Love you goodbye - [Larry Stylinson]

Única

Sabía que estaba jodido, lo supo en cuanto en un primer momento aceptó el plan. ¿Por qué le era tan jodidamente difícil negarle algo a Harry? Nunca pudo, no podía, sus pucheros lo convencían de hacerlo todo, así él mismo se lastimará o destruyera en el proceso de. Ahí estaba, caminando hacía aquella cafetería en el centro de Londres, con las palmas de sus manos sudando, jugando con sus uñas y mordiéndose los labios para poder arrancar aquellos pellejitos que tanto le incomodaban, ya era un hábito, no muy bueno, pero lo calmaba. Mil veces su mente le repetía "Huye, corre, estás a tiempo" pero realmente su corazón le decía "Está bien, una última vez y ya." Y bueno, era terco, así que allí estaba, llegando a aquella cafetería para ver al amor de su vida una última vez.

Harry lo esperaba en la entrada, con su sonrisa deslumbrante, sus mejillas sonrosadas, sus anillos decorando sus dedos y un delicado esmalte rosa bebé decorando sus uñas. Sí, mala idea, el estómago de Louis se revolvió por completo, no estaba listo para verlo. No importaba cuánto tiempo hubiera pasado, no importaba si según él había podido pasar el capítulo, había podido superarlo, no importaba el tiempo que no le habló, el tiempo que se perdió de su rastro... Todo se reducía a la misma taquicardia que tenía su corazón al verlo a pocos metros suyos, sentía que su cuerpo entero temblaba, que el corazón se le iba a salir por la boca y sus pulmones dejarían de procesar el oxígeno que necesitaba. ¿Cómo era posible que después de tanto tiempo aquel pequeño ser siguiera causando tantos estragos en su cuerpo? No lo sabía, no quería averiguarlo porque una pequeña parte de él temía (Y aseguraba) que aún lo amaba, no cómo el primer día en que lo oyó reír, o la primera vez que se quedó sonriéndole como estúpido a un mensaje que el rizado le había enviado, no, su amor no es lineal, porque el amor que perdura no siempre es el mismo. Se había enamorado de cada pequeño detalle de Harry, desde sus ojos esmeralda, hasta su risa contagiosa, su voz ronca cuando despertaba, y sus rabietas. Por eso mismo, estaba convencido que así pasaran 1 año o 10, su amor por Harry Styles no cambiaría, porque siempre se imaginó todo con él, que iluso fue al pensar que todos sus planes se materializarían.

Unos brazos alrededor suyo lo sacaron de sus pensamientos, el olor dulce inundó sus fosas nasales. Era él, no podía creer que fuera él.

—Boo bear.

—Hola Hazz. — Saludó el ojiazul.

—¿Por qué no me estas abrazando? — Cuestionó Harry haciendo un puchero. — ¿No quieres abrazarme?

Allí estaba, esa carita de cachorro que volvía loco a Louis. Los ojos brillosos por las lágrimas que amenazaban con salir y ese característico puchero que sólo Dios sabía cuánto amaba besar o hacerle cosquillas en aquella pancita para verlo convertido en una sonrisa. Suspiró, intentando alejar aquellos pensamientos y envolviéndolo en sus brazos.

—¿Mejor así? —Preguntó Louis.

—¡Mucho mejor! — Contestó el menor entusiasmado. — ¿Entramos?

—Sí...

Se separaron el uno del otro, entraron a aquella pintoresca cafetería que era demasiado para Louis. Su vibra vintage no cuadraba con él, realmente no, toda esa mierda de lugares que fueran "instagrameables" no eran para él. Harry, por el contrario, veía cada detalle con adoración, tomando fotos de lo más mínimo. Eran totalmente contrarios, pero se complementaban, era obvio a simple vista porque Harry vestía sus preciosos hoodies de colores pastel, amaba los colores que le aportaran vida a su outfit, era un arcoíris andando y aunque en ocasiones no combinará, él era feliz. Por otro lado estaba Louis, bueno, estaba realmente convencido que su época de chico "emo/punk" nunca se iría del todo, aún conservaba el flequillo que en ocasiones se atravesaba en su cara, y su closet se basaba entre jeans, pantalones negros, hoodies de colores oscuros, camisas blancas, camisetas de futbol y uno que otro traje. El contraste de personalidades se podía ver a kilómetros de distancia.