Betrayals 1 ✔️
Todo una obsesión desafortunada.
Lo que todo comienza con una obsesión termina siendo una locura.
Él la acecha como nunca antes lo había hecho y ella solo lo observa.
Dos almas gemelas pueden encontrarse sin ser realmente conocidos a...
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LONDRES, REINO UNIDO. │ HAYLEY.
Mi mirada se había posado en mi madre que se había agarrado la cabeza, por lo que yo suponía que era un gran problema. Luego de haber despertado esta mañana había tomado la decisión de acompañarla a las oficinas, ya que ni tenía planes, pero al parecer había sido una muy mala idea.
Hacía veinte minutos había presenciado su discusión con uno de sus agentes que le había comunicado las nuevas noticias del día y que por sus rostros no eran muy buenas. El agente se despidió de ella y me dirigió un asentimiento con la cabeza, mientras que mi madre se había dejado caer sobre su silla con un suspiro. Cuando la observé desde mi asiento, pasé a ser el centro de atención de sus ojos.
Dejé caer mi celular y le pregunté: —¿Qué sucedió?
Su postura cambió y se colocó recta mientras guardaba unos papeles en la carpeta que estaba a su derecha. —Surgió un problema con uno de nuestros agentes.
Cerró sus ojos y cuando terminó de ordenar continuó observándome. Asentí, ya que algunas veces entendía su estrés porque ser jefa del C.O.A.D. era algo complicado. Mi madre era agente del FBI y la creadora de la Central Oculta Anti Drogas. Esta central estaba especializada en todo tipo de drogas y también cazaba capos de la mafia.
Ella había creado esa empresa en su juventud luego de pasar por un evento traumático que no me comentó nunca. Capturar a los mafiosos que mataban y arruinaban vidas cada día había sido lo que la había apasionado y ahora se dedicaba a eso.
—¿En qué consiste el problema? —pregunté.
—El agente espía que estaba infiltrado fue descubierto y ahora está en peligro. Necesitamos actuar rápido para sacarlo de allí antes de que esto llegue a otros alcances. —respondió ella con seriedad. Se levantó y caminó hacia la puerta de cristal, no sin antes decirme: —Y nos debemos ir ahora a una operación federal, así que te quedarás con tu padre para estar a salvo por si algo falla.
—No, con Alex no pienso estar ni dos segundos.
Mi padre había sido el peor padre que una persona puede tener. Era un maravilloso político corrupto que estuvo en prisión por un año por fraude, luego salió y al parecer había rumores de que ahora lavaba dinero en su empresa. Sin olvidar que parecía adicto a la marihuana y que me trataba como si no fuese su hija.
Y mi madre, por lástima, lo protegía a toda costa, había intentado interferir en ese caso, pero me alejó diciendo que era un tema para dos adultos mayores de treinta años. Todo muy estúpido. Sentía en muchos momentos que mi madre lo hacía por lástima, no porque lo seguía amando, eso era obvio, si no porque tanto como ella y él compartían recuerdos lindos del pasado y le daba lástima no apoyar a la persona que la había apoyado en sus momentos difíciles al empezar en el mundo del FBI.