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Las orejas del híbrido se movían por el viento, el gorro de algodón que traía puesto tenía dos agujeros para que sus orejas no estuvieran apretadas, su esponjosa y grande cola se meneaba de un lado para otro

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Las orejas del híbrido se movían por el viento, el gorro de algodón que traía puesto tenía dos agujeros para que sus orejas no estuvieran apretadas, su esponjosa y grande cola se meneaba de un lado para otro. Era temprano, había salido para hacer las compras, JongWoo estaba dormido y no quería molestarlo, así que decidió salir él solo, después de todo, sus instintos lo llevaban a ser independiente.

- ¡Hola, señora Choi! - Saludó con entusiasmo el híbrido.

La señora de unos 50 años saludó con una sonrisa. Desde que JongWoo lo trajo por primera vez, era agradable la presencia del hibrido en el lugar.

- Hola, MoonJo, ¿qué hay de JongWoo?

- Lo dejé descansando, pronto entrará a trabajar, debe disfrutar lo que le queda de vacaciones. - Sonrió MoonJo, calculando mentalmente el precio total de las cosas que compraría.

- Vaya, ¿no tuviste problemas al venir? ¿Nadie te molestó?  

MoonJo negó con la cabeza y la miró con su bonita sonrisa, resaltando sus dientes delanteros, pidió sus compras mientras dejaba el dinero de una forma muy ordenada sobre el mostrador, adelantándose a decir el precio total, la señora Choi le sonrió satisfecha al confirmarlo en su calculadora.

- Eres muy inteligente, Moon. De seguro hubieras sido un muchacho estrella si hubieras ido a la escuela.

MoonJo la miró y pensó el cómo hubiese sido ir a la escuela. 

Le sonrió nuevamente para despedirse.

- Cuídate mucho, Moon, mándale mis saludos a JongWoo-ah.

- ¡Si, señora Choi! - Salió MoonJo de la tienda, chocando despacio con el hombro de alguien más - ¡Oh, lo siento! - MoonJo hizo una reverencia, sintiéndose algo consternado, se sentía avergonzado si fallaba al salir.

- .... ¿Estabas de compras tú solo? - Preguntó el hombre, curioso por ver a un hibrido saliendo solo.

Cuando MoonJo alzó la mirada, sintió que el corazón se le detenía, frente a él estaba un hombre alto y esbelto, con el pelo algo canoso, pero aún así lucía joven, lo suficiente como para poder reconocerlo, el hombre se le quedó mirando.

- Oye... tú.... - Ladeó la cabeza, MoonJo temía haber sido reconocido.

- Perdón... - Su voz sonó algo ahogada - Tengo prisa.... - Murmuró algo bajito, aferrándose con fuerza a las bolsas con las compras, volteándose para volver a casa.

Tras de él pudo escuchar a la señora Choi saludar a ese hombre.

- ¡Oh, señor Kang! ¡Tanto tiempo!

¡Hey, You! Lemon EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora