Obsesión || Jack Conway y tu [TERMINADA]

46. De chill 🤙🏻😋

Narra Jack Conway

Termino mi interrogatorio y me levanto, acomodando las mangas de mi camisa. Agarro el móvil mientras contesto los mensajes de mi mujer quien me manda fotos de su vientre mientras me dice que tiene hambre.

El enojo me funde otra vez al ver que aún se ven sus muslos con hematomas y agarro un tubo de acero, el mismo con el que golpearon a Tanya. Su grito se ahoga con el trapo que tiene en la boca cuando lo golpeo varias veces sin medir mi fuerza.

—Te vas a cagar, Conway... —Dice con odio cuando le quito el trapo de la boca. Está sudado y agitado, tiene espamos a causa de los golpes y la verdad se merece más—. Van a venir por mí y...

Lo callo de un puñetazo, volandole varios dientes y escupe sangre.

—Nadie va a encontrarte aquí pedazo de mierda. —Tiro de su cabello—. Te vas a pudrir aquí durante años, gilipollas.

Le doy más golpes para luego limpiarme las manos con un trapo y meterle el mismo por la boca así no puede hablar más sandeces.

Salgo de la cabaña vieja y sucia para subirme a mi coche y conduzco durante una hora hasta llegar a la ciudad. Paso por una tienda para comprarle a Tanya sus antojos y me monto en el coche otra vez para ir al hospital.

—Te estaba buscando. —Aparece Nick, aunque el me dice que le diga Nicolas porque todavia no tengo el derecho de llamarle Nick, mi suegro por detrás—. ¿Te parece este color para el cuarto de mi nieto?

Me muestra una gama de colores asquerosos y no sé que decirle.

—Emmh, no tenemos pensado criarlo aquí.

—¿Entonces en Hawaii? Me parece perfecto, comenzaré a buscar casas. —Se aleja mientras habla por teléfono en busca de casas y no puedo creer que este tan emocionado por eso.

Me imaginaba algo como «Hola señor Morgan, si, yo embarace a su hija. ¡Oh no! ¿Por qué tengo una navaja en mi traquea?»

Le resto importancia y me meto a la habitación donde Tanya está recostada de lado, parece cansada, demasiado cansada y al escuchar la puerta tensa su cuerpo en busca de algo para defenderse.

—Soy yo Nena, te traje lo que me pediste... —Se relaja cuando me ve pero sigue nerviosa mirando detrás de mí así que cierro la puerta.

Camino hasta llegar a su lado y me siento en la camilla.

—Tu helado. —Me sonríe y lo toma, dándome un beso en la mejilla.

—Gracias.

No puedo evitar que mi mirada caiga en los hematomas que tiene y me siento terriblemente mal y angustiado. Yo tenía que cuidarla a ella y a mi hijo.

Acaricio su vientre mientras me dice que tiene ganas de hacer luego de que salgamos de aquí. También la acompaño a visitar a Kylie que aún sigue algo herida del atentado de hace unas semanas.

Su ánimo mejora cuando sus otras amigas vienen a verla y las cuatro permanecen en el cuarto de Kylie del cual me echan para pasar una tarde de chicas.

—Te veo perdido. —Le digo a Greco cuando se sienta a mi lado mientras toma café.

—Seré padre.