Un día normal.
La niña soñaba ser como su padre.
Todos sus trabajos escolares no fueron en vano. Tuvo el trabajo de su padre.
Ella fue a su primer día de como Exploradora En Planetas. En cuanto vió su nave se sorprendió al escuchar la voz de la navegadora:Ya estamos despegando.
Escucha desde la máquina.
Los demás exploradores se acercaron a consolarla puesto que se miraba triste y solitaria. La razón: no vería de nuevo a sus padres.
Pasaron un par de días, lenta y dolorosamente. Por fin tenían asignada una misión en donde los alienígenas no podrían faltar.
Entraron a la misión secreta. Oh, chispas, alienígenas por doquier. Se apresuraron a esconderse para evitar ser vistos y fallar la primera misión importante de sus vidas.
La misión no era sencilla: tenían que tomar un diamante de la nave alienígena para volver al planeta tierra y destruir a todos los extraterrestres malignos fuera. Todos dejaron todo por aquella pelea. Y sí, lograron tomar el diamante. Volvieron al planeta tierra festejando con frutsis.Pero, hubo algo que logró hacerle la noche triste a la gatita Milita. Abrió la puerta, vio a sus padres sentados mirando una película.
Siéntate con nosotros.
Le ordenan. Ella obedece.
La madre gata recargó su cabeza en el pequeño hombro de Milita. Al igual que su padre.
Poco a poco, iban dejando este mundo.Las saladas lágrimas cayendo al suelo de la sala de estar era lo único que se escuchaba en la habitación. Se acerca a sus padres para darles un rápido y, al mismo tiempo, eterno abrazo. Lista para asimilar que sería la última vez que los abrazaría.
Una flor cayendo en sus tumbas.
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El gato explorador.
FantasyTres gatitos. Papa, mama e hija. La hija no podía ver tanto a su papa porque el viajaba en planetas.