El comienzo de algo nuevo (inotan)

parte 1

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“¡Vamos, Gengorou! ¡Golpéame otra vez!” Inosuke le da otro golpe a la cabeza de Tanjirou, pero el otro chico se agacha y el golpe apenas le roza el cabello.

Tanjirou había movido la roca de ese tipo de roca hoy. Inosuke apenas había dejado de gritar cuando se volvió hacia su propia roca, que no se había movido ni un centímetro. ¿Por qué fue Tanjirou el que lo movió primero? Se supone que Inosuke es el fuerte, ¿entendido? ¡Nadie más es tan fuerte como él! Bueno, en realidad, Inosuke admite a regañadientes que Tanjirou es fuerte. Él nunca se rinde. Incluso cuando estaban luchando contra esos demonios araña, Tanjirou no se desanimó. Regresó a Butterfly Estate magullado y roto, pero vivo.

Inosuke lo recuerda claramente: las respiraciones agitadas de Tanjirou, sus movimientos lentos y cuidadosos mientras se aferraba a las sábanas de Zenitsu, cansado y dolorido, pero no derrotado.

Inosuke quiere volverse más fuerte. Quiere ser como Tanjirou, alguien que no se echará atrás. Las habilidades de Tanjirou están en otro nivel, y eso hace que Inosuke quiera golpearlo más fuerte, aunque solo sea por despecho.

Entonces, tan pronto como el chico de la roca los dejó ir del entrenamiento, sudorosos y sin camisa, Inosuke agarró a Tanjirou de la mano y le dijo que se iban a entrenar. Tanjirou dejó escapar un chillido de sorpresa cuando Inosuke vino corriendo hacia él, pero la tensión se desvaneció tan pronto como las palabras salieron de la boca de Inosuke. La risa de Tanjirou había llenado el aire bochornoso con un sonido tan dulce como campanas de viento mientras Inosuke lo arrastraba.

Ese ruido siempre hacía que el estómago de Inosuke se agitara. Había apretado los dedos de Tanjirou con más fuerza en represalia mientras lo alejaba de los demás y de la mansión de Ubuyashiki. Terminaron en el patio, pero Inosuke nunca admitiría que eso no era lo que pretendía; ¡No fue su culpa que las manos de Tanjirou distrajeran tanto!

Pero ahora no es el momento de recordar la sensación de los dedos ásperos y callosos de Tanjirou entre los suyos. No cuando están en medio de una pelea.

Inosuke gruñe cuando el pie de Tanjirou choca contra su costado. Eso es lo que obtiene por distraerse. Tropieza, pero no tarda mucho en enderezarse. Apenas esquiva una ráfaga de golpes que Tanjirou le lanza después de eso.

Inosuke lo intenta, realmente lo hace, pero no puede evitarlo. Sus ojos trazan la línea afilada de la mandíbula de Tanjirou en lugar de sus manos. A pesar de que su rostro está contorsionado por la concentración y brillando por el sudor, sigue siendo cautivador. Y hermosa. Tan, tan bonita. Inosuke no sabía que la gente podía ser tan bonita. 

Inosuke cree que se lo merece cuando Tanjirou lo deja sin aliento con un puñetazo en el estómago. Se levanta con un gruñido, más para sí mismo que para Tanjirou, y se obliga a concentrarse.

Intercambian golpes de un lado a otro, ninguno de los cuales está dispuesto a abandonar la lucha por el momento. Inosuke ha sido golpeado más de lo que le gustaría admitir. Cada vez que Tanjirou se mueve, sus músculos se flexionan, e Inosuke siente que tiene que mirar otra cosa que no sea el ondulante pecho del pelirrojo, cubierto por una capa de sudor que hace que su piel brille.

Inosuke no lo entiende. La forma en que su respiración se acelera y el calor se acumula en su vientre mientras Tanjirou se seca el sudor de la frente.

Inosuke no tiene tiempo para pensar cuando Tanjirou envuelve su mano alrededor de la muñeca de Inosuke, empuja sus caderas contra las de Inosuke y lo arroja sobre su hombro con un mínimo esfuerzo.