POV/Rodrigo
Tenía los latidos del corazón acelerados, seguía en la enfermería con Iván y aquella mujer de identidad desconocida tratando de quitar aquellas heridas de nuestra piel, por lo tanto, el alcohol era necesario.
Ardía como los mil demonios, mientras pasaba aquel pedazo de algodón infestado en alcohol por mi rostro, los rayos del sol golpeando el sonrojado rostro de Iván, haciéndole ver más atractivo a mi vista, su rostro estaba así debido al tacto de aquél algodón sobre él, las preciosas pestañas revoloteando sobre sus ojos marrones y aquellos mechones de cabello rebeldes le quedaban tan bien, su cuello blanco sin una sola marca o imperfección de pronto me parecía tan apetecible, tantas ganas de marcarlo, sus labios eran tan llamativos de un segundo a otro, casi había olvidado por completo lo sucedido hacía unas horas.Su cintura parecía ser estrecha y fina apesar que no se podía divisar gracias a la ropa holgada que portaba, sus caderas destacaban más que cualquier otra cosa, tanta curva y yo sin freno.
Trataba de no mirar demasiado su lindo cuerpo, su figura ocasionaba unos leves cosquilleos en mi organismo, no era afeminado pero tampoco llegaba a ser tan rudo, solo era precioso y no sabía porqué no me había dado cuenta de esto antes.
Me encantó la manera en que entre abría sus labios cada vez que soltaba un suspiro cerca de su cuello, cada vez que delineaba con mis dientes esa bella zona tan pura como él se sentía, sus orejas se tornaron de un lindo carmesí cuando mordí el lóbulo, su respiración me daba a entender que estaba disfrutando tanto esto como yo, el recuerdo de su lindo olor volvió a inundarme una vez que me separé de él, tomando una distancia prudente y volviendo al asiento en el que me dejó la enfermera.
Ella, al regresar, tomó asiento y trato de volver a darnos otra charla acerca de la pelea y el porqué no deberíamos comportarnos de esa manera, y nuevamente quería largarme de ese lugar, pero ahora con ese guapo chico de la mano.- Espero haya quedado completamente claro el asunto, y que no se vuelva a repetir en las instalaciones de esta escuela, ahora sí, pueden retirarse - dijo mientras volvía a su escritorio con plena calma, y con ese chocante sonido de sus tacones contra el suelo.
Entonces me encaminé a la salida con Iván detrás de mí, actuando de lo más normal.
- ¿Sabes dónde quedan los baños? - hice aquella pregunta en tono inocente mientras observaba como mordía sus labios me señal de nerviosismo.
- Sí, están de aquel lado - dijo señalando escaleras arriba, mientras se movía para irse, supongo que al salón de clases.
- Espera, acompáñame, no quiero perderme - dije mintiendo, claro que me habían enseñado la escuela hace un rato.
- Bien...- dijo suspirando, mientras regresaba y guiaba mi andar, mientras íbamos en completo silencio.
Al llegar, estaban aquellas puertas rojas con un cartel grande anunciando que ese era el baño de hombres, y el de mujeres estaba detrás de nosotros.- Aquí está, me largo - dijo en tono despreocupado, mientras se giraba sobre las suelas de sus pies.
Tomé rápidamente su mano y me adentré al baño de hombres con él, escuché un jadeo sorprendido provenir de sus labios debido al repentino movimiento, al estar dentro, cerré la puerta.
- ¿Que haces? - preguntó confundido, no pude evitar mirar sus labios, era demasiado lindo.
- Nada - dije mientras lo miraba descaradamente y posaba mis manos sobre sus mejillas y subía mi cara, estando demasiado cerca de la suya, nuestros labios rozando y golpeando nuestros alientos entre sí, pero sin besarnos, su sonrojo volvió a inundar su cara, mientras yo sonreía, la diferencia de estatura era notable y aún así parecía estar tan vulnerable a mí, quería besarlo con tanta intensidad.
- Repito, te vez tan lindo cada vez que te sonrojas - le dije mientras me despegaba de él y me dirigía a su cuello, volviendo a atacar de la misma manera que en la enfermería, escuchando un suspiro de su parte, delineaba esa preciosa curva con mi lengua húmeda, tratando de sacarle más de esos lindos sonidos que me hacían enloquecer, le daba una pequeña mordida de vez en cuando y el me daba un gemido por ello, sin duda dejarían marcas aquellos besos.
Después de varios rato en su cuello pase mi boca por su mandíbula subiendo hacía sus mejillas, vacilando con besarlo pero deteniendo mi boca y repitiendo el proceso, hasta que, sin darme casi cuenta, él me tomo del mentón tirando hacía el, dándome un pico leve que quitó rápidamente y solo me dejó con ganas de más, los segundos pasaban y nuestras ganas aumentaban.
- ¿Puedo besarte? - pregunto aunque se perfectamente la respuesta, y sin darme tiempo a procesar algo, me besa, choca desenfrenadamente sus labios humedecidos contra los míos, y supongo que eso es un sí.
Delicadamente pongo mis manos sobre su cintura acariciando por toda esa zona, subiendo un poco su polera y metiendo mis manos entre ésta, tocando su abdomen con mis manos mientras siento como se estremece debido al frío de repente.
Sus labios eran tan suaves como su piel, delineaba su cadera con las yemas de mis manos, y volvía a subirlas ahora hasta cerca de sus pezones mientras su respiración estaba tan agitada, podía sentir su erección chocar contra mi pelvis y no pude evitar frotarme contra él, gimiendo los dos ante el contacto sobre la ropa, toqué la punta de su pezón y la envolví entre dos dedos, estirando y estimulando mientras me encargaba con mi otra mano desocupada, abrir el cierre de su pantalón y meterme entre éstos, acariciándolo por encima de su bóxer tan ajustado que parecía doler.
Sus gemidos ahogándose entre el beso hacía el ambiente más caliente aún, así que me despegue de su boca, cortando abruptamente el contacto físico, algo que claramente lo dejó confundido, pero antes de que replicar me puse de rodillas.Bajé hasta colocarme de rodillas ante él, tomando un respiro de aquél fogoso beso, el quedó anonadado mirándome, mientras yo, llevaba mis manos de nuevo hacía su regazo, tomando el elástico de su bóxer y jugando con el, desesperando a Iván, él cual solo mantenía sus ojos sobre mí con la boca levemente abierta, haciéndolo ver tan precioso.
Observando su mirada de súplica, proseguí a bajar el boxer, revelando su erección, que estaba tan roja como su cara, y con líquido preseminal saliendo por la punta, comencé a masturbarlos con una mano, resbalando por todo su tronco mientras escuchaba los roncos jadeos de Iván estremecerse, se veía tan lindo cada vez más, su cabello pegado hacía su frente debido al sudor, y su mirada perdida, me encantaba.
Tomé su miembro con mis dos manos mientras mi boca se volvía más cercana a éste, sacando la lengua mientras lo miraba a los ojos, dí la primera lamida, que lo hizo apretar la mandíbula, se podía observar cada gesto desde aquí abajo, rodeaba la punta saboreando el presemen con mi lengua y tocando su demás longitud, necesitaba más que eso, así que tomé la mano de Iván que estaba en puño debido a la estimulación, y la puse sobre mi nuca, remarcando que quería que él marcara el vaivén, mientras entendía a qué me refería, comenzó a moverse dentro de mi boca ahora su mano empujando suavemente mi cabeza, mientras masajeaba con mis manos sus testículos y escuchaba sus gemidos de placer, su rostro sonrojado por la situación con sus ojos fuertemente cerrados y mordiendo su labio mientras arrugaba su ceño, una imagen divina para cualquiera, me podría venir con sólo admirar esos lindos gestos.
Noté que sus movimientos se volvieron más erráticos, así que comenzé a succionar con mucha más fuerza, su mano apretando mi cabello con fiereza y su cabeza echada hacia atrás era señal que estaba cerca, estaba por correrse, chupe hasta que lo hice terminar, hasta que escuche ese gran gemido anunciar su llegada, hasta que lo dejé completamente seco y tragaba su semen sin vergüenza alguna, tragué todo su orgasmo, el cuál yo había ocasionado, me sentía orgulloso por ello.Su pecho subiendo y bajando rápidamente, tratando de tranquilizarse, así pasó un tiempo, entre puro silencio, espero y no esté arrepentido de lo que acaba de suceder, por qué yo no lo estoy ni un poco, había valido la pena pelearme con él ésta mañana, su mirada volvió a posarse sobre mí una vez que me levanté del suelo, y me dió una sonrisa mientras acomodaba su ropaje, actuando tímido como si no acabara de follarse mi boca hace unos segundos, el ambiente se había disipado pero no era incómodo.
- Oye, ¿me das tú número? - dije con una sonrisa torcida mientras salíamos del baño, dirigiéndonos al salón de nuevo.
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One Shots // Spreen X Carrera
FanficYa que no me quedé satisfecha con la "historia" que hice, trataré de hacer un libro basado en el popular concepto de escritura en ésta plataforma. Actualizaré cada que pueda pero sin dejar ésto de lado, tratará más de situaciones random de Spreen y...