dos ocasiones, para hablar del increíble negocio en el que había invertido su dinero, los diseños elegantes y únicos que yo misma diseñe para ella, claro que el trabajo real lo hacía el sastre de la Marquesa, y la etiqueta de Libender, que dejaba en clara de que tienda era, impuso por primera vez en este lugar las marcas.
Su embarazo iba de maravilla, sus nauseas matutinas la estaban agotando, pero sobre todo quería saber si era posible tener sexo durante el embarazo. Aquello no fue una sorpresa para mí, muchos creían que debían evitar la intimidad cuando las mujeres son mucho más fogosas en ese tiempo.
Claro que cuando expliqué que incluso él padre del niño tenía que ayudarla con los pezones ella se sonrojo y eso sí fue una sorpresa, Sir Gerald en cambió estaba encantado con mis palabras.
Algo me dice que ese par se podrá quedar juntos. Nunca los había shippeado, pero me volví su shipper.
El día de la ceremonia había llegado, estaba un poco nerviosa, este día vería a Tristán, aún no he comprado la casa que quiero, no he encontrado ninguna que me guste y hasta llegue a considerar comprar estas tierras a la Marquesa.
Tenía tiempo, el sol apenas está saliendo. Mi cuerpo estaba sudado, mientras me agachaba en una serie de repeticiones con pesas, separando mis piernas siguiendo la rutina, la ropa de ejercicio que tengo fue una de las primeras prendas que use en casa después de que me las hayan entregado.
Los sirvientes ya se habían acostumbrado a mi manera extraña y descargada de vestir, había contratado algunos caballeros, para mi sorpresa Sir Evans los venció a todos y ahora los entrena, dado que él en algún momento tendrá que volver a la Marquesa.
Estos caballeros me han jurado lealtad, claro que no confío del todo en ellos, pero he recogido algunos niños de la calle y están trabajando para ser caballeros. Tengo la esperanza que si ellos me aprecian por lo que hago ahora me den su lealtad todo el tiempo.
Y gracias al entrenamiento de Sir Evans estoy segura de que ellos serán grandes caballeros.
Después de dos horas donde terminó mis ejercicios, me dispongo a comer, bajo al comedor con una camisa holgada y algo larga que llega hasta mis rodillas, el desayuno me es servido y solo puedo pensar en el circo se hoy se realizará.
Tras mi desayuno, me dirijo a la oficina donde algunos papeles me esperan, los reviso con calma sabiendo que tengo tiempo hasta la ceremonia. Media hora después Ágata entra anunciando que si no me apuro llegaré tarde, me rió entre dientes pero me apresuró a tomar un baño.
Después del baño me visto con calma, nunca había sido tan amante de la paciencia como ahora. El vestido parece más bien de dos piezas, pero, solo es una. Su falda es larga y volada, con pétalos de flores bordadas, su color sobresale mucho más que la parte superior, que es de un blanco más oscura, de encaje, los diseños son re rosas es de desmangado, dejando al descubierto mis hombros.
Las flores perfectamente confeccionadas que se acercan a la parte de la falda dan un efecto de estar perdiendo sus pétalos, mismos que se encuentran a lo largo de la falda. Los zapatos son bajos de tacón y cómodos. Mi cabello esta suelto y en mis manos descansan unas pulseras doradas.
Parecen de oro, pero son de fantasía.
Mis aretes a juego con mi atuendo y mi cabello rojo suelto cae en mi espalda y hombros, ordenado con una corona hecha de mi propio cabello. Mi silueta realza con este vestido y mis rasgos se ven perfilados por el maquillaje que me hago.
Me veo hermosa.
Me preguntó si el vestido que le envié a Elizabeth sería de su agrado.
Me quedo pensando en la cantidad de tiendas en las que Tristán invirtió y me río entre dientes al haber cancelado la inversión en esos lugares, aun si fracaso – cosa que no haré – nunca permitiré que mi esposo juegue al caballero con Isabela nunca más.
Ahora si estoy pensando como una villana.
¡Me encanta!
Pienso
El viejo Romulo de ochenta y tantos años fue uno de los sirvientes a los que sane en la mansión de Tristán, el señor había llorado y me agradeció por haber sanado su cuerpo.
Él es uno de los que ahora están en la tienda asegurándose de que no hallan problemas, es bueno en su trabajo y después de haber sanado su cuerpo por completo, apesar de su edad, se movía con fluidez en ayuda de los jóvenes e inexpertos, él era el maestro de todos ellos.
Romulo vive en la mansión, todos están siempre pendientes de él para que no se ponga en contacto con la señora Sigfred, pero no creo que lo haga. Tengo una fuerte corazonada de que no lo hará.
Una de las razones por las que lo mantengo cerca y sano es porque él es el testigo clave para que el duque Bastián anule su matrimonio con Isabela, ella no va a obtener lo que quiere. Ni ella, ni su madre.
— Señora, el carruaje esta listo — Marcus me mira con una sonrisa corta.
Todos se inclinan ante mí cuando estoy de salida, sus halagos me hacen sentir segura y la calidez con la que soy despedida me hace feliz.
Ojalá hubieras tenido algo así, Mar, te merecías el cielo, pero una bruja te lo arrebató por capricho y ambición.
Una vez en el carruaje, respiro con calma, tratando de mantener a raya mis nervios, estuve tan ocupada con los negocios que olvidé estudiar las oraciones que tengo que hacer.
Cierto mis ojos y elevó una oración de auxilio a la diosa Ameritia, para que una vez más me ayude en el camino que he elegido recorrer.
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Lα Lεccισ́и dε lα Sαитα
FanfictionFanfic basado en la exitosa novela "La petición de la mujer malvada" escrita por la maravillosa Dragonstea19. Todos los personajes y sus escenarios le pertenecen a la escritora, salvo los personajes agregados que son de mi imaginación. Esto es para...