Obanai

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Obanai sabia que no era nada empático, sabia su deber y eso era lo que importaba, la mayor parte del tiempo, cuando el cuervo de Kyojuro comenzó a esparcir el rumor que su dueño había muerto, supo enseguida que esa noticia era falsa.

El señor Shinjuro lo salvo cuando era niño, era imposible que su hijo muriera tan fácil, luna superior o no, Kyojuro era un Rengoku, nada podría cambiar el hecho que fue destinado para ser un héroe, incluso podría apostar que su espada sería la que acabaría con Muzan.

Pero cuando lo vio en la finca mariposa ... no podía olvidar esa imagen, el olor a sangre tan persistente, todas esas vendas y medicamentos, no podía creer que la vida de Kyojuro fuera igual de frágil que la del resto.

Una prueba mas del porque odiaba a los demonios, ellos no entendían el dolor de un humano, solo eran comida criada para satisfacer su gula, ¿Qué podía esperar de un demonio?.

Tomioka era un iluso, solo esperaba el momento donde la chica Kamado se comiera a alguien, veria en primera fila como Tomioka se suicidara, una vez escucho al señor Shinjuro decir, "El pilar de la llama y el pilar del agua ancestral mente se han llevado mal", podía entender el porqué.

La familia Rengoku representaba todo lo que el cuerpo de cazadores dictaba, disciplina, fuerza, honor.

No era digno de ser salvado por el señor Shinjuro, su sangre estaba maldita, su familia entera lo estaba, no merecía ser él el que pudiera caminar para buscar un libro que hablaba sobre flores,no merecía tener ambos ojos.

Recordó cuando era niño, Kyojuro fue el que lo ayudo a adaptarse a vivir fuera de esa jaula, nunca antes había visto un niño de su edad, mucho menos a uno con una sonrisa tan bonita u ojos que parecían expresar lo que su corazón decía.

Por desgracia, su maldición toco a la familia Rengoku y un día , la señora Ruka murió. No sabia el como, pero sabia que estaba involucrado de una u otra forma, ella había muerto por que Iguro Obanai fue llevado a la casa de una familia tan pura como la familia Rengoku
.
Desde ese momento el señor Shinjuro nunca fue el mismo y se notaba en como los ojos de Kyojuro cambiaron, siempre sonriendo, incluso apunto de morir tenía esa sonrisa en su rostro, ojalá fuera esa sonrisa bonita, la sonrisa verdadera de Kyojuro.

Encontró el libro que buscaba, aprender el lenguaje de las flores era algo que Kyojuro haría, desde la muerte de Kanae , era algo que sabían que intentaría aprender, nunca entendió la razón por la que ellos no continuaron su relación.

Camino por los pasillos de la mansión Rengoku, tantos recuerdos lo estaban afectando o talvez fuera no llevar a Kaburamaru con él, según recordaba, el señor Shinjuro odiaba a los animales, siempre hizo una excepción con Kaburamaru, pero prefería dejarlo con Kanroji y Kyojuro.

-No entiendo porque tengo que salir con el señor Tomioka- dijo la suave voz de Senjuro.

-Solo quiere que aprendas a pescar- dijo Kocho.

Obanai abrió un poco la puerta corrediza para intentar escuchar lo que hablaban.

-señorita Shinobu, no entiendo porque me pide eso, yo soy el que cuida de mi hermano – dijo Senjuro.

Iguro se sobresalto, ese era trabajo de Kocho, no de Senjuro, aunque no podía esperar mucho de alguien que fuera cercana a Tomioka.

-El impacto de quitar las vendas de una zona como es el rostro puede ser traumático no solo para el paciente sino para las personas cercanas - Aunque no le agradara, Shinobu tenía un punto,él era la prueba que en ocasiones, era mejor dejar las vendas.

-Creo que yo podría hacerlo – dijo Iguro

Shinobu y Senjuro dieron un sobresalto, la mayoría de las personas reaccionaban así con él,era extraño.

-Iguro, no creo que sea una buena idea – dijo Kocho

-Insisto, es una forma de pagar una parte de mi deuda con el señor Shinjuro-dijo Iguro.

Senjuro lo vio preocupado, sabia que para muchos era difícil entender la devoción que tenia por el señor Shinjuro, pero eso nunca cambiaría. Kocho asintió.

-Creo que seria mejor para Kyojuro que tú te hicieras cargó – dijo Shinobu,Iguro asintió – lo que necesitas esta en esa bandeja, creo que sabes como curar una herida.

Sabía que lo último lo decía para recordarle la marca que tenia debajo de las vendas, Kocho siempre fue así, no era nada comparada a su hermana mayor. Ojalá Senjuro no creyera que era un ejemplo a seguir.

-Senjuro, te tengo que pedir un favor – dijo Obanai

-Claro – respondió Senjuro casi de inmediato

-¿Podrías ir con Tomioka al estanque? – dijo Obanai, Senjuro parecía algo enojado

-No me agrada Tomioka- dijo Senjuro en un tono muy serio, algo tuvo que ocurrir para que el chico actuara de esa forma.

-Va a ser que tienes algo del pilar de la llama en ti – dijo Obanai sonriendo, Si, no tenia que preocuparse, Senjuro también era un Rengoku

-Gracias Obanai – dijo Senjuro – promete que no lastimaras a Kyojuro.

-No puedo prometerte algo que no se si voy a poder cumplir – dijo Iguro colocando el libro que Kyojuro le pidió en la bandeja donde llevaría lo que necesitaba

El aroma de la luna.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora