Capítulo XI

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Había obtenido una gran cantidad de dinero de la tesorería lo suficiente para sobrevivir un largo tiempo. Viajando de pueblo en pueblo sin compañía. El dinero le duró tres meses. Su estómago abultado sobresalía un poco de sus ropas pero no demasiado como para llamar la atención. Las personas solo pensaban que era un hombre un poco pasado de peso y no dedicaban mucha importancia. 

Después de pagar la noche en la posada. Caminaba por una calle poco transitada. Ahora tenía que hacer lo que llevaba evitando desde hace tiempo. Tenía que volver a la cumbre para obtener más dinero. Sus últimas monedas las había  utilizado para pagar la habitación. 

Ahora estaba sin dinero y completamente hambriento. Lo peor de todo era que por el hambre no tenía la fuerza suficiente para volar en su espada y no quería arriesgarse a caerse desde muy alto. Iba a esperar a que sus fuerzas regresaran un poco para irse porque tampoco quería caminar hasta allá. Tardaría más de dos meses a pie,así que no era una gran opción. 

El olor de las ventas de comida le inundaban las fosas nasales provocando que su boca se hiciera agua saboreando la dulzura. Cuando dobló la esquina de la calle una persona caminaba frente a él, pero tuvo que salir del camino y desviarse por un lado debido a que alguien desconsiderado estaba parado al frente y no se movía. 

Cuando la persona frente a él se fue a un lado. Shen qingqiu automática se quedó paralizado al ver a luo binghe viéndolo de frente. Con el ceño ligeramente fruncido haciendo un pliegue entre sus cejas. Las manos a sus costados. Su espalda tan recta haciéndolo parecer alguien inquebrantable. El viento movía suavemente las mangas de su bata. 

Los ojos de shen qingqiu parecían que iban a salir de su órbita. Miraba fijamente a luo binghe sin mover un músculo. Binghe está tan cauteloso como si intentara atrapar a un conejo asustadizo. Dio un paso sumamente lento provocando que shen qingqiu diera uno atrás. Viendo eso se detubo y no avanzó más. 

Cuando shen qingqiu se recobró del asombro. Rápidamente da media vuelta y comienza a caminar con pasos apresurados, sin embargo, no logró llegar muy lejos cuando sintió un par de fuertes brazos rodeándolo desde atrás. 

-shizun - la voz de luo binghe tenía un rastro de miedo y cautela. 

Shen qingqiu sintió los fuertes brazos apretarse demasiado en su estómago y rápidamente hace un gesto de dolor Colocando sus manos sobre ellos - binghe, no aprietes - dice con voz suave. 

Al instante binghe afloja su agarre pero no lo soltó. Shen qingqiu deja escapar el aire. Antes de que pudiera decir una palabra sus tripas rugen estruendosamente. El rostro de shen qingqiu se cubre de un rojo intenso y para disimularlo se cubre con su abanico. El sonido fue tan fuerte que era imposible que binghe no escuchara. 

Efectivamente luo binghe acerca su cara a la oreja de su shizun y dice con una sonrisa - ¿Shizun tiene hambre? 

Desviando la vista a un lado shen qingqiu aclara su garganta antes de decir en tono serio - No. 

Como si no lo hubiera escuchado luo binghe sigue - Shizun, deje que este discípulo lo alimente. 

Shen qingqiu sabía que luo binghe no lo dejaría en paz hasta que comiera algo y además en verdad tenía hambre y no podía esperar hasta llegar a la cumbre por lo que asintió bajando su abanico. Luo binghe lo llevó al restaurante más cercano de la mano sin soltarlo ni un momento. 

Eligieron una mesa alejada de las personas. La comida fue servida en un instante. Un recipiente caliente tapado con una tapadera pequeña fue colocado frente a shen qingqiu. Cuando lo destapó el vapor le golpeó la cara y ese olor tan fuerte provocó que sus tripas se rovolvieran. Sabiendo lo que se avecinaba se levantó rápido de la mesa y con pasos ligeros casi corrió hasta llegar al baño. Después de entrar solamente empujó la puerta para cerrarla sin asegurar. Luego se inclinó en el baño y bonito lo poco que le quedaba a su estómago. cuando Levantó el dorso de una mano para limpiar su boca. Una mano desconocida con un paño húmedo lo sorprendió cuando lo limpió suavemente. 

AH LUODonde viven las historias. Descúbrelo ahora