-No, es mi culpa, me limpié las manos y quizás por eso mi puerta desapareció. - Decía la pequeña Mirabel de cinco años desesperada tratando de no llorar.
-Lo siento hija, solo se puede agarrar la vela una vez.
-Por favor, cometí un error, en verdad quiero recibir un don. - Ya había empezado a llorar desesperada.
- Debes aceptar que El Milagro no te quiso dar un don, eres una decepción por eso Mirabel. - Dijo Alma con una expresión dura.
Lágrimas salían de sus ojos, Bruno trataba de consolarla, había tenido una pesadilla.
- Shh, shh. Ya tranquila mariposa, ya pasó. Estás a salvo conmigo. - La rodeó con sus brazos, usando una mano para acariciar su cabello y la otra para sobar su espalda.
Ella solo soltaba gemidos y silabas ahogadas.
Una vez Mirabel dejó de sollozar en voz alta. Bruno se dirigió a la cocina y puso a calentar el té que esa misma tarde había preparado, esa clase de pesadillas y terrores nocturnos eran tan frecuentes que siempre preparada una olla de té con hierbas calmantes para ella. Una vez el té se calentó, lo sirvió en una taza y se lo llevó a su sobrina.
Tuvo que ayudarla a sostener la taza debido a sus manos temblorosas.
Tomaba pequeños sorbos en intervalos de pocos segundos con ayuda de Bruno, quien sólo arrullaba y le decía algunas palabras tranquilizadoras y de ánimos.
-Eso es Mirabel, lo haces muy bien. Tranquila, ya casi te lo terminas.
Cuando terminó con el contenido de la taza Bruno besó su cabeza y volvió a dejar la taza en la cocina.
Se volvió a acostar en la cama junto a ella abrazándola de manera protectora, Mirabel no tardó mucho en caer dormida, esto tranquilizó a Bruno, quien también se durmió.
- ¿Nunca te diste cuenta?- Mirabel preguntó en voz baja, todo su cuerpo temblaba mientras miraba hacia un lado.
De repente, se puso de pie, golpeando sus manos sobre la mesa sacudiendo toda la superficie. - ¡¿Enserio?! ¿Ninguno de ustedes se dio cuenta? ¡Nunca me permitieron estar en las fotos familiares! ¡Ninguno de ellos!- Dio la vuelta a la mesa, paseando rápidamente y la pura rabia de la situación.
Todavía dando vueltas alrededor de la mesa, agarró un puñado de fotos y las levantó para mostrárselas a cada uno de los miembros de su familia. - ¡No me permitieron estar en la foto de la ceremonia de Antonio, porque no tenía un regalo! ¡Caramba, no me permitieron en ninguna de las fotos de la ceremonia!- Descartó esa foto, dejándola caer sobre la mesa mientras sacaba otra.
- ¡Mire, hasta para los cumpleaños! ¡Mira, la foto de quinceañera de Isa! Oh, pero espera, ¿dónde está la pobrecita Mirabel? ¡Oh, gracias, cuatro años antes, no había recibido un regalo!" Ella también arrojó esa sobre la mesa, mostrando una tercera y última foto para su familia. "Oh, pero seguramente estoy allí para la foto familiar del cumpleaños de Abuela- ¡oh, espera, no! ¡Eso es tan extraño! Hm, me pregunto quién fue el que me dijo que me hiciera a un lado otra vez. ¿La cumpleañera?" Su voz temblaba ahora mientras se burlaba de la confusión, una vez más dejando caer esa foto de su mano temblorosa.
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Mi Frágil Mariposa
FanfictionA raíz de todos los años que Mirabel fue una paria para su familia, ella quedó emocionalmente dañada. Ahora, depende de Bruno ayudarla a sanar.