El dolor llega a mi.
-Duele-digo con angustia.
-Ya va a pasar-habla mi madre.
Observo mi mano, las puntadas dejaron una pequeña cicatriz en mi dedo índice, observo al doctor, el solo me da una cálida sonrisa, desde que tengo uso de razón el siempre me a atendido, es el único doctor que me a echo cirugías, cada año se ve más maduro, según mi madre en mi primer operación era solo un hombre de 30 años, está apunto de cumplir 47 y por alguna razón no a cambiado nada.
-Exelente como siempre-dice mirándome por arriba de sus lentes.
-¿Ya me puedo poner la venda?
-No es necesario, pero si tu lo decides así, está bien.
Tomo la venda y la envuelvo en mi mano.
-Es importante dejar el medicamento, también cabe aclarar que no por qué duela un poco lo tienes que tomar, es sólo cuando el dolor sea fuerte ¿Entiendes?
Meneo la cabeza.-Si.
-Vas muy bien, con el tiempo dejará de doler, necesito las terapias, mueve tu mano, según como lo consientas.
-Esta bien.
-Bueno puedes salir, tu madre y yo tenemos que hablar.
-Gracias.
Salgo de ahí con la esperanza de ser normal hasta el suelo, la cafetería a sido mi lugar favorito del hospital, el café negro sin azúcar sin duda es el mejor.
-Buenos días Lani.
-Buenas.
-¿Café negro con cero de azúcar y una dona de chocolate?-Dice la rubia levantando una ceja, sus ojos verdes hacen juego con el mandil azul que lleva puesto y su pequeña gorra del mismo color.
-Tu si sabes.
-¿Mal día?-Pregunta con nostalgia en su rostro.
-¿Crees que algún día pueda ser normal?-Pregunto mientras tomo un poco de café.
-¿Estás loca? Eres normal Lani, deja de decir eso, no es malo ser un poco diferente, yo vivo normal con lo mío.
-Tu no tienes nada, solo eres delgada, y bonita, sin embargo yo.
-Tu también eres bonita-dice sentándose a un lado de mi.
-Soy como un tipo mounstro andante, la gente te observa, aunque ya lo e sabido sobrellevar, sudaderas, mi salvación-menciono mientras me coloco el gorro de mi sudadera.
-Se te ven muy lindas.
-Gracias.
-¡Ailana! Vamos, es hora de irnos.-habla mi madre.
-Me tengo que ir, ¿Cuánto te debo?- digo sarcásticamente.
-Un dólar por qué no me contaste como te fue en tu examen-responde la rubia.
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24 De Febrero (Alessandra Hernández)
Tienerfictie¿Encontrar el amor? Si, es importante, y más cuando sabes que es tu alma gemela. ¿Y perderlo? Duele, pero puedes tener la confianza de que en algún momento de tu vida lo puedes volver a encontrar. Ailana tiene que encontrar a la persona que la salvó...