Viendo Rojo

Ojos azules

Lena cierra los ojos, embotando uno de sus cinco sentidos para que su sentido del gusto sea más profundo. Prácticamente ronronea mientras el vino seco le lava la lengua. Fue un día largo, ella lo necesitaba. Demonios, se lo ganó National City todavía se estaba recuperando del evento de terraformación apenas evitado y estaba haciendo todo lo posible para ayudar en los esfuerzos de reconstrucción, como lo había hecho después de la invasión daxamita. La única diferencia esta vez, nadie la acusaba de tratar de mitigar su culpa. Al menos no públicamente.

Lena suspira profundamente, hace girar el vino alrededor de la copa y abre otra hoja de cálculo en su computadora portátil. Sus ojos rápidos estudian el contenido intensamente mientras toma otro sorbo ociosamente. Salta un poco cuando suena su teléfono personal, lo que la desenfoca. El instinto de maldecir ante la interrupción se enciende, pero luego recuerda que ahora tiene amigos. A veces, es fácil olvidar eso.

-Hola Alex-

-Lena, gracias a Dios-El tono frenético de Alex la toma con la guardia baja e inmediatamente deja su copa de vino sobre la mesa de café-Sé que es tarde, pero necesito tu ayuda-.

-¿Qué ocurre?- pregunta con los labios temblando de preocupación temiendo las próximas palabras de Alex, un millón de peores escenarios ya inundan su mente. Alex rara vez la llamaba, tenían una relación de mensajes de texto y siempre eran conversaciones ligeras, GIF y emojis. Entonces, Alex llamándola ahora, con ese tono en su voz, significa un desastre.

-Es Supergirl-El corazón de Lena se calma solo un poco. A pesar de las diferencias que han tenido recientemente, ella todavía se preocupa por el héroe, incluso si la confianza entre ellos se rompe de manera irreparable-Algo sucedió-continúa Alex-No puedo repasar todos los detalles por teléfono-.

-Iré a ti entonces-

-Gracias, Lena-

-Por supuesto-Cuelga y entra en su dormitorio, buscando su bolso. Se detiene frente al espejo por un momento y se pregunta si debería cambiarse la ropa que había usado para ir a la oficina hoy. El vestido verde oscuro y los tacones de aguja negros ciertamente se sienten fuera del camino para un viaje de emergencia al DEO, pero no es como si ella no hubiera aparecido vestida de esta manera antes. Una vez que ubica su bolso cerca de los pies de su cama, regresa a la sala de estar y toma su teléfono de la mesa de café.

Ella hace dos llamadas. El primero-Jess, lamento llamarte tan tarde-

-No hay problema, Sra. Luthor-dice Jess a través del teléfono, ya ansiosa por hacer lo que Lena necesite. La chica es verdaderamente un regalo del cielo-¿Qué puedo hacer por ti?-

-Necesito que me aclares el día mañana-No está segura de lo que implica la situación con Supergirl, pero siente la necesidad de asegurarse de que sus deberes en L-Corp no desvíen su atención de la tarea.

-Considérelo hecho, Sra. Luthor-

-Gracias-Lena hace la siguiente llamada a Alex y le informa al agente que se va ahora, pero nadie contesta la llamada. Entra en la cocina y coloca su bolso en la encimera de mármol, deslizando su teléfono y computadora portátil adentro. Por un momento, contempla llamar a su conductor, pero finalmente decide que será mejor, y más rápido conducir ella misma en el Royce.

Cuando se gira, suelta el bolso y cae al suelo de baldosas con un ruido sordo. Supergirl está de pie a unos metros de distancia con una sonrisa desconocida en sus labios. Los músculos de sus bíceps de alguna manera parecen más grandes esta noche cuando sus brazos se cruzan sobre su pecho, tensándose contra la tela de malla. Se apoya pesadamente en el marco de la puerta que da al balcón, perfectamente cómoda.

-Supergirl-respira Lena, la confusión es evidente en su voz y probablemente en su rostro. Hacía menos de cinco minutos, Alex había llamado pidiendo ayuda, diciendo que algo le había pasado al héroe. Pero ahora aquí está, aparentemente bien aún que no puede identificarlo ahora, pero algo es definitivamente diferente en Supergirl. La mirada de ojos azules del héroe es siempre intensa y audaz y lo es esta noche también pero de una manera diferente. Hay algo casi... sensual en ello. Una mirada acalorada de la que no puede apartar los ojos.