• Colegas •

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I

─Álvarez.

─¡Aquí!

¿Has tenido ese momento en donde piensas en todo y nada a la vez? Ese momento en donde, simplemente, te pierdes. Te pierdes en tus pensamientos, en tu pasado, en ¿cómo fue que llegaste al punto en que estás ahora?

Ese momento, en donde reflexionas acerca de todo lo que hiciste en el trayecto de tu vida para alcanzar alguna meta. Todas las personas que conociste, las amistades que formaste, como algunas se fueron, como otras nuevas llegaron. Ese momento, en donde te das cuenta de todo lo que perdiste, y todo lo que ganaste a causa de esas pérdidas. A su vez, te cuestionas si eres o no merecedor de todo lo que tienes ahora.

"¿Alguna vez te has sentido así?"

─¡Hola!

"¿Así cómo?"

Antes, él sentía que no tenía a nadie, a pesar de que unos cuantos sí quisieron acercarse y formar parte de su círculo social. Lastimosamente, esto no fue posible.

No porque no pudiera, sino porque no quería y no se sentía cómodo consigo mismo, asique ¿para qué?

"Así de... superficial. Sentir que todo esto es, simplemente, irreal"

Miró al chico frente a ella con el ceño ligeramente fruncido. ─¿Puedo ayudarte en algo?

El castaño le sonrió suavemente.

Seguramente es nuevo. Pensó la chica de sudadera amarilla.

─¡Sí!, necesito completar mi inscripción aquí.─ Exclamó. ─Pero creo que me he perdido un poco.

Uh.

─¿Quieres que te guie?

─Si no es mucha molestia, sí.

Pensar que hay personas que sólo se acercan a tí por tu físico y el cómo llamas la atención o si hablaron acerca de tí en algún lado, de alguna rara manera y por alguna extraña razón. Personas que se acercan sin conocerte, sin saber cómo te llamas, ni siquiera conocen tu apellido; tampoco se acercan porque quieran conocerte realmente.

Es peor el sentimiento de rechazo hacía los demás, cuando sabes que se acercan sólo porque quieren saber algo más allá.

La pelinegra empezó su camino hacía el sitio de inscripción del edificio con sus manos dentro de la sudadera, sin esperar al chico ni prestarle demasiada atención.

No más de la necesaria, al menos.

El lindo castaño adelantó el paso hacía ella, rápidamente. No se quería quedar atrás ni perder la oportunidadad de hacer una nueva amiga en esa institución.

"En muy pocas ocasiones, la verdad. Pero luego vuelvo a la realidad cuando te veo aquí a mi lado"

─¡Oye!

La chica lo miro de reojo sin detenerse, hasta que el más alto llegó a su lado. ─¿Qué?

─No nos hemos presentado.

─No hace falta. Sólo te ayudaré hoy y no volveremos hablar.

"¿Cuando me ves a tu lado?"

El castaño sonrió lleno de confianza, y de un rápido movimiento, se colocó delante de ella.

Le extendió la mano. ─Soy Borja Luzuriaga; Luzu, puedes llamarme así.

"Sí, porque tú eres mi realidad y también fuíste mi sueño. Eres mi sueño hecho realidad"

Colegas | LuzuplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora