capítulo ocho

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-¡Mira! Me regalaron un gato de peluche- le mostró Rin a su cuñada mientras su sobrina lo miraba con ilusión- ¡Es muy lindo!

-¿Quién te lo ha dado?- quiso saber su hermano mientras servía un poco de ensalada a su hija- ¿El chico de ayer? Y tu diciendo que no te interesa tu compañero de danza...

-Ya te dije que a él le gusta otra chica... quizás por eso se fue hoy del ensayo: Kagura, la chica que creo que le gusta, se metió en problemas y tal vez fue a ver como podía ayudarla.

-¿Entonces quien te lo dio?- quiso saber Akira.

-Kohaku, me lo dio mientras hacíamos un trabajo de historia y dijo que podíamos ir por helado después de clases un día...- su hermano y cuñada compartieron una mirada llena de intención que para ella no pasó desapercibida- ¿por qué se están mirando así?

-¡Porque vas a tener una cita!- exclamó contenta su cuñada- ¡Que emoción! ¿vas a ir después del club de danza o faltarás para ir?

-Yo... no tenía idea de que era una cita: pensé que iríamos con otros chicos de la clase porque no pude ir el viernes.

-No te preocupes de nada: ¡ir a citas es divertido!- Akira parecía muy entusiasmada con la idea- No debes estar nerviosa porque lo pasarás bien y seguramente va a invitarte a salir de nuevo.

-Yo no quiero que vaya.- declaró su hermano de pronto.

-¿Por qué no? Rin ya tiene 16 años y es normal que alguien quiera conocerla: es bonita y amable y... ¿tu mismo no dijiste que debía divertirse?

-Sí, pero no lleva ni siquiera un mes en la escuela nueva y el sujeto con el que salió el viernes resultó ser un idiota.

-¡A Katsumi tampoco le agradó!- declaró la niña de pronto, ganándose la atención de todos- No le compró nada bonito a Rin y papi dice que es un idiota, así que no me agrada...

-Además, ya sabes cómo es papá: va a poner el grito en el cielo si se entera que Rin está saliendo con tantos chicos al mismo tiempo.

-¡No estoy saliendo con nadie!- exclamó Rin con su rostro de color rojo- Yo... pensé que si íbamos por helado iría más gente.

-Rin no está saliendo con el ejército imperial japonés- la defendió su cuñada-, además nosotros empezamos a tener citas cuando estábamos terminando la secundaria.

-Pero era distinto: el pueblo es más pequeño que Tokio y los chicos de aquí son tan... tan...- el hombre suspiró antes de asentir un par de veces- puede ir, pero siempre que no sea de noche y nada de alcohol o cosas extrañas.

Akira miró a Rin entusiasmada mientras ella no sabía bien qué pensar: aquella realmente era su primera cita y, aunque al principio no se sintió muy segura, ahora le parecía buena idea, ya que Kohaku era amable, dulce y sí le parecía atractivo.

En cuanto terminaron de cenar, Rin se apresuró a ver si sus amigas estaban en línea para contarles las últimas novedades, pero ni Mika ni Aya respondían sus mensajes. En el tiempo que llevaba en Tokio, no había podido hablar mucho con ellas y temía que la distancia pudiera acabar con su amistad, pero estaba segura que una vez que comenzaran las vacaciones podría ir a verlas por unos días.

Durante el día domingo, Rin estaba en su cuarto haciendo su tarea con Katsumi mientras de tanto en tanto revisaba las fotografías que había tomado del pequeño tour que había dado por la ciudad. Le emocionaba mucho el estar conociendo la ciudad y esperaba que pudiese ir con Kohaku a alguna heladería divertida. Finalmente decidió publicar una de las fotografías que tenía con el gran danés que había encontrado camino al museo: era un perro hermoso y gigante y tal vez sirviera para que su hermano se decidiera a traer algún cachorro a casa.

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⏰ Última actualización: Feb 08, 2022 ⏰

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