VI : No estoy para juegos.

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Sam se había tomado la situación bastante bien a pesar de todo. Entraron a su camarín a ordenar un poco todo antes de ir a ver los últimos shows de Asking Alexandria y Bring me the Horizon. De a poco la temperatura afuera comenzó a descender y todos estaban preparados para ello excepto Sam, quien no tenia nada para cubrir decentemente sus piernas mas que un short negro que había utilizado para montar el escenario y en algo ayudaba su chaqueta y su polera larga, sin embargo no le funcionaria por mucho más. Al momento de presentarse Asking Alexandria los chicos disfrutaban del show de una de sus bandas favoritas de su infancia gritando y cantando todas sus canciones mientras en el otro costado del escenario estaban Ryo, Katsuma y Yokochi disfrutando de igual manera, pero no había rastros de Masato, mientras que Sugi aparecía unos minutos y volvía, entre una de esas apariciones observó a Sam desde su extremo, era notorio que la mirada de la chica preguntaba por su amigo, a lo que Sugi solo podía responder con una mueca de "no se que hacer al respecto". No obstante Sam seguía preocupada, era inevitable, por lo que a pesar de todo lo que había dicho el guitarrista, faltando un par de canciones de Asking Alexandria desapareció decidida en dirección al camarín de Coldrain donde se encontraba Masato sentado en una silla sin despegarse de su móvil con un rostro un tantro angustiado. Sam quedó en el umbral de la puerta observando, su intención no era husmear, de hecho quería hacerse notar con un pequeño carraspeo de garganta frotándose los brazos ya que no podía evitar disimular el frío que sentía, con lo que Masato desvió su mirada, sonrió levemente pero luego se impresionó.

-Estaba convencido de que no querrías saber de mi.- Dijo con pesar, ya que Sugi le había comentado todo lo que habló con la chica previamente, y con aquella explicación era entendible que nadie quisiese acercarse.

-Pensé en no venir, pero la verdad sin tener idea de quien eres o que te pasa, creo que es preocupante que estés en ese estado.- Dijo Sam desde el umbral de la entrada seria, pero suavemente, aún frotando sus brazos.

Masato le ofreció una silla junto a él para sentarse frente a frente, probablemente la silla en la cual había estado Sugi los últimos momentos, Sam entró y lo observó pero dejando de lado cualquier atisbo sentimentalista de por medio se decidió a hablar. 

-Y? Estás cómodo con un completo extraño al frente contigo así?- Preguntó firme la chica  con una pequeña sonrisa sabiendo que tal vez si podría ser incomodo para él, debía ser realista con la situación.

-La verdad... no se lo que siento realmente ahora, pero si te interesa estar aquí con el pobre tipo que no sabe que quiere de su vida en este instante lo aprecio.- Respondió serio y lastimosamente.

-No sería la primera vez que trataría con alguien así- Rio Sam. -Algo en lo que pueda ayudar?- Pregunto un poco más seria.

-Sabes?- suspiro Masato observando a la chica mas detenidamente -Todo lo que ocurrió hace unos momentos ayudó bastante... bueno... al menos ayudó mientras duró.- Dijo inicialmente con una sonrisa, pero desvaneciéndola al recordar todo lo que había causado desviando su mirada al piso.

Hubo un silencio resignado. -Quieres estar con ella, Hayakawa?- Le preguntó Sam después de unos segundos.

-Si...- Respondió automáticamente el joven. Si bien aquella respuesta había trizado levemente el corazón de la chica no estaba dispuesta a tomar en cuenta aquello. Sin embargo casi inmediatamente Masato volvió a responder.

-No lo sé... Digo que si porque siento que es lo único que he hecho desde que terminó todo.. en parte siento que lo estoy diciendo porque es lo que debería decir... la verdad a veces me pregunto si realmente quiero estar con ella o solo quiero volver a lo que era antes.- Dijo analizando sus sentimientos mientras seguía observando un punto fijo en el piso, inclinado con sus codos en sus rodillas y juntando sus manos.

To be AliveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora