ENCUENTROS FORTUITOS

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se rumoreaba de un hombre joven, de pálida piel, y fina estampa, sus ojos rojos eran lo mas llamativos...pero no todo lo que brilla es oro, cada noche una nueva victima, asesinada de formas terribles, pero con el mismo patrón, y encontrados en la mañana sin una gota de sangre en sus cuerpos inertes, todos criminales, los mas viejos cuentan que aquel hombre, no siempre fue esa criatura de la noche, disfrutaba junto a su amada ayudar a quienes lo necesitaban, pero una noche de luna roja, asaltantes los atacaron, abusando de su prometida frente a sus ojos, desesperado logro morder el cuello de uno de sus agresores para salvar a su amada, pero sin piedad lo apuñalaron hasta el cansancio, herido, callo al cadaver de su amada, juro vengarse de todos quienes cometieran actos injustos contra los débiles...sus palabras fueron escuchadas por un demonio que le otorgo fuerza, poder, y una vida inmortal que tendría que mantener a base de la sangre de sus victimas,...sus pasos anuncian muerte, pero no solo busca venganza, busca a su amada cada noche, con la esperanza de encontrarla, y sentirse vivo una ultima vez...pero eso es solo lo que dice la leyenda, ahora vamos unos años mas adelante adentrándonos en el siglo XIX donde el progreso y la remodelación es inminente ante el nuevo poderío de la corona inglesa, sus calles de olor y aspecto pútrido solo son embellecidas por su jolgorio mercante, sus puestos de pescado seco, joyas de gitanos, prendas de las mas finas sedas, a precios razonables claro, y todo lo que por tu mente llegara a pensar, la calle Oxford lo tenia todo, pero algo de entre todas las personas que iluminaban de colores el lugar una joven destellante con su belleza pura y casta eran de  notarse, su vestido rojo sus cabellos dorados, y sus ojos verdes esmeralda, única en su clase, su piel tersa y delicada de color muy pálido solo ruborizado por su leve cantidad de maquillaje, las miradas de los hombres postradas sobre ella, expresando pasión y lujuria...deplorable comportamiento, la noche se acercaba con gran rapidez, todos abandonaban sus puestos, llevándose consigo sus mercancías dejando un paisaje desolado, como si toda la alegría se evaporara en la luz de la luna, que bañaba el pavimento gris.

Los pasos de unos zapatos de fina suela metálica, se escuchaban por ya la calle oscura, un silbido melódico y su presagio de muerte, su sombrero de ala ancha negro, con una cinta roja, su sonrisa de afilados colmillos, blanca como si fuera mármol, su abrigo negro con corbata al igual que su sombrero  de un rojo sangre, su pantalón impecable, y sus zapatos reflejaban igual que un espejo, y en sus manos guantes blancos sostenían un reloj de oro sujetado a una cadena, y en su otra mano un bastón de empuñadura pulida de escama de dragón, sus pupilas de color dorado, sus rasgos juveniles, su cabello negro peinado para atrás, en un callejón aguardaban asaltantes que por su forma de vestir eran de alguna alcantarilla o así los podría describir, sus ropas rasgadas y sucias por el hollín de las chimeneas que parecía y limpiaban, me apuntaban con sus navajas sin filo y oxidadas, sus miradas absortas en un deseo...opio, no pensaban en nada mas que conseguir dinero para continuar con sus trances psicodélicos, sus gritos desgarradores de pronto se escucharon hasta en lo mas recóndito de los callejones mas profundos, las sombras de la escena tan mórbida, sus cabezas siendo arrancadas de su cuello, su piel desprendiéndose del hueso, sus venas al descubierto emanaban sangre en exceso, su horror presenciando como quien creyeron y era una victima fácil ,los mutilaba uno a uno sin perder su sonrisa diabólica, sus dedos en la boca de uno de ellos levantaba poco a poco, sus mejillas cedían ante la fuerza con que este tiraba para arriba, desprendió su mandíbula superior de la inferior dejando su cabeza colgando de la unión de su lengua a su garganta, sus pútridos dientes,  quedaron en evidencia, por su garganta expuesta subía vomito que se escurría hasta su pecho, su próxima victima no le fue mejor, su pecho fue abierto desde el centro, sus costillas arrancadas de una en una, su corazón aun latiente y sus pulmones se detuvieron, y sus dedos presionaron contra estos perforandolos...su risa se desvanecía conforme se alejaba de la masacre que había hecho,  la niebla poco a poco cubría al hombre que nunca permanecía hasta que el sol diera sus primeros rayos en el horizonte....

su risa se desvanecía conforme se alejaba de la masacre que había hecho,  la niebla poco a poco cubría al hombre que nunca permanecía hasta que el sol diera sus primeros rayos en el horizonte

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Noches en LondresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora