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Ariadna point of view:
Febrero [Viernes 18] 17:40
Estoy de camino a mi departamento, Zeke pidió un Uber para mi, ya que él no podía llevarme. Estaba bien. Los últimos tres días habían sido una maravilla entre ambos. Los habíamos pasado solos en su departamento mientras veíamos alguna película, comíamos o simplemente con la compañía del otro. Y esos pequeños momentos se sintieron bien y, ahora es como si todo lo malo, los errores cometidos hubieran sido olvidados. Aunque en el fondo se siente como un deja vu, yo solo trato de ignorar ese sentimiento.
Al llegar al departamento veo que este está vacío, por lo que Erwin y Levi deben estar trabajando, aunque lo más probable es que vuelvan pronto. Yo no empiezo a trabajar hasta marzo, así que no tengo nada que hacer en estos momentos. Me dejo caer en el sillón, mirando el techo, es de un color celeste, como el cielo. El blanco es demasiado sucio y a Levi le desagrada todo lo que tiene que ver con suciedad. Sonrío al pensar en él.
Conocí a Levi el primer año de la universidad. Discutió con unos chicos, creyeron que podrían intimidarlo, pero resultó que Levi los intimidó, yo justo estaba ahí, por lo que no pude evitar soltar una risa al ver cómo los chicos se iban asustados. Nuestras miradas se encontraron y desde ese momento nos volvimos totalmente inseparables. Es un chico muy gruñón, pero eso solo hace que me agrade más. Es mi mejor amigo.
Luego, ese mismo año, conocimos a Erwin, y él se volvió como un hermano mayor para mí. Con su actitud calmada se veía dulce, quizás un poco serio, pero muy fácil de querer.
Los tres nos mudamos juntos; Levi y yo comenzábamos la universidad y Erwin ya la estaba terminando, compartir departamento era una gran forma de ahorrar dinero, y mucho menos aburrido. Tiempo después Erwin y Levi se hicieron novios y son una pareja adorable.
Él sonido de la puerta abriéndose me hace levantarme del sofá. Un pelinegro, con una mirada irritada en el rostro ingresa.
—Hola, Levi.
—Hola, Ari. —la indiferencia en su voz me hace mirarlo con atención.
Él camina hacía su habitación, para luego entrar a la cocina, me dirijo hasta ahí también y lo encuentro preparando dos tazas de té. Una de té negro para él y una de canela para mí.
Es verano y quizá hace mucho calor, pero para Levi el té era indispensable, no importaba el momento, siempre era la ocasión perfecta para beber un té.
Ambos comimos juntos, en silencio, mientras veíamos un poco de televisión, luego los dos nos quedamos sentados en el sillón.
—Así que ¿Cómo pasaste tu San Valentín con Zeke? —Levi rompe finalmente el silencio. Yo agacho un poco mi mirada, ahí estaba la pregunta. Es el momento de "la conversación", por eso la indiferencia en su voz durante todo este rato desde que llegó.
—Estuvo bien, ya sabes. —trato de ignorar la pregunta, no profundizar mucho en ella, ni en la conversación que se avecina.
—Llegó tarde otra vez, ¿cierto? —afirma como si pudiera leer lo que hay en mi mente.
—¿Cómo lo sabes? —algo extraño se empieza a formar en mi pecho, como un nudo formándose en él.
—El mocoso de Eren y la mocosa de Ymir estaban hablando de eso ayer en las clases particulares de Erwin.
No es como que me pueda enojar con Eren por eso, él y Ymir son primos, bastante cercanos, solo fue mala suerte que Erwin también lo escuchara.
—Oh. —muerdo mi labio antes de responder. —Llegó al día siguiente, pero era porque estaba ocupado, ya sabes con cosas del trabajo y así...
—Pero eso no es justo para ti, Ari.
No es justo para nadie supongo.
—Pero está bien. —le garantizo, con intención de que él se quede tranquilo. —Luego pasamos los siguientes días juntos, todo fue muy lindo.
—Todo siempre es muy lindo después ¿no? —la irritación en su voz es notoria. A Levi no le agrada Zeke. A casi nadie le agrada Zeke en realidad. —Es el mismo círculo de siempre. ¿Es que no lo ves?
El nudo en mi pecho se hace más grande, lastimándome. Sé que el pelinegro tiene razón de alguna forma, pero no respondo, porque no tengo ni la menor idea qué es lo que debo responder. Tienes razón, Levi, sé que es un maldito círculo en el que vuelvo a caer una y otra vez. Porque así es, no es la primera vez. Así que solo mantengo el silencio, sin darle la razón en voz alta.
—No es eso, lo sabes.
La puerta se abre y por ella entra Erwin, con su cabello rubio y figura imponente está a punto de saludarnos, pero cuando sus ojos azules nos ven directamente prefiere quedarse callado. La tensión en el ambiente es notoria; es como si ninguno quisiera seguir con el tema.
—Ari. —la voz de Erwin es la que suena para romper el silencio.
—No quiero hablar de Zeke. —respondo rápido, mirando a ambos muchachos en la habitación. El ruido comprende de inmediato el porqué del ambiente tan extraño. —¿Okey? no quiero hablar de lo que pasó el Lunes. Solo quiero ir a mi habitación. Nos vemos luego.
Me levanto del sillón, sin esperar alguna respuesta de alguno y camino directo a mi habitación. Apenas cierro la puerta tras de mí, me lanzo sobre la cama y cierro los ojos. Sé muy bien que Levi en el fondo tiene toda la razón. A veces mi relación con Zeke es un círculo constante. Pero no quiero admitirlo, menos en voz alta, darle la razón a las palabras de Levi significaría volverlas reales, completamente reales. Y yo no quiero creer que son reales. Aunque a veces querer a Zeke se sienta como un problema.
Trato de no pensar demasiado, aunque se me hace imposible, todas las palabras de Levi y los actos de Zeke dándole la razón al pelinegro aparecen constantemente, como un carrusel dando vueltas vueltas.
Ignoro esos pensamientos, los ignoro como ignoro todo a mi alrededor en este momento. Mantengo los ojos cerrados y me pierdo en la oscuridad de los recuerdos.
°°° Carousel - Melanie Martinez
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