Capítulo 14

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4 de 5 para el final; primera parte.

Año 2107 - Isla Socotra, Yemen.

La resistencia

CLARKE'S POV

La atmósfera se sentía densa, casi pesaba encima de mí como el plomo, impidiéndome atenuar mis alarmas, mientras me sentía escudriñada por las miradas de los presentes custodiándome, cuya fiereza en su mirada me perforaba desde todos los ángulos, y expuesta allí, a mitad del recinto, no tenía una sola parte de mí que se salvaguardara; especialmente acribillada por la mirada de ella, de la mujer que nos salvó de la horda de mercenarios, y que no se fiaba de mí en la misma medida que yo de ella, de no haber sido por Lexa ya me habría ejecutado con sus propias manos y ni se tomaba la molestia en embalsamar su repudio y recelo. Y a donde fuera que mirara había unos ojos encañonados en mí.

¿Por cuánto tiempo tendría que estar expuesta a este fusilamiento de miradas? ¿Por qué tardaba tanto Lexa? No tenía cómo medir el tiempo, pero se sentía como que ya habían pasado varios minutos, no sé, probablemente se debiera a ese hermético encierro donde no salía del franco de sus miradas ni por un instante, o si realmente el tiempo estaba transcurriendo prolongado.

La espera a la cual había sido sometida en este lugar me estaba catapultando a una pérdida absoluta de paciencia, estar aquí sin hacer nada significaba más tiempo en el que Madi se expondría sola en la penumbra de la selva, rodeada de un sin número de especies dispuestas a cazarla y devorarla. No podía ni siquiera imaginar el escenario de perderla y seguir aquí, esperando a que un acuerdo entre sus tropas se creará para emprender una búsqueda era desperdiciar tiempo valioso del cual no disponíamos.

Entonces por fin, al cabo de unos minutos de penuria en aquel recinto, apareció nuevamente la figura de su líder escoltada por un grupo de hombres y aquello desvió por primera vez la mirada de los presentes para canalizarla en esa dirección, junto con la mía.

Así entonces, examiné la expresión que traía la mujer consigo, lo que inauguró un revuelo en mi interior cuando mis ojos leyeron la expresión de su rostro, una que se anticipaba a notificar la forma en cómo nos moveremos, por lo que, inmediatamente, mis músculos se tensaron y mis pulsaciones impelieron bruscas.

—¿En qué momento nos iremos? — exigí saber. — Estamos perdiendo tiempo aquí.

Lexa rompió su trazo fijando sus ojos en mí para luego pasearlos por el entorno, como si intentara poner en orden sus palabras antes de trasmitírmelas.

—Tengo algunas complicaciones con las tropas —notificó. — Algunos de mis hombres se niegan a buscar a la niña.

Tras su revelación, un escalofrío descendió por mi espina dorsal, dejándome rígida en el acto. Estaba decidido, me iría sola y no perdería más el tiempo aquí.

Mis emociones mariposearon caóticas, mis pensamientos neuróticos. Sentí una avalancha sobre mí cuando mi imaginación me proveyó tantas ideas que la pudieron orillar a escapar y por ende encasillarnos en esta situación, por lo que, ahora fue el cólera el que rigió, suministrándome del ahínco necesario para arremeter contra esa mujer, con un empujón que no se esperaba y que la hizo retroceder en sus pasos.

Precedido a ello, las alarmas de los presentes se encendieron accionando inmediato sus animaciones para alzar sus armas en mi dirección, desatando un efecto dominó que se reflejó en todos los presentes, y de repente yo estaba bajo la mira azarada de todos los presentes.

—¡Quietos! —ordenó ella, más preocupada por las acciones que tomarán sus hombres que por mis arremetidas. — Bajen las armas. — y dudosamente uno a uno empezó a bajar su arma sin perderme de vista.

RESILIENCIA (Parte 1 Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora