Por la noche

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Miraculous Ladybug no es de nuestra propiedad, pero lo aquí escrito sí y se prohíbe su copia.

-JAZVAL-&CJ

El enorme sonido de un trueno la despertó. Abrió sus ojos lentamente. No reconocía el techo, no era el de su suite. Le dolía la cabeza, demonios, todo daba vueltas.

Tomó un respiro y justo en ese momento, se percató que había un cuerpo reposando a su lado. Volteó para darse cuenta que era ni más ni menos que Luka Couffaine, aquel estúpido guitarrista de apariencia de vago.

Terminó de removerse entre las sábanas haciéndolas sonar. Se levantó por completo apartándose de la cama, repeinando su cabello al buscar alguna respuesta coherente a toda esa imagen. Las luces neón de fuera le hacían dar piruetas a su cerebro, asquearse de pronto. Se detuvo de la persiana entreabierta, estudió su cuerpo percatándose de que llevaba puesta casi toda su ropa, a excepción de sus pantalones y las botas.
Su estómago volvió a revolverse y viró al varón reincorporarse de a poco masajeando su cabeza con confusión.

     —¿Chloé?— enunció el chico intentando asimilar el cómo diablos había terminado en esta situación. Apretó sus ojos intentando recordar, pero el sólo intentarlo acentuó aún más su jaqueca.—Maldición ¿Por qué estamos aquí? ¿Esto es... un hotel?

La rubia por su parte intentó cubrirse al  jalonear la sábana con brusquedad. Luka tampoco llevaba sus pantalones y ella retuvo el aire en su pecho con terror.
     —¿Qué demonios me hiciste? ¡Tú, depravado!— señaló a gritos.

     —¿Yo?— En serio su cabeza lo estaba matando. Regresó su mirada una vez más, imágenes borrosas llegaban a su mente, imágenes donde la veía danzando a una distancia lejana entre una multitud.—No sé, no recuerdo nada.– exclamó aún confundido.— ¿Dónde está mi celular?

Lo buscó a tientas, aún no podía percibir con claridad las cosas a su alrededor. Se levantó de la cama olvidando por completo que seguía sin sus pantalones y empezó a buscar por el suelo aquel aparato.

El  celular de Chloé brilló en la tenue escena, sólo para advertir que le quedaba muy poca batería, además de no marcar ni una barra de señal.
Se acercó a la puerta girando el pomo con desespero sólo para encontrarse con la maravilla de que estaba trabada. Golpeteó con fuerza la madera rogándole a todos los dioses existentes porque le socorrieran.
Volvió la vista al Couffaine que mantenía medio cuerpo bajo la cama.

     —¿Podrías al menos cubrirte?... Degenerado.

Necesitaba sus pantalones, cierto. Los encontró tirados en una orilla de aquella habitación junto con los de la rubia. Justo en ese momento se dió cuenta por qué se los habían quitado en primera instancia.

     —Están completamente mojados.— anunció para sí mismo viéndolos con decepción. En ese momento una fuerte ventisca golpeó contra la ventana.— Y no parece que sea buena hora para que ninguno de los dos se vaya.

     —Bueno, la puerta está atorada de todas formas, hace mal clima, estoy aquí contigo y mis pantalones escurren...¡Fantástico!— quejó lanzándose a sentarse en la cama con resignación.
¿Cómo demonios habían llegado ahí? No parecía cualquier motel de paso, aunque tampoco reflejaba sobriedad como un hotel 5 estrellas.  Y de todas las personas que podrían acompañarla en su castigo divino, le tocaba justamente con el hermano de Juleka.
El músico y ella pocas veces se habían cruzado, más bien que preferían obviar la existencia del otro. Hacían varias ocasiones en que lo había encontrado entre el cúmulo de gente cuando se daba sus escapadas, pero no le daba importancia, prefería disfrutar que amargarse con la habladuría y las malas caras de aquellos que se jactaban de ser moralmente superiores a ella.

Distance || OS Lukloé MLB ||  ft -JAZVAL-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora