¿Puedes Quedarte, Devorador de Sueños? [MikeRap]

Capítulo Único

Se cree que un Bakku es una criatura que está compuesta por distintas partes de animales. Aunque eso no eso del todo acertado. Un Bakku, es una criatura que si bien por momentos luce como una quimera por otros se ve como un joven con un aspecto bastante común.

Hoy, recostado en la rama de un árbol, un Bakku cualquiera recordaba que hace ya muchas lunas nadie lo llamaba. Con el pasar del tiempo las personas dejaron los mitos de lado y se enfocaron más en el frío avance de la sociedad. Ya nadie le teme a los kappa ni se hacen amigos de ellos, nadie cree en los Goryō y nadie recuerda el nombre de Amaterasu, cuando escuchó a un kappa decir eso sintió un extraño escalofrío por su espalda.

Tenía que admitirlo, las terapias y los medicamentos para dormir habían sustituido a los suyos, pero ¿Por qué era mejor una boba pastilla y un hombre que escucha tus quejas por horas a una simple llamada y tal vez una amena charla?

El ser inmortal suspiró profundamente, odiaba que el mundo haya cambiado.

Cuando su tristeza se convirtió en resignación se acomodó en la rama para que la brisa nocturna lo arrullara y poder así tomar una siesta de unas dos décadas, segundos antes de cumplir su cometido escuchó en el silencio de la noche una dulce voz que lo llamaba para que pudiera cumplir un favor.

-Ah, esperaba esto desde hace siglos.

Y en un parpadeo llegó al sitio. Este no era nada remotamente similar a lo que alguna vez conoció, habían cosas extrañas sobre las mesas y un rectángulo pegado a la pared, el Bakku tenía la sensación de que lo había antes pero eso no le quitaba que era extraño, en el suelo vio una cosa con forma de tiburón y en una especie de estructura vio figuritas de personas que jamás había visto en su longeva vida. Después de haber visto con detenimiento cada cosa, clavó su mirada en el chico que se distinguía levemente por la luz de la luna que entraba por la ventana, luego de haber visto tantas ropas extravagantes durante sus cenetenares de años de existencia pasó por alto su vestimenta rara para dormir y se enfocó en su cabello rizado y despeinado, en la oscuridad no pudo distinguir bien el color de sus ojos pero sabía que eran de un color oscuro.

-¿Tienes algo que pueda comer?- le preguntó sentándose en el aire con las piernas cruzadas.

-Por dios, eres real- dijo el chico sin responder a su pregunta.

La criatura mitológica respiró hondo tratando de ocultar su cólera bajo una suave sonrisa, no le gustaba para nada que alguien lo llamase por gusto. Sin decir una palabra, puso sus pies en el frío suelo y abrió la ventana para irse, necesitaba caminar para recuperar su paz interior.

-No espera- se escuchó cuando ya tenía medio cuerpo fuera -si tengo una pesadilla para ti.

La quimera inhaló hondo y se sentó en el borde de la ventana.

-Escucha, buen Bakku, el relato de mi sueño.

Este escuchó en silencio el sueño que le estaban ofreciendo y mientras lo hacía pensaba dos cosas, la primera era que ese chico tenía una pesadilla preocupante, no era un mal presagio, pero lo atormentaba la culpa de un hecho incontrolable, la segunda era por qué un jovencito como este en lugar de usar métodos actuales para curar sus males prefirió recurrir al pasado.

-¡BaKku kuraë! ¡Bakku kuraë! ¡Bakku kuraë! ¡Devora! ¡Oh Bakku! ¡Ven a comerte mi sueño!

-Gustoso devoraré este sueño que tanto te aflige, tendrás dulces sueños cuando termine.

Y así fue...

[...]

Desde que conoció al chico de cabello rizado su hambre había sido saciada, extrañamente los sueños de ese joven llamado Miguel lo llenaban por completo, tal vez porque durante bastantes siglos no comía del todo bien.