Love breakup ✧ Hyunlix

O2

La tarde del sábado, Felix tocó la puerta de la humilde casa de Jeongin, quien le abrió en cuestión de segundos. Nunca había estado ahí, pues siempre quedaban en verse en otros lugares y lo emocionaba conocer finalmente el lugar donde vivía.

─Hola Lix. Adelante.

La mesita de la sala estaba llena de envoltorios de dulces y bolsas de papas fritas vacías. Muchas yacían en el suelo y otras esparcidas en el pequeño sillón que por poco tenía la silueta de Jeongin marcada en él. Era una sala pequeña y oscura gracias a las cortinas abajo y las luces apagadas.

─¿Vives aquí? ─preguntó llegando a sonar sorprendido.

─¿Decepcionado?

─No, para nada. Sólo está un poco... desordenado.

─Perdón por eso, no sabía que vendrías ─se alzó de hombros─. ¿Necesitas algo, o solo viniste a molestar con tu presencia?

Sí, eso había dolido quizás un poco.

─¿Estás así por Hyunjin? ─se atrevió a preguntar, directo al grano.

─Por favor, claro que no. Simplemente terminé de ver mi serie favorita y ya no sé que hacer. Quizás debería ir a visitar a Seungmin, ya sabes, para entretenerme un rato.

─Sí, sobre eso... ¿podrías volver con Hyunjin?

─¿Que regrese con Hyunjin? ¿Por qué? ─alzó las cejas.

─Porque... él es... ya sabes. ¿Guapo? ─dijo dudoso. No sabía si Hyunjin tuviera una virtud, y si la tenía, la desconocía completamente.

─¿Sabes qué? Me alegra que hayamos roto.

─¿Por qué?

─No me complacía lo suficiente. Jamás hizo algo bonito por mí ─se desplomó en el sillón mirando la televisión e ignorando la presencia de Felix.

─Él perdonó que le fueras infiel infinidad de veces. Además, hace poco fue tu cumpleaños. ¿No te dio nada?

─Felix, él no lo recordó.

...

─Él nunca hablaba de su cumpleaños, por eso no lo recordé.

Felix caminaba junto a Hyunjin por el patio de la escuela después de haberle contado cómo le había ido con Jeongin.

─¡No es excusa, Hyunjin!

─¿Recuperaste a mi novio o no? ─soltó, cansado de las largas pláticas sin fin del pecoso.

─No, y comienzo a creer que es mejor que se queden así las cosas.

─¡Pero tienes que ayudarme! ─exigió mirándolo con ojos suplicantes.

─¡Ya lo intenté! Tal vez deberías olvidarte de él o encontrar a alguien más.

Hyunjin suspiró y lo tomó del antebrazo para llevarlo consigo a un estrecho cuarto de consejería, donde se encerraron con seguro en la puerta.

─¿Por qué aquí? ─se quejó Felix, arrugando la nariz por el mal olor del cuarto.

─¿Por qué no quiere regresar conmigo? Soy tan genial y guapo. Lo tengo todo ─dijo, empleando una voz apagada que ablandó el corazón de Felix. En ese momento supo que no estaba hablando con el gran Hwang Hyunjin. Tenía al frente, simplemente, a Hyunjin. El enamorado.

Si seguía ayudándolo, Hyunjin terminaría siendo de su agrado y la simple idea repugnaba al australiano.

─Con eso no alcanza ─trató de explicarle, pero algo le decía que Hyunjin no lo entendería.