Yo soy el reflejo de Thomas.
Cada mañana, Thomas se levanta y entra en el cuarto de baño.
…Y hace muecas.
Estoy tan cansado de las muecas. Las hace por lo menos durante media hora. Muecas burlonas, ridículas. No tengo más remedio que imitar todas sus acciones, aunque por dentro estoy hirviendo de ira.
Él hace esto todos los días… bueno, lo hacía.
Una mañana se despertó como de costumbre, y entró en el cuarto de baño.
Esa mañana, involuntariamente, cogió unas tijeras.
Esa mañana, involuntariamente, apretó fuertemente las tijeras y las alzó.
…Esa mañana, totalmente en contra de su voluntad, Thomas se clavó con fuerza las tijeras directamente en su ojo derecho.
Thomas gritó y gritó. Yo gritaba y gritaba, con una diferencia.
Yo no puedo imitar su dolor.
Sólo su rostro.