Mew Suppasit de 31 años es un hombre frío y calculador. Es dueño de unas de las cadenas de centros comerciales más grande de Tailandia, ha pasado los últimos 6 años en soledad y problemas emocionales.
Traicionado por su ex prometida, se culpa por...
—¿No sabes si están juntos? Gulf, es un hecho que están juntos. ¿Estás ciego? No ves cómo el Sr. Mew te mira y la forma en que actúan juntos. Casi me da un ataque al corazón al verlos en el desayuno.
Gulf tiene la costumbre de pasar tiempo con el personal de la casa en la cocina cada vez que está en la mansión.
Simplemente se siente cómodo escuchándolos hablar animadamente mientras come, mientras que Mew generalmente come en el jardín o le pide a alguien que le lleve la comida a su habitación para poder comer en la terraza.
pero hace un rato Mew entró a la cocina y besó la frente de Gulf y pidió que le sirvieran el desayuno allí.
Fue un poco incómodo para los demás hasta que Mild decidió ignorarlo y continuar con las bromas habituales.
La tía María se unía ocasionalmente, sonriendo felizmente mirando a Mew la mayor parte del tiempo. Incluso al tío Pete se le llenaron los ojos de lágrimas al ver a Mew comiendo en silencio, rodeado de gente, como antes.
Tan pronto como tuvo la oportunidad, Mild acorraló a Gulf, ahora están en la habitación asignada a Gulf en la mansión, Mild aún no sabe que Gulf no la usó anoche.
—Le he estado diciendo lo mismo P'Mil. —ríe Becky.
Gulf suspiro. —Pero.....
—¿Te ha besado? Me refiero a besar no el que te dio antes, lo vi besar a Becky así y… de todos modos. ¿Se han besado?
Gulf se sonrojó y Mild exclamó. —Ohh, ¡¡lo han hecho!!!
—Hasta se acuestan juntos. —dice Becky.
Y como si Mild la hubiera escuchado, Mild miró sospechosamente a su alrededor y entrecerró los ojos hacia Gulf
—No dormiste aquí anoche, ¿verdad?
—No paso nada, solo dormimos.
Mild alzó las cejas. —¿Y quieres que pase algo?
Gulf se sonrojó, esta un poco frustrado por ese asunto. Quiere al hombre, quiere a Mew.
—¿Qué? Qué te detiene?
—No se si siente lo mismo. —suspira Gulf.
—Gulf, querido, a veces las acciones hablan más que las palabras.
—Eso es prejuicio, Mild. Los hombres también quieren escucharlo. —dice Becky.
Mild levantó las manos al ver que Gulf hacía pucheros.
—Está bien. Está bien. No me hagas caso, pero Gulf, también le has dicho cómo te sientes.
Gulf se quedó en silencio.
—Ves, tu tampoco le has dicho, Pregúntale a cualquiera en esta casa y seguramente te dirán que te ama, todos podemos verlo.
—Sabía que eras especial desde que llegaste a esta casa, que casualmente era la primera vez que el dueño de la casa regresaba después de 6 largos años. Casi me da un ataque al corazón cuando te sonrió
Becky se ríe y Gulf trató de reprimir su sonrisa.
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