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Después de aquel especial cumpleaños, Sanemi y Giyuu se empezaron a visitar más, mayormente Sanemi era quien visitaba a Giyuu en su finca, con el mismo pretexto de siempre.
"Sólo vengo a que hagas ohagis para mí, no para verte la cara de idiota que siempre pones".
Y sí, Sanemi no iba a aceptar nunca la verdad, amaba pasar tiempo con Giyuu desde aquel cumpleaños donde se la pasó todo el día con él; aunque realmente no tenía tantas opciones, pues su hermano, al que obviamente no quería ver después de saber que se unió a los cazadores sin siquiera dominar ninguna técnica de respiración, estaba con Obanai, su mejor amigo. Aunque él sabía que realmente desde mucho antes le empezaba a gustar pasar el tiempo con Tomioka.
Sabía que era poco tiempo el que necesitaba para al fin explotar y decir la verdad, estaba enamorado de el pilar de agua, Tomioka Giyuu. Así que quizá decírselo en cuanto antes, pero se enteró de algo mejor.
Pronto sería su cumpleaños.
Era el mejor pretexto para pasar tiempo junto a él, ya que pondría la excusa de querer 'regresar' el favor después de haberlo acompañado a él en sí cumpleaños. Sí, obviamente su plan era perfecto, ¡mucho más que perfecto!, sería la mejor excusa del mundo y el tarado de Tomioka jamás sabría la verdad detrás de sus planes.
Lo tenía todo planeado.
Paso número uno: Llegar a su finca de la nada y pedirle que le preparara ohagi.
Paso número dos: Obligarlo a que lo acompañe al pueblo que estaba cerca de la sede, así estarían todo el día juntos y éste no sospechara.
Pasó número tres: Comprar un regalo y esperar hasta ya en la noche para dárselo y confesarle su amor, y así sería completamente feliz con ese idiota.
Pero había un problema...
Kocho Shinobu...
Él sabía que ella quería prepararle una, 'fiesta sorpresa' y así festejar el cumpleaños de Giyuu.
Tenía que decirle que aplazara la hora de la fiesta o su plan fallaría por completo.
Así que eso hizo.
Fue con ella y espero hasta que su diminuta presencia estuviera frente a él y pudiera decirle todo eso.
—Oh Shinazugawa-san, ¿qué es lo que pasa?, ¿cuánto tiempo estuviste bajo ese árbol esperándome?— la sombra de la mujer tapó el sol que daba directo a sus ojos, aunque no por mucho tiempo realmente.
