La tarde del martes 7 de septiembre era gris, el cielo amenazaba con soltar grandes cantidades de gotas de lluvia, una tormenta se avecinaba, eso era seguro. Las mujeres del hogar se apresuraban a resguardar las prendas que habían expuesto al sol de la mañana. Los niños se refugiaban en su vivienda, atemorizados por los sonidos que provenían del cielo.
En una humilde casa, una mujercita de bello parecer se asomaba por la ventana apreciando la belleza que solo ella podía ver de aquella tarde, preparaba su libro para disponerse a leer, tras eso se colocó sus auriculares y le dio "play" a su playlist de Mozart.
Y como un maldición para ella, tocaron la puerta, apesta de traer los audífonos puestos logró escuchar aquella llamada. Resignada se levantó de su cómodo sofá y se dirigió a la entrada de su hogar. Abrió la puerta, y sus ojos pudieron captar a un joven alto que se encontraba de espaldas, traía puesto un sombrero negro, una polera color vino sencilla, unos jeans negros, la parecer el chico tenía el pelo negro, como la gran mayoría de la población.
La joven cruzó los brazos y llamó su atención tosiendo desde el margen de la puerta, el pelinegro se dio la vuelta con una sonrisa en sus labios haciendo contacto visual con la adolescente.
— ¡Hola! Soy Gianluca, espero no incomodarte, soy nuevo por acá y me he perdido, me gustaría llegar a la casa de mi hermana quizá la conozcas—dijo aún con una sonrisa.
Elizabeth se percató de la mirada del chico y le sorprendió el color de sus ojos, cafés claros. Sintió una extraña atracción a ellos, pero aún por esa admiración estaba enfadada con él por haber interrumpido "Time Book" como ella le llamaba a su momento de escape y viaje al universo de la literatura.
El chico aun esperando respuesta de ella repitió lo dicho:
—Creo que no me escuchó—susurró para sí mismo. — Soy Gianluca, espero no haber interrumpido, pero estoy buscando la casa de mi hermana, soy nuevo por acá, así que no sé si puedas ayudarme a llegar.
—Escuché muy bien, pero lamento informarte que no puedo hacerlo, acabas de interrumpir mi "Time Book" y debo volver antes de que llegue mi padre y podamos cenar. —interrumpió cortante.
—Oh, lo lamento mucho, me disculpo por eso, Pero... ¿Conoces a...?
Y antes que terminara de hablar, la joven le cerró la puerta en la cara dejando al de los ojos marrones con la palabra en la boca.
Lo cierto es que ella no estaba de humor para ayudar a las personas.
"Patético" Pensó la pelinegra.
Aún por aquel malestar el sujeto de sombrero gris sonrió y agregó:
—Lo que tiene de bonita, lo tiene de amargada—y se marchó sin más.
Elizabeth volvió a la misma posición que tenía antes de que la interrumpieran pensando haberse librado del chico para siempre. A pesar de haber visto atractivo los ojos de aquel joven no quería volver a saber nada de él, nada de aquellos ojos marrones.
Todo comenzó así, en una tormenta de verano en donde el atardecer de sus ojos atrajo mi atención, el olor de su piel se mantuvo en mi cuerpo, y su melodiosa voz quedó en el vacío de mi corazón, llevándolo de mil maneras más por vivir.
.....
¡Hola gente! Los saluda Ale, espero que se la pasen bien. Lean el próximo capítulo, porfi.
Ojito que aún está siendo editado, disculpen las malas ortografías.
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TORMENTA DE VERANO (Editando)
Teen FictionLa llegada de cada ser a nuestra vida tiene cierto objetivo. Probablemente la tuya halla Sido salvarme del infierno que me atormentaba todas las noches y todos los días de sol. Sí, llegaste como una tormenta contrayendo miles de sentimientos a mi or...