𝐄𝐂𝐎 [Sunnew] ©︎

Capítulo 29

Sábanas frías a mi alrededor
Un débil cuerpo lleno de sudor
¿Pesadillas? ¿Tormentas?
Entre neblinas y llantos
Mis ojos supieron ver con claridad
Dejándote ir con libertad.

Hermosamente dejaba de temer
Fascinantemente comenzaba a desear
No pesadillas, más voces llamándome,
molestándome, intimidándome
Fantasmas navegando en mi cabeza
Nadando en aquel mar infinito.

Del destino hablan muchos
Citándolo entre ruidos,
olvidando la realidad de los sueños
Harto, harto, harto
Si de destino se tratase,
¿Por qué el dolor permanece?

9:13 PM

Ambos corriendo desesperados por los pasillos del aeropuerto, perdiéndose entre camino por lo espacioso del lugar, topándose con gente por accidente con el propósito de llegar rápido a la aerolínea. Ambos apresurados, pero amando sin duda alguna el ambiente tan movido en el que se encontraban, porque incluso teniendo sus maletas en mano, eso no fue impedimento para que dejaran de correr a altas velocidades.

Perdiendo el nivel regular de sus respiraciones, llegaron a la tan esperada aerolínea donde Hyunjoon los esperaba ansioso, creyendo que tendrían que atrasar el vuelo para otro día por haberse perdido entre las calles de la ciudad. Una mirada de alivio se mostró en sus ojos, caminando a ellos con calma y a la vez viendo cómo se detenían entre risas mientras balanceaban sus cuerpos poniendo sus manos en los hombros contrarios.

—Ahh ustedes dos..., creí que no llegarían. —dijo Hyunjoon al verlos más calmados.

—Sobre eso..., el señor del taxi no nos entendió y acabamos en un lugar diferente. —habló Chanhee cuando relajo más su respiración, tratando de dar una expresión seria.

—¿Y qué hay del traductor? —tanto Juyeon como Chanhee se miraron a los ojos en cuanto escucharon esa pregunta, sonriéndose y volviendo a estallar en risas en cuestión de segundos. ¿Y cómo no hacerlo? Una tarde explorando lugares turísticos que Beijing les brindaba, conociendo museos, parques, edificios, tiendas de ropa, y restaurantes a los que humildemente solo visitaron su diseño interior. Una tarde en la que ciertamente ambos se perdieron de la realidad, beneficiándoles, y trayéndoles calma.

—Es una larga historia, Heo. ¿Nos vamos? —Chanhee lo observó luego de volver a calmar su risa, así él y Juyeon pudieron dejar sus maletas con éxito para enseguida dar sus boletos y adentrarse a su avión privado. El diseño de este fue bastante diferente a comparación del otro, pues de un viaje de noche se trataba así que las luces led color azul que se mostraban debajo de cada asiento y sección, fue realmente hermoso de ver.

Chanhee y Juyeon tomaron asiento juntos mientras que Hyunjoon tomaba lugar sobre una sección al lado de ellos, poniéndose en contacto con Jacob avisándole sobre el proceso que llevaría a cabo traer el cuerpo de Sangyeon de vuelta a Corea. Entonces su avión dio marcha al fin, listo para salir del país. Todas las luces se apagaron, dejando ver un único brillo azul, un brillo que simplemente le trajo nostalgia a Chanhee, adorando ver la intensidad de tal color, perdiéndose justo cuando una azafata llegó a brindarles bebidas.

—Yo estoy bien por ahora, gracias. —amablemente respondió Juyeon.

—Estaría bien un Martini para mí, por favor. —respondió luego Chanhee.

—Lo mismo para mí, gracias. —dijo luego Hyunjoon, teniendo que alejarse de su asiento para contestar la pronta llamada que tenía sobre la pantalla de su teléfono, tratándose de Jacob, sabía que la tendría que tomar no importara que.

La azafata obteniendo información de las bebidas, sacó una botella de Martini Bianco junto con una copa de cristal. Ahí frente a los chicos preparó la bebida hasta que estuvo lista, dejándola con amabilidad y elegancia frente a la mesa de ambos, lo mismo hizo con la bebida de Hyunjoon, colocándola en su mesa. Chanhee agradeció, tomando con cuidado la copa y observándola mucho antes de comenzar a beber, definitivamente ese color azul no dejaba de llamarle, provocando un inexplicable dolor en su corazón que quería dejar ir, pero por alguna razón seguía ahí. Queriendo ignorar sus emociones, bebió a la vez que tomaba la mano de Juyeon, entrelazando sus dedos con los de aquel, sintiendo como calmaba entre cada tic tac del reloj.