1 año después.
2 de Junio 1995.
Traidor ¡Traidor!"
Unas voces se oyeron en su cabeza.
"¿Como pudiste hacernos esto?"
"¡Escapa, corre! ¡Espera que te encuentre y te juro que te mataremos, traidor!"
Imágenes de él conduciendo en la carretera ensangrentado por como lo acuchillaron aparecieron en su cabeza. Un ciervo apareció en medio de la pista y el volteo el coche cayendo desde una gran altura. No entendía como había sobrevivido, pero hace unas horas se encontraba arrastrándose en el suelo con sangre escurriendo de su cabeza.
Y ahora se hallaba frente a una cabaña en plena lluvia.
—Alguien... por favor... ayuda...
Con la esperanza de encontrar a alguien se apoyó de cada árbol hasta finalmente caer al suelo y arrastrarse en el barro hacia la puerta hasta alcanzar a tocarla, pero estaba tan débil. Toco varias veces alzando la voz lo más que podía a pesar de que el sonido de la lluvia era fuerte.
—Ayuda... ¡Agh!
No importa cuánto tocase, nadie salía y la puerta no podía abrirse por más que lo forzara. Agarrando su ombligo de donde se desangraba, se levantó del suelo volviendo su vista hacia la ventana, el rostro de un joven apareció en esta haciendo que sus ojos se abrieran aún más y pidiera ayuda con desesperación.
—Ayuda... ¡Por favor!... ¡Ing-ah!
Ya no podía mantenerse de pie y gimió de dolor. Era la primera vez que se había lastimado tanto. Entonces cuando apenas choco miradas con el otro, este cerro la cortina. Lo que hizo que Yoongi se enfureciera y golpeara aún más fuerte la puerta, pero de pronto su vista se nublo y dio un paso atrás perdiendo el equilibrio.
No se permitía cerrar los ojos, se obligaba a despertar, temía que cuando los cerrara no los volviera abrir más y completamente empapado de sangre, poco a poco se sentó en el suelo.
—Maldición —El pelinegro miro una última vez la ventana y luego cerro los ojos de a poco—. Ayúdame... por favor...
—No —Una leve voz se oyó en respuesta.
Yoongi trato de abrir los ojos, el joven nuevamente apareció en la ventana. El rubio lo miro sin ninguna expresión ladeando la cabeza escondiéndose tras la cortina.
—Por favor...
El joven lo miro por unos segundos, pero volvió a cerrar la cortina. Con eso su vista se fue nublando de apoco hasta finalmente caer al suelo desmayado. Nunca se imaginó en ese estado llegando a pensar que era su fin, pero seguía aferrándose a la vida, aun quería seguir viviendo.
—A.. yu... dame...
El chico volvió a mirar hacia la ventana al escuchar un golpe fuerte. Unos segundos después la puerta de madera se abrió. La cabellera grisácea resalto entre la lluvia mientras miraba el cuerpo que se hallaba tirado frente su puerta.
—¿Se murió? —dijo el joven de cuclillas.
Miro la sangre que discurría de la ropa del pelinegro y luego presiono con el dedo la parte herida.
—Ugh...
El joven al ver la expresión de dolor del extraño, alejo su dedo de inmediato.
—Le duele, está herido.
Miro a su alrededor y no había nadie más que ellos dos.
¿Por qué el chico llego en ese estado?
Es un extraño y no sabía si era bueno o malo. ¿Debería simplemente dejarlo?, Pensó
"Jimin, nunca debes hacer caso a los extraños."
"¿Extraños?"
"Si, personas que no conoces. No importa que, nunca dejes entrar a extraños."
Jimin recordó lo que le dijo una vez su padre, entonces se levantó y se dio la vuelta, pero una presión en su pierna hizo que este volteara a ver nuevamente al extraño, este aún seguía delirando, pero su mano se encontraba aferrándose a su pierna.
—Ahora tengo más cosas de las que encargarme —dijo el grisáceo mientras quitaba las manos del chico de su pierna.
Miro hacia el cielo que se tornaba más oscuro empezando a llover aún más fuerte. Si se quedaba afuera el chico definitivamente moriría desangrado. Volvió a mirar al chico más tiempo y luego le agarro ambos brazos arrastrándolo hacia adentro. Cerró la puerta y cargo al chico en su espalda hasta ponerlo en la cama de uno de los tantos cuartos que había.
La herida que tenía el chico en el ombligo tenía la forma de una cortadura de cuchillo, pero no parecía tan profunda. Jimin no sabía nada de medicina, pues nunca le llamo la atención, a penas y había observado algo de su padre cuando se lastimaba y se vendaba colocándose unas hiervas en donde se lastimaba, o cuando tenía fiebre. Aun así, trato de curarlo con lo que tenía y con lo que había leído.
El chico ya encontrándose vendado con un pañuelo mojado en la frente por la fiebre, parecía dormir profundamente. Jimin sin una expresión en su rostro lo miro sentando sobre una silla frente a la cama, el chico a quien veía no se movía. Toco su mano, pero al sentirlo frio de pronto acerco su oído al pecho del chico y al oír su corazón latir con normalidad, se alejó al saber que seguía con vida.
Se incorporó después de revisar al chico, pero apenas se puso de pie un olor inundó sus fosas nasales.
—El olor se hace cada vez más fuerte.
Miro por última vez al muchacho para después salir de la habitación y bajar las escaleras de madera que crujían al pisar cada escalón. El olor se hacía cada vez más asqueroso y repugnante mientras más se acercaba.
Camino entre la alfombra hasta llegar al sillón donde yacía el cadáver, la cual estaba envuelto de moscas. Jimin solo lo miro sin una pisca de asco, estaba tranquilo, porque el que se encontraba en ese sillón no era más que su padre.
—Padre, tenemos un invitado —hablo Jimin mientras limpiaba todo el lugar, empezando por sacar todo el polvo y las moscas—. Pero no te preocupes, se ira apenas despierte.
No importa cuánto limpiara, el olor aún permanecía, pero al menos hacía que el olor no fuera tan fuerte como antes. Al terminar cambio la manta que tenía encima su padre por otra limpia. Al ya haber acabado Jimin saco del bolsillo de su pantalón una caja la cual contenían varias pastillas, las pastillas que le enseño hacer su padre y llevándose una a la boca, encendió la chimenea.
Acomodo el cabello grisáceo que le caía en los ojos hacia atrás. Su cabello estaba más largo que antes que llegaban hasta sus hombros, incluso los cabellos sobrepasaban un poco sus ojos. Desde que su padre no volvió a despertar, no había nadie que le cortara el cabello. Y sentándose en el sillón al costado de su padre como todas las noches, espero tranquilamente a que fuera el día siguiente y que el extraño despertara.
El pelinegro talvez ese día había encontrado a su salvador, sin embargo, Jimin no pensaba lo mismo. A pesar de haberlo ayudado, Jimin no había olvidado sobre la otra cosa que le dijo una vez su padre sobre los extraños.
"Jimin, cuando te encuentres con otro ser humano y veas que no tiene buenas intenciones, debes matarlo, porque te aseguro que ellos no tendrán compasión por ti, debes protegerte primero a ti."
Y Jimin repitió una y otra vez lo que le dijo su padre en su mente con el reflejo de las llamas del fuego en sus ojos mientras sujetaba fuertemente el cuchillo que tenía escondida debajo del sillón de su padre.
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CREADO | Yoonmin
FanfictionYoongi nunca imaginó encontrarse en una situación tan inusual: malherido, tocando a la puerta de una casa en busca de ayuda. Lo que no sabía era que detrás de esa puerta conocería a Jimin, un ser diferente a todo lo que había visto antes. Mientras s...