Epílogo

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Seis meses habían transcurrido ya desde la misión en el país de los dragones y la vida de los magos parecía por fin regresar a la normalidad.

Los días en Magnolia se convirtieron en pacíficos y llenos de aburrimiento bajo el mando de Erza, quién asumió formalmente el cargo de maestra.La perdida de los dos miembros más poderosos y valiosos amigos fue un golpe demasiado duro para el gremio y se podía notar en el silencio dentro de sus pasillos.

Después de mucha presión por parte de Gajeel, Jellal terminó por acceder a portar la marca de las hadas y finalmente quedarse en un lugar por más de una semana.

Stinger y Skyadrum partieron de viaje sin avisar apenase despidieron de Rogue y nadie había vuelto a saber algo de ellos.

Chelsea, Let, Kurogane y Silver pasaron a formar oficialmente un equipo, equipo que se mantenía sin nombre y con sugerencias abiertas.

Natsu finalmente rebasó su límite de sobre protección al tratarse de Lucy, pues la rubia estaba llegando a su noveno mes de embarazo y pronto daría a luz al tercer hijo de la familia Dragneel.

En cuanto a Elizabeth, la joven pasó un largo tiempo deprimida y prácticamente había abandonado su vida como maga. Ella aún portaba la marca del gremio con normalidad pero pasaba los días asistiendo a Mio y Alios, comenzado justo después de que estos decidieran expandir la librería por un best seller escrito en conjunto.

Le había costado mucho aceptar la ausencia de cierta persona que nadie mencionaba, pero poco a poco iba dejando atrás el asunto.

—¡Te voy a extrañar mucho! —comentó Chelsea mientras caminaban en grupo por la calle.

—¡Sólo me iré por un mes! —respondió la pelirosa jalando de una maleta.

—¡He visto este momento muchas veces en las películas! —Chelsea limpió su nariz con un pañuelo —. Encontrarás algo en esa lejana ciudad y te quedarás ahí.

—¿Estás segura qué Mio podrá con todo? —preguntó Silver meditando la situación.

—No lo creo... —Elizabeth sonrió —. Ella necesita más ayuda que nunca estos días.

—¡Déjalo en nuestras manos! —exclamó Chelsea —. ¡Tú sólo ve y disfruta de esas merecidas vacaciones!

—En ocasiones esa mujer puede ser algo... —Yuri mordió la cabeza de Let y este se quejó.

—¡Ella sólo quiere lo mejor! —contestó Kurogane.

—¿Igual que cuando inscribió a Liz a ese grupo de citas a ciegas?

—Si... —Elizabeth sintió un escalofrío sólo de recordar tal cosa —. No quiero hablar de eso...

—¿Entonces ya está todo listo?

—Sólo debo despedirme de Mio y me reuniré con mis papás en la estación.

—El tío Natsu ha estado algo paranoico últimamente, ¿no? —Chelsea se burló.

—Esta seguro que el bebé será niño y que corre peligro cerca del gremio...

—No parece tan loco entonces —dijo Let.

Todos asintieron desviando la mirada y finalmente llegaron a la librería de Mio. Se detuvieron al frente un momento, luego Elizabeth entró primera y observó las estanterías completamente vacías. El lugar estaba casi listo para la remodelación.

—¡Que raro se ve este lugar así! —comentó Silver.

—Ella dijo que tendría ayuda estos días para el trabajo pesado —Elizabeth buscó a la mujer —. Su sobrino o algo así.

Fairy Tail: ValhallaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora