Sigo Esperando

Capitulo 1

Capitulo 1
                                                                       Lena
Todo el mundo dice que un corazón roto es más vengativo que uno sano, también decían que tenias un glow up después pero eso solo le pasa a algunas, futuras chicas de revista…
Como Lena, una estudiante de 17 años con un cuerpazo de revista y unas pestañas muy largas, la típica chica que sale de fiesta y la entran hasta los seguratas.

Lo que no sabe nadie es que a Lena le costo mucho llegar a donde estaba, era la chica más popular del instituto, trabajaba en discotecas, y la iba bastante bien, pero, siempre hay un pero, Lena no estaba conforme con eso, a los 5 años sabia que era el dinero, a los 10 años ya sabia lo que era empezar a desarollarse, y a los 14 le enviaron su primera fotopolla sin tener que hablar.

Sabia lo que quería desde pequeña, asi que a los 17 dejo su larga vida de soltera y se echo pareja, Angel, un chico con aspecto angelical, culo en su sitio y pelo rizado, pero con un carácter complejo.

Cuando lo dejaron al principio Lena se lo tomo bastante bien, a las dos semanas recayó en una depresión, no salía de la cama ni para comer, empezó a drogarse con marihuana y termino pillando un 10 cada semana para poder fumar tranquila en su cuarto.

Pero eso no impidió que después de dos meses reapareciera de nuevo con un look totalmente distinto, tatuajes por todo el brazo y el muslo, piercings, pelo negro extremadamente largo y un cuerpo que parecía maravilla divina, pero no solo eso había cambiado, había conseguido que la conocieran en todos los institutos de la zona, había follado con más de 20 tios, y tias, incluidas de vez en cuando, ahora mismo Lena era imparable, y ahí mismo fue, pasando por el pasillo del instituto cuando descubrió que era guapa, y a los dos días ya se propago por el instituto que era la tia más buena, a la semana ya estaba hablando con hombres que la doblaban la edad.

Cuando la conocí yo, nos remontamos a hace 3 días, acaba de salir del reformatorio, me esperaban mi madre y mi hermano, llevaba ahí como 3 meses, me había perdido todas las fechas importantes, el cumpleaños de mi hermano, la entrada de mi madre en su nuevo trabajo fijo…

-¿Cuánto tiempo no, capullo?-

-Que pasa hermanito, ¿tenias ganas de que saliera ya o que?-

-¿Y a tu vieja no la vas a decir nada o que?- dijo su madre desde el coche con un cigarro en la boca.

-Hola mamá-

-¿No me vas a decir que tal ahí dentro?-

-Mamá creo que no es momento ahora, acabo de salir déjame un día y mañana me llamas- dije corriendo subiéndome en el coche de Arnol, mi mejor amigo.

La verdad es que no sabia de que conocía a Arnol, solo se que un dia estaba abajo en la plaza con los chavales y nos caimos bien sin decir ni una sola palabra, a partir de ahí donde iba uno iba el otro.

-¿Eres un capullo lo sabes no?-

-Yo también te he echado de menos- dije a la vez que subia la música del coche, un deportivo.
La verdad es que Arnol tenía el suficiente dinero como para permitírselo, el típico niño de papá millonario de la mora.

-Axel…- dijo Arnol muy concentrado mirando a la carretera- Candy… a preguntado por ti-

Mire a Arnol con una cara que como dijo Bad Bunny, si las miradas mataran, y asi fue, explicación, antes de mis antecedentes INJUSTIFICADOS, tenía una vida, ya sabes una novia perfecta, rubia, cuerpazo, encantadora, y un mejor amigo noble, leal, ya sabes yo era como Arturo, Candy como Ginebra y Arnol como Lancelot.
Y como paso en la peli Candy me fue infiel con Arnol, asi que quede como un desgraciado.

-Candy ahora mismo- miro a Arnol fijamente- Me suda la polla-

En el camino a casa de mi madre me fije en que había una tienda nueva.

-¿Es la tienda nueva del barrio?-

-Si, aquí se venden los famosos globos, supongo que abras oído a hablar de ellos-

-Claro-

-Espera en el coche voy a pillar cerveza- dijo Arnol, yo solo me limite a observar, pude ver comida, cigarrillos, chuches, pero también vi que había una pistola debajo de la mesa del mostrador y un tio que iba al instituto rapado y con unas pintas de camello de flipar.

Ese tio y yo nos miramos fijamente, el desde su sitio y yo desde el mio, cada uno a una distancia, había algo claro.
Ya nos odiábamos mutuamente.