CAPÍTULO 12

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Lo bueno de Hawái era que podías encontrar bares y bebida en cada rincón, cómo el bar en la playa donde se encontraba ahora. Cómo extrañaría las bebidas de Hawái.

Si, ¿Patético no? Harry Potter ahogando sus penas en alcohol.

Ya iba por el quinto coco loco cuando escuchó una voz fastidiosa.

- Harry – Seamus lo saludó con entusiasmo mientras se acercaba y tomaba asiento a su lado –. Pero que divertido que estuvo anoche

- Ya lo creo – Harry sonrió a su viejo compañero.

- Oye – llamó su atención, curioso – ¿Dónde está Draco?

- Seamus – suspiró, dejando ir todo lo malo, y miro a su acompañante –, Draco está en su boda.

- ¿Qué?

- Jamás fui su esposo – admitió, sintiéndose bien –. Fue una mentira que te dije esa noche.

- ¿Por qué? – Seamus parecía muy sorprendido, cómo si le hubieran dicho que los aliens existían.

- Porque no soportaba la idea de que supieras la verdad – aceptó –. Y sí, soy padre soltero con un divorcio detrás, con dos hijos que amo más que a nada en la vida, aún uso internet telefónico, y Hermione te ganó a mejor sonrisa, junto con el mejor promedio.

Seamus lo miraba más que sorprendido, estaba pasmado y atónito con cada una de sus palabras.

- Soy el asistente de Draco Malfoy – siguió bebiendo un trago de su coco loco –, sólo eso.

- De verdad – dijo pasmado –, jamás hubiera creído eso; la conexión entre Draco y tu fue... algo inefable.

- Es asombroso – admitió con una sonrisa suave de labios cerrados –, aunque tiene sus fallas, es una gran persona, y tal vez me enamore de él, pero ya nada de eso importa, porque él es feliz y se está casando con otra persona, justo ahora.

- Bueno – Seamus giro la vista, nervioso, pero lo volvió a mirar –, ya que estamos siendo sinceros, Deen no invento el IPod, sólo se hizo millonario demandando a "Red Bull" porque no le dieron alas de verdad.

Harry estallo en carcajadas y Seamus lo siguió de inmediato. Un abrazo a modo de disculpa fue dado entre ambos, hasta que una tercera voz los separó.

- Que lindo es decir la verdad – dijo Draco sonriendo, y Harry se giró sorprendido para mirarlo – ¿Estabas diciendo la verdad cuando dijiste que te enamoraste de mí?

- Los voy a dejar solos – dijo Seamus y le murmuró un "suerte" a Harry antes de alejarse.

- ¿Y dónde están mis hijos? – preguntó, evitando responder a la pregunta hecha.

- Con Astoria – respondió con tranquilidad –, fueron por un helado.

- ¿Y qué tal la boda? – trató de fingir entusiasmo.

- Está bien, escucha – Draco se acercó a él, ambos seguían sentados en la barra –. Estaba en la sima de ese acantilado, y comencé a ver de reojo al pacifico, entonces me dije: "guau, estoy a punto de iniciar una parte importante de mi vida con la persona que más amo". Pero había un problema; la persona que tiene todo mi amor, no estaba allí conmigo.

- ¿No estaba? – preguntó sorprendido.

- No – Draco sonrió –, no estabas ahí.

- ¿No te casaste? – Harry parecía no creer lo que pasaba.

- No lo hice – asintió –. ¿No crees que algo lindo nos está pasando?

- Draco – Harry lo miro –. No, no quiero que un día despiertes y te des cuenta de que el viaje terminó. Esto es real, yo soy real.

- Siempre fuiste lo único real en mi vida – admitió –. Este viaje no comenzó hace tres días, comenzó desde hace años.

- Tengo dos hijos, y no los voy a desechar.

- Adoro a esos niños – sonrió –, incluso puedo admitir que me caen bien, y quiero pasar con ellos veinte horas al día.

- ¿Y las otras cuatro? – indagó, curioso.

- Quiero tenerte sólo para mi – admitió acercándose aún más –, si me lo permites, si aceptas y quieres estar conmigo.

Harry lo miro a los ojos, en silencio, quería creer que era real, pero también tenía miedo de despertar.

- ¿Me permites hacer lo que anoche los niños interrumpieron? – preguntó Draco y Harry asintió.

Sin más, unieron sus labios en un tierno beso, y Harry comprobó que no estaba soñando. Ese beso dio un comienzo para los dos, y estaban feliz por ello.

..

Al final todo terminó bien.

Lily cumplió su sueño de nadar son delfines.

James entro a un curso de actuación con verdaderos actores, incluyendo al verdadero Louis Cordice.

Astoria conoció a un chico de su edad en el viaje de regreso y congeniaron muy bien.

Blaise se quejó por un tiempo, alegando que no era justo que él se quedara con Harry, pero al poco rato los felicito y se dispuso a armar una fiesta.

Si, ahora por fin era feliz y llevaba un anillo de bodas real, y cada vez que alguien preguntara, él estaría feliz de responder que estaba casado. Estaba casado con un hombre asombroso, de buen corazón, que no lo golpea, que no bebe, bueno, no mucho, y que lo hace feliz todos los días con tan sólo una sonrisa.

- ¿Me concede esta pieza, señor Malfoy-Potter? – preguntó Harry acercándose a la mesa desde donde él lo observaba.

- Sera un placer, señor Potter-Malfoy – sonrió Draco.

Definitivamente, a Draco le encantó la forma en la que el destino le enseño su lugar y su persona.

Su persona siempre fue Harry, sin importar el ámbito, Harry era un constante en su vida. Un constante que le hacía bien. Y su lugar era a su lado, con él y para él.

Fue así que, entre los brazos de Harry, bailando a la par de la música y observando lo bien que se veían sus manos entrelazadas junto al par de anillos, sonrió feliz, sabiendo que no importase lo que desde ahora ocurriese, él estaría feliz si Harry está para acompañarlo.

Un Esposo de MentiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora