Él y yo éramos tan distintos, como la luz y la oscuridad, como el calor y el frío, pero sobre todo como el bien y el mal. Vine con un propósito, entré a su vida con un objetivo, pero la calidez de su corazón abrigó el mío, su amor hacía que quisiera...
- ¿Es normal que sienta todo esto por ti en tan solo un poco más de dos meses de conocerte? – me preguntó Steve mientras bailábamos.
- No lo sé ¿alguna vez alguien estableció un límite de tiempo para enamorarse? – le contesté sonriendo.
- Creo que no – me contesto – sé que es pronto para las promesas, pero solo prométeme que pase lo que pase buscaremos la forma de siempre estar juntos – sonreí, pero por dentro sentía culpa.
- ¿Qué de malo podría pasar? Estás siendo un poco dramático – él sonrió – pero te lo prometo – dije sabiendo que era una promesa que rompería.
- Es que todo esto se está dando tan rápido que asusta que así de rápido también termine – él realmente me quería, podía sentirlo cuando me miraba.
- Pues no te asustes, que te prometo que no me iré a ningún lado, Steve – él me pegó más a él para inclinarme, me sentí dominada por su mirada.
- Eso es todo lo que quería oír – dijo para darme un beso y volver a la normalidad, empujarme ligeramente mientras me sostenía con una mano para darme una pequeña vuelta y volver atraerme hacia él enrollando mi cintura con su brazo.
- Bailas mejor de lo pensé – le dije sorprendida.
- Es que encontré a mi pareja perfecta – me respondió sonriendo, coloqué mi mano en su mejilla para darle un pequeño beso y seguir bailando, me sentía tranquila a su lado, se sintió como los cuentos que me contaba mi madre, donde la princesa bailó toda la noche con su príncipe, pero sabía que esto no era un cuento de hadas y sobre todo no era la inocente princesa, sino la villa que estaba engañando al príncipe y que tenía secuestrada a alguien, espero que Loki esté vigilando a Mariah.
A la mañana siguiente, me levanté temprano, me di una ducha rápida y me cambié rápidamente, tomé un suéter azul, un par de pantalones negros y un par de botines negros, me dispuse a salir de mi habitación, pero me encontré cara a cara con Steve.
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- ¿Ibas a algún lado? – me preguntó.
- Sí a buscarte – le contesté, en realidad iba a ver a Loki y a Mariah.
- Qué bueno porque quería proponerte algo ¿vamos a desayunar? – asentí, caminamos hasta su auto para ir a desayunar donde Dothy – yo quería ofrecerte a enseñarte a conducir, lo que pasa es que tengo una misión de importancia, Fury no encuentra a Mariah, no se han comunicado desde anoche, ella dijo que tenía información importante – escuché atentamente.
- ¿Algo le pasó? – pregunté.
- Eso queremos saber, su rastreador no emite alguna señal, la última ubicación que dio fue por los alrededores del Complejo, quizás se perdió la señal rumbo a su destino, es que Tony algunos bloqueadores de señal por seguridad y su teléfono registra que está en California, iré con Nat a buscarla.
