Fin

36 4 0
                                    







Probablemente, Taehyung era la persona más fascinante que pudo haber conocido en todo el mundo. Se sentía acompañado, se sentía realmente feliz cuando él estaba cerca. Podría apostar que nunca se había sentido tan apoyado.

Por otro lado, Taehyung pensaba que JungKook era un pequeño angelito en su vida. Era esa persona que sonreía e iluminaba todo su entorno de forma mágica y curaba todos sus males cuando reía a carcajadas.

Ambos eran inseparables en verdad. Planeaban ir juntos a la universidad porque separarse por aproximadamente 5 años, parecía una tortura. Dos pequeños que tenían su futuro planeado, su futuro juntos.
Eran dos niños de 10 años, buscando consuelo uno en el otro. Dos niños de 10 años que pensaban que no había nadie mejor que el contrario porque eran los mejores superhéroes del pueblo.

—Aquella parece una perfecta nube —dijo el castaño.

—Tae —rió JungKook—, estamos viendo nubes, claramente será una perfecta nube porque... es una nube.

Taehyung lo volteó a ver cuando rió, ese era su objetivo personal de vida: hacer reír al pelinegro.

Kim tenía perfectamente claro que la situación familiar de JungKook, era un caos completo. Sus padres se estaban separando y parecía que al pequeño no le afectaba aunque Tae sabía que si. Taehyung era testigo que Jeon lloraba con fuerza por las noches.

JungKook entendía que era mejor que sus padres se separaran pero parecía una tortura todas las discusiones y gritos que estaban entremedio de esa tan anhelada separación.

Llegar a la decisión de "divorcio", también había sido un largo proceso que JungKook había visto desde su inicio.

Taehyung sabía perfectamente que el pelinegro no se encontraba bien pero se esforzaba por hacerlo reír de esa forma tan especial que lo hacía reír también a él. Eso eran los amigos ¿no es así? Soportes, llegan a ser la familia que eliges.

—Mamá ya se fue —avisó un día. Taehyung notó perfectamente que JungKook había llorado por lo hinchados que tenía los ojos.

—Oh... ¿en serio? —Dejó de guardar sus cuadernos para ver a su amigo.

—Si... hoy amanecí y solo estaba papá en el sofá. —Apartó la mirada para tomar aire—. Entonces deduje que se fue durante la noche y me dejó... pero está bien. Eso es lo que pasaría ¿no?

JungKook intentó reír levemente pero solo salió un quejido roto por un llanto contenido. Taehyung claramente lo notó y rodeó los hombros de su amigo.

—¡Ven! Vamos a ver nubes, si miras al cielo, las lágrimas desaparecen ¿recuerdas?

El pelinegro asintió, sintiéndose aliviado al tener a Tae a su lado. Ambos niños corrieron al jardín de su escuela para poderse tumbar en el pasto y ver al cielo directamente.

Esa terapia siguió funcionando incluso cuando ambos cumplieron los 15 años. Los problemas en casa de los Jeon, empeoraron considerablemente. Taehyung intentaba que JungKook se mantuviera más en su casa que en aquella donde encontraría a su padre con un cigarrillo y miles de insultos preparados en la boca.

Tae se consideraba dichoso de tener un hogar relativamente estable e intentaba que JungKook pudiera sentir el amor que toda la familia Kim, le tenía.

—Creo que haces trampa —dijo el pelinegro mientras jugaban videojuegos—, porque es imposible que llevemos 15 partidas y hayas ganado absolutamente todas.

—Acéptalo, —Se mofó Tae—, soy lo mejor de lo mejor en este juego, acepta tu derrota.

JungKook rió ligeramente, esa risa pequeña que siempre parecía ocultar algo más que diversión. Ocultaba competitividad y decisión.

—Creo que la partida número 16 la podré ganar —dijo un JungKook decidido antes de darle play a la carrera sin previo aviso. Taehyung se quejó pero intentó recuperar el ritmo.

JungKook intentó disfrutarlo todo. Disfrutar aquel momento, disfrutar que su único apoyo en el mundo era feliz.

Incluso disfrutó del clima caluroso de esa tarde. Disfrutó de la comida que la mamá de Taehyung había preparado para ambos. Alagó hasta el papel tapiz que recubría el comedor. ¿Cómo es que no se había dado cuenta que era tan lindo?

Quiso disfrutar todo al máximo, pues los momentos que pasaba fuera de la casa de los Kim, resultaban siendo una porquería.

Resultaba con heridas en su rostro y moretones en sus costillas, resultaba con la respiración entrecortada y la ropa rota mientras recogía las botellas vacías y las colas de los cigarrillos consumidos.

En una parte estaba ansioso, quería que la noche llegara y pudiera cerrar sus ojos, con el fin de no abrirlos después de 8 horas. En la otra se sentía egoísta, exagerado y ridículo por querer desaparecer.

Taehyung era fuerte, de eso estaba seguro. Taehyung podría encontrar a un amigo muchísimo mejor que él.

Claro, lo encontraría seguramente. Se aferraba a esa idea y siguió haciéndolo incluso después de arroparse entre las sábanas, viendo cómo estas se tintaban del líquido rojo que sus muñecas derramaban con rapidez.

Cerró sus ojos, deseando con todo su corazón que, después de cerrarlos, se convirtiera en una nube, una que luciera perfectamente como una nube.





[...]




Jeon Jungkook 2003-2018









[...]







Un mensaje de texto jamás dolió tanto, tal vez Taehyung había hecho algo mal. Tal vez debió haberlo dejado ganar esa vez número 16, tal vez debieron ver más nubes, tal vez necesitaron encontrar nubes que perfectamente parecían nubes para ser más felices. Tal vez Taehyung necesitó esforzarse más.

«Por favor no quiero que te culpes. Fuiste el mejor ser humano que conocí en mi vida y siempre lo pensé así. Por favor no quiero que llores, ve al cielo, cuando ves al cielo, las lágrimas desaparecen ¿recuerdas?
Siento ser egoísta TaeTae, en verdad lo siento pero ya no aguantaba más, necesitaba irme. Ya no quería regresar a casa y tener que soportar todo lo que mi padre llegaba a hacer. Ya no quería tener que aguantar sus golpes y las quemaduras de los cigarros en mi piel. Ya no quería aguantarme las ganas de llorar cada vez que me abrazabas porque no quería que te preocuparas.
Espero convertirme en una nube que luzca perfectamente como una nube para que cuando me veas en el cielo, rías y guardes esa sonrisa cuadrada en el rostro. En verdad te agradezco tanto por todo lo que hiciste por mi. Gracias por ser un angelito de esos que siempre pone tu madre en el nacimiento en navidad. Gracias por ser una luz, mi luz. Gracias por haber sido mi mejor amigo Kim Taehyung»

Y después de eso Taehyung nunca dejó de ver el cielo.














———
Este os... este os...
No hay mucho que decir, en verdad me gusta mucho.
Planeo sacar todos los os de las reacciones para poder publicarlos por separado. Claro, solo los que en verdad me encanten, los demás nel pastel.

Nos leemos luego~
bye0ksun

Nube, perfectamente nube //OS TH-JK Where stories live. Discover now