Viendo Rojo

Una calma fría

Hay una razón por la que Winn odia el trabajo de campo. Es peligroso, físicamente agotador y requiere habilidades que ninguna cantidad de sesiones de entrenamiento con Alex podría brindarle. Los ingeniosos artilugios que hizo fueron geniales en manos de otras personas, no tanto en las suyas. Sentado en su silla favorita con una pistola Nerf dando vueltas en la mano es lo más parecido a la acción que quería. Él es el soporte técnico, la voz en los oídos de las personas que les dice a dónde ir y qué hacer es responsable de mantenerlos a salvo.

A pesar de todo lo que había ocurrido, Winn aún siente esa necesidad, ese impulso de proteger a las personas que le importan con el poder del conocimiento. Por eso está aquí, parado en el último lugar en el que pensó que estaría. El antiguo taller de su padre, un lugar que una vez llenó su infancia de recuerdos felices, ahora es un grupo de recuerdos desagradables.

No quiere estar aquí, pero no se le ocurrió ningún otro lugar con tan poco tiempo. La excusa que soltó cuando salió del DEO era débil, pero Alex fue el único que se dio cuenta. Afortunadamente, ella también estaba distraída discutiendo con el coronel Haley para prestarle atención cuando se escabulló.

Winn saca su teléfono para ver la hora, su ansiedad alcanza un punto crítico. Comienza a preguntarse si esto es un error, ¿qué pasaría si el DEO se entera de esto? ¿Era esto ilegal? ¿Podría resultar en prisión o lo exiliarían a Serbia? estaba tan profundamente consumido por pensamientos irracionales que ni siquiera se dio cuenta de que ya no estaba solo.

Un grito de niña se escapa de él cuando finalmente la ve—Oh—dice Winn, aclarándose la garganta—Kara. Hola. Yo um... no estaba seguro de si vendrías—

—No estaba planeando hacerlo, pero tengo algo de tiempo para matar—dice mientras toma nota de lo nervioso y temeroso que parece. Es bastante curioso que sea él quien la llame, usando un reloj de señales de todas las cosas. ¿No saben que ya no es Supergirl? ¿Ya no está a su entera disposición?

Ladea la cabeza hacia un lado, su mirada de ojos azules se endurece mientras Winn permanece en silencio. —¿Qué diablos quieres , Winn?— Salta un poco ante el sonido de su voz, tan inusualmente dura y enojada. Es extraño no escuchar la bondad y la compasión a las que se había acostumbrado.

—Correcto. Lo siento. Mira, Kara, solo quiero que sepas que pase lo que pase, siempre serás mi amiga—La expresión de Kara no cambia, no hay indicios de que haya registrado una sola palabra. Él continúa de todos modos—No presumiré saber lo que sientes porque no lo sé. Hay tanto sobre ti que nunca podré entender o relacionarme. Pero hay una cosa que sé sobre ti, una cosa que sé que nunca cambiará—Hace una pausa cuando nota que los fríos ojos de Kara se concentran en él. Él tiene su atención, parte de ella al menos—Quieres que el mundo sea un lugar mejor, para proteger a los inocentes y llevar a los malos ante la justicia—

Kara da un paso más cerca—¿Cuál es tu punto?—

—Necesito decirte algo y solo te digo esto porque, a pesar de lo que has hecho, no te mereces esto. El DEO acaba de recibir una orden ejecutiva del presidente. Están trabajando con el Ejército para derribarte por cualquier medio que sea necesario—

Kara no está desconcertada ni sorprendida. De hecho, se divierte—Quieres decir matarme—

Winn asiente tontamente. —Sí—

—Son bienvenidos a intentarlo—

—Kara, tienen toda la Kryptonita del DEO y todas las demás armas que pueden hacerte daño—susurra Winn en voz alta con un dejo de histeria.

—La kriptonita no será un problema por mucho más tiempo—Kara parece confiada, como si pensara que es una eventualidad. Y tal vez lo sea. No necesitaba saber de Lena para saber que Kara se había ido con ella después de dejar a Alex. Es lo que esperaba cuando llamó a Lena. Tenía la esperanza de que Kara acudiera a ella y que fuera capaz de curarla, de devolverla a sí misma. Pero si Lena la estaba ayudando, la situación estaba aún más jodida.