026. Doble latir.

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Yeun durmió entre sus brazos

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Yeun durmió entre sus brazos. Pero cuando Hoseok despierta se ha marchado. Y por más que era evidente, no puede evitar sentir esa punzada de decepción en su pecho. ¿Será que en realidad todo acabó? Y si es así, ¿por qué se siente tan extraño?

Después de diez suspiros y un par de mensajes de voz para Namjoon contándole lo sucedido, al no soportar esperar a que le devuelva las llamadas, se levanta para darse una larga ducha de agua tibia, con el objetivo de quitarse la cara de idiota y todos los besos que la noche anterior le supieron a nunca más.

Con una taza de café entre sus manos observa el amanecer a medias desde la ventana de su habitación. La luz del sol ya ilumina la ciudad.

Podría describir esto como la ausencia de una carga que llevaba en su espalda. Es como si la mayor parte de sus problemas se han desvanecido después de tanto tiempo. Se siente tan tranquilo que nota las intensas ganas de llorar. Se lo permite hasta que le duele la cabeza, prometiéndose a sí mismo que es la última vez que derrama una lágrima por su causa, por más difícil que sea.

El sábado transcurre en paz, con la brisa fresca del otoño y una rápida lluvia que lo limpia e ilumina todo. Hoseok observa el cielo desde el balcón como cada noche. Ha apagado su celular tras las insistentes llamadas de Namjoon, puesto que no tiene ánimo de lidiar con sus regaños hoy. Está demasiado tranquilo para eso. Desde su lugar, nota cerca la figura de Min Yoongi, quien lo acompaña en silencio durante un largo rato desde el balcón a su derecha.

—Es la primera noche estrellada desde septiembre —menciona con suavidad.

—¿Lo es? —inquiere Yoongi.

Sus ojos se encuentran en su acostumbrada distancia, la voz de Yoongi le parece más dulce que en día anteriores. Y, en efecto, lo es.

—Lo es —asegura.

—Te ves diferente.

—¿Sí? —Yoongi asiente con una sonrisa—. Me siento diferente. Después de...- —Se calla, notando lo distraído que está de la nada.

—La vi salir en la mañana, justo bajaba de la azotea —dice Yoongi. Hoseok forma una mueca avergonzada y gira la cabeza para mirar hacia el mar en la lejanía—. ¿Era ella? —Da un asentimiento.

—Soy un idiota, ¿no es así?

Yoongi imita sus acciones, y aunque Hoseok no le está viendo, niega con su cabeza ante aquellas palabras.

—Es normal. Sólo creo que te tardaste demasiado. Iba a pasar en algún momento —afirma—. ¿Cómo te sientes?

—Extrañamente tranquilo. —Yoongi sonríe—. Desperté en paz y he estado así todo el día. ¿Así se siente la liberación de algo que te viene persiguiendo durante meses?

—Así se siente. Me alegro, Hoseok.

—¿Alguna vez tú...?

—Todos en algún momento lo vivimos. Es normal. Poco sano, pero normal. —Yoongi se encoge de hombros—. Claro que no perdí diez años de mi vida con la persona equivocada. Sólo fueron tres, lo cual ya es mucho.

Dulces de humo ✎ yoonseok.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora