ELE (Versión Extendida)

46. EPIFANÍA

El proceso no va muy bien y supongo que tendré que prepararme para pasar aquí lo que me quedé de vida. Eso, si es que no me matan antes como ya intentaron. Pero les agradecería que lo hicieran si las cosas no salieran a mi favor.

Hoy vino Frida a verme y me destrozó ver sus cicatrices y saber qué el niño... ¡Dios, como pudieron! ¡Era solo un bebé! Siento tanto dolor. Por el niño, por ella y por no poder estar disponible para abrazarla.

No fue fácil hacer lo que hice, sobre todo, porque tal vez esperaba de mí algo muy diferente. Pero lo hice pensando en ella. Ya le han hecho mucho daño, el peor daño que pudieron hacerle. Pero si insiste en seguir conmigo, podrían hacerle cosas peores.

Además, aun si saliera, no puedo ofrecerle nada ¿Quién va a darme trabajo ahora? ¿Y si se decepciona de mí? Si es que no lo está lo suficiente en este momento... Debe creer que soy un infeliz, un cobarde.

Necesito dejar de pensar, no quiero pensar más.

Mi pobre y triste pecosito. Cree que me está haciendo bien echándome de su lado. No le creo, no le creo nada, lo conozco muy bien.

Tal vez piensa que no va a salir, pero está muy equivocado. No confiaba mucho en la vieja esa, pero en este señor sí, estoy segura de que él si va a poder. Es una corazonada.

Además, sé que Nicolás hará hasta lo imposible porque salga libre. También sé que no me traga, pero hace el esfuerzo. Ojalá entendiera que estamos del mismo lado. Qué podemos amarlo ambos y está bien. Igual hasta nos organizamos y con los debidos cuidados podemos ser felices los tres sin privarnos de nada.

Olivia dice que estoy loca, qué soy demasiado moderna, pero lo que no sabe, es que es solo porque se trata de Nicolás. Si fuera otra mujer, ni loca aceptaría algo así. La verdad es que soy muy celosa. Pero con él sí. ¿Por qué? No lo sé. Tal vez porque me gusta la idea de que estén juntos. Es como una fantasía rara que tengo. Incluso, los he imaginado. Tal vez no tan rara, creo que algunas mujeres tenemos ese fetiche.

A mi flaco le hace falta tanto amor, qué tal vez yo no me daré abasto. Necesitaré ayuda.

Aunque ahora que lo pienso... Tengo la impresión de que he visto a Nicolás en alguna parte antes, pero no recuerdo bien en dónde.

Dónde, dónde...

No me siento bien hoy. De hecho, cada día me siento peor. No me he levantado en todo el día más que para darle de comer a Allan, qué apenas lo hizo, regresó a acurrucarse a mi lado. Supongo que por fin me ha aceptado. No tiene de otra. Acaricio su lomito.

Tal vez Allan ya se dio cuenta de que algo no está bien. Pero mientras pueda, no me apartaré de tu padre. Intento que no lo note, que no se dé cuenta. Por eso he disminuido las visitas. Incluso, he recurrido al maquillaje para que no vea lo pálido que me he puesto. Ruego por qué no me falten las fuerzas hasta verlo libre.

Él tiene que triunfar, tiene que cumplir sus sueños. Y lo hará, estoy seguro de que lo hará. Y tú, Juan Pérez, inmunda bestia, además de tragar gusanos, te tragarás tus palabras en el círculo del infierno dónde seguramente te encuentras. ¡Lo verás triunfar, y te retorcerás de rabia!

¡Ah, sí! He arreglado todo para que así sea.

La única razón por la que te mantuve cerca, fue para que tuvieras bien claro con quién no te convenía meterte, maldito. Ni tú ni esa golfa de Davina.

¡Dios mío! ¡No es posible! ¡Claro! ¡Claro, carajo! ¡José N. Mendívil Castillo! ¿Qué hora es? ¡¿Las tres de la mañana?! ¡Bonita hora para tener una epifanía!

¡Estoy temblando! ¡Con razón la demanda del estúpido de Juan no le hizo ni cosquillas a Ele! ¡Lo volvió intocable!

La pregunta es: ¿Lo sabe Eleodoro?

¡Claro qué lo sabe, no seas tonta, Frida! Es imposible que no lo sepa. Y al parecer, ya eligió.

Necesito agua...

Pero pensándolo mejor, se trata de Ele. Si no sabe ni dónde está parado, ni en qué día vive. Si le dices algo, no tiene la malicia para desconfiar de que no le estés diciendo la verdad. Es cómo un niño grande a veces. Además, en la foto que estaba en la televisora, Nico se veía muy diferente. Incluso más viejo. Tenía barba y estaba todo canoso, de eso sí me acuerdo. Ahora se ve espectacular, mucho más joven. Debe haberse dado una buena hojalateada también.

¡Qué emoción! Y qué miedo... Porque el día que Ele haga algo que no le guste...lo va a destruir.