28: preparando el Welcome.

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Al pobre italiano le tuve abandonado durante varios días después de Navidad, pero a él lo han medio adoptado en la familia de Fer. De hecho, se ha estado quedando estos días con ellos.
Por otro lado, yo he estado con mi familia y bueno, los he estado disfrutando al máximo, pero por desgracia todo lo bueno se acaba y Lucas tras pasar varios días atormentándome con que iba a asesinar al italiano, al fin ha tenido que volverse a Holanda.
En realidad es una mierda, quería que se quedase muchísimo más tiempo.

Y con mis abuelos, pues como siempre. Aunque en defensa de ellos diré que están mayores y ya no tienen ningún filtro, es decir, si te quieren decir algo y de malas formas, lo van a hacer. Pero no pasa nada.

El caso es que hoy por fin puedo ver a Damiano, pero para mi desgracia no va a ser nosotros a solas. Coincide con la llegada del resto de italianos y Laia, así que vamos a hacer una cena en casa de ellos.

Y bueno, justo me encuentro en la puerta del piso, cargada hasta las trancas de bolsas de tela, con comida y bebida junto con un Fer que el pobre lloriquea por cargar con tantas cajas de cerveza. Igual y si que nos hemos pasado comprando, pero más vale que sobre que qué falte.

El maldito italiano tarda en abrir la puerta pero finalmente decide apiadarse de nosotros.

- ¡Hola! - dice animado y dejándonos pasar. Ayuda a Fer con las cajas y corriendo me ayuda con las bolsas. Que chico más apañado.

- Tio, necesito ir al baño - dice Fer y Damiano le indica donde se encuentra. Creo que lo ha hecho para dejarnos solos y sinceramente se lo agradezco.

En cuanto desaparece de nuestra vista, los brazos del italiano rodean mi cintura pegándome a él. Obviamente no pierdo el tiempo y le doy un beso.

- ¿Me has echado de menos? - pregunta sobre mis labios. "Joder, es que me voy a morir".

- No, he tenido unas increíbles vacaciones sin tu presencia - me burlo consiguiendo hacerle reír.

- Ya, y por eso anoche, cuando te llame solo sabías repetirme que querías verme - sonrío mientras lo aparto un poco para así poder mirarnos.

- No te dije eso y lo sabes.

- Es que eso quedaba más romántico que tú "italiano, como vuelvas a decirme alguna cerdada pienso partirte los huevos mañana" - intento no reírme con su imitación. - Quién lo diría, las canciones románticas se quedan con todas las bragas que has mandado a Italia a tu lado.

- No te soporto - dejo un beso en sus labios nada más escuchar la puerta del baño abrirse y me separo de él.

Fer no tarda en aparecer secándose las manos disimuladamente en la sudadera oscura que lleva. Cosa que todo el mundo hace y quién diga que no está mintiendo.

Nos dedicamos a preparar la casa, es decir, llenar de comida la mesa y la nevera hasta arriba de bebidas. Menos mal que le dije a mamá que no iría a dormir porque a saber como vuelvo.

Cuando terminamos nos sentamos los tres en el sillón del salón. Damiano saca su móvil e informa de que Ethan le ha dicho que acaban de bajarse del avión. Por lo que en media hora o más están aquí, aunque tengo entendido que Helena ha ido a recogerles, y bueno, ha ido ella porque es la única con coche propio.
Miro mi móvil esperando algún mensaje de Laia pero por ahora nada. Lleva unos días muy desaparecida, pero imagino que es porque, como todos, ha estado liada con celebraciones familiares. Además, la tía siempre se va al campo de su familia y entre que allí no hay cobertura, está todo el día de arriba para a bajo, aprovechando al cien por cien los días que tiene para disfrutar de la libertad.
De todas formas me dijo que vendría sobre las nueve, nueve y media. Así que solo me queda esperar. ¿Sinceramente? Soy súper tóxica con mi mejor amiga, me explico, estoy nerviosa por verla. Y solo ha estado, ¿una semana y media sin verla? Pero es que tengo muchísimas cosas que contarle.

Mamá, ¿te gustan los italianos? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora