Frente al escenario, cuatro personas se miran muy impacientes. Nadie se anima a decir la primera palabra. Nina suspiró para que algo se escuchará en ese ambiente tenso que se formó. Benicio se acercó al escenario y más cerca a su amiga inglesa haciendo que todo el dolor acumulado en el corazón de Simón se intensifique.
—Este sábado habrá un Open Music —comentó Nina al ver que nadie se anima a decir la primera palabra.
—Quizá podría presentarse la gran pareja del año —bufo molesto Simón—. Todo el público estallará en aplausos.
—No somos...
—No, Benicio —interrumpió Emma poniéndose de pies enfrentando a ambos—. Nunca quiso escuchar la verdad, ¿por qué ahora?
—La verdad, Emma —murmuró con una arrogancia que jamás nadie había visto en los ojos de Simón. Emilia, quien acaba de llegar quedó muda de impresión al acercarse, su amigo nunca hubiera hablado así a nadie—. Perdón, I'm sorry. Soy un tonto, ese día tuve que haberme quedado y darles mis felicitaciones pero yo no hablo con mentirosos.
—No hablas con mentirosos porque lo eres —replicó en burla el joven italiano poniendo nervioso a Simón cuando sus ojos se dirigieron a Nina—. Oh, aquí queremos saber de su gran secreto del por qué están juntos...
—Eso no te interesa —esquivó Simón a la defensiva.
—De hecho, a mi sí —intervino Emilia haciéndose notar—. Tú no eres así, amigo.
—Never in the live, Saimon —«nunca en la vida» habló en inglés justamente Emma reconociendo que él nunca le hubiera hablado de esa forma a ninguno de ellos.
—Será que la gente cambia... —desestimó el joven de México buscando una escapatoria.
—Tanto como para fingir un noviazgo.
Las palabras de Benicio quedaron ahogadas en el rostro pálido de Nina que abrió los ojos tan grandes que se le pudieron haber salido en cualquier momento. Se puso muy nerviosa, miró a su lado —precisamente a su mejor amiga— y reconoció con vergüenza que esas palabras fueran ciertas. Emilia, no lo podía creer. Sin embargo, conocía muy bien a su amigo y sabía que, al menos, de su parte el amor que sentía por ella era real.
Simón sonrió.
—Yo no estoy fingiendo estar enamorado porque lo estoy —confesó y la joven de lentes eso no se lo esperó—. Ese día en el muelle no descubrí nada que no supiera aunque lo más doloroso fue perder una amistad de años por un amor no correspondido.
—Saimon. I'm...
—No importa, Emma —interrumpió sus sinceras disculpas y algunas lágrimas fueron apareciendo en los ojos de ella—. No voy a negar que al principio quise que los sintieran el mismo dolor que yo sentí aquella vez pero luego comprendí que ni eso se lo merecían.
Emma comprendió finalmente cuanto daño había hecho. Sus decisiones en el pasado le empezaron a cobrar por lo que desvío su rostro para que nadie viera sus lágrimas.
—Yo nunca rompo una promesa y te prometí que no te dejaría sola nunca. Te amo, Nina, y no imaginas cuanto —tomó sus manos y deposito un beso allí en sus nudillos dejándolos sorprendidos. Nina quedó anonadada con ese gesto tan tierno—. Cuando quieras saber todo, todo de mí, puedes buscarme que te voy a esperar porque hoy te liberó de este noviazgo arreglado —sonrió a medias para alejarse cuando recordó lo más importante y volvió—. Una última cosa, por favor no me dejes afuera del plan.
Y se alejó dejando un vacío en el interior de la joven de lentes. Sus ojos se nublaron de lágrimas que le resulta difícil ver debido a los cristales de su lente. Se siente muy confundida, quiere muchísimo a su mejor amigo pero ese chico que se alejó de ella sin dudas entró en su corazón sin pedir permiso.