Capítulo 24

36 17 14
                                    

Gabriela Ortiz

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Gabriela Ortiz.

Estaba molesta, ya habían pasado dos semanas que había acabado todos los tramites de la titulación y a casi todos les dieron su certificado y su título universitario menos a mí, resulta que lo habían mandado a un lugar fuera de la ciudad y me tocó ir a recogerlo.

Iba en mi carro escuchando a Morat, todo iba relativamente bien, hasta que sonó "mi suerte" y me fue imposible no pensar en Adam, todo ese tiempo no le había hablado, aunque él seguía firme con que podíamos volver a intentarlo, la verdad es que tenía mis dudas en eso, me daba miedo, o bueno tenía una sensación de miedo, no quería que me mintiera, no otra vez, no estaba ya tan enojada, pero mi inseguridad seguía ahí.

Mientras más pasaban las canciones empecé a llorar, pues me di cuenta de que lo extrañaba de más, me sentía mal pues habíamos vivido muchas cosas juntos y fueron muy significativas para mí, Adam fue el único chico que causo tanto en mí y lo extrañaba, extrañaba esos besos cálidos, sus abrazos, extrañaba tocar su piel, cada caricia y cada "te amo".

A pesar de que ya habían pasado varios días, no me había puesto a pensar que tal vez sí era buena idea lo de volver a empezar.

Iba pensando en que tenía que tener el valor de volver a hablarle a Adam, él fue comprensivo cuando le dije que necesitaba un tiempo para procesar todo y pensarlo bien, pero ya era tiempo de volver a hablarle, lo de mi padre ya había pasado, seguían buscándolo, pero ya no estábamos involucrados en eso.

Más bien ya no sabíamos nada de él y eso de alguna forma me mantenía tranquila.

Nunca me había sentido tan decidida de algo, mi concentración iba en el camino y en la música, fue hasta que una patrulla se me atravesó en el camino y frené drástica mente causando inercia en mí y casi matarme con el volante de mi auto.

Me quedé sorprendida y asustada, vi como un guardia bajó de la patrulla y se fue acercando.

Yo me arreglé el cabello pues había quedado un poco desordenado.

El guardia se puso de lado de la ventana y tocó para que la bajara, lo cual hice.

—Señorita Ortiz ¿Para dónde va? — preguntó.

—Afuera de la ciudad ¿Por qué?

— ¿A que va?

—Por mi certificado y mi título universitario ¿algún problema?

—Sí, nos reportaron que no dejáramos salir a nadie de su familia.

¿Qué? 

Parpadeé perpleja.

— ¿Disculpe? ¿Por qué?

—Su padre ha hecho varios actos de presencia y al parecer se quiere acercar a ustedes.

Yo le dije que no volviera, pero no me hizo caso.

—Pues tal vez ha intentado acercase a nosotros, pero no sabemos nada de él.

Déjame amarte [Completa ✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora