A primera vista.

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A mi relativamente corta edad, siento que mi vida es muy monótona y vacía, que jamás nada interesante pasa en ella. Es levantarme, trabajo como recepcionista en un hotel, ir a casa y dormir, todos los días y es realmente cansado, sólo de vez en cuando salía con mi mejor amiga pero debido a su apretada agenda no era muy seguido, siempre espero que algo pase, lo más mínimo, algo que cambie mi día, que haga la excepción, pero no.

-Hola Richard.

-Hola Grace.

Otro día en la interesantísima recepción del hotel.

-¿Lista para otro divertido día de trabajo?

Le dirijo una mirada asesina a Richard, sólo se burla de mí.

-Huy, bueno, sólo no me mates.

-Lo siento, es que sabes lo más que aburrido que es esto, ni se merece hacer chistes acerca de la diversión.

Sólo alza sus hombros en un '' ¿qué se puede hacer? '' y listo.

Pasa el día, como era de esperarse, más que aburrido y solitario. Ya casi era hora de irme, si acaso me quedaba tiempo para una persona más, y así fue, alguien entró por la puerta principal. Un tipo alto, fuerte y bastante atractivo, jamás había visto a alguien como él, parecía una visión, una que todas las mujeres desean. Caminó con tanta masculinidad hasta quedar frente a mí.

-Buenas noches.

Me perdí en sus increíbles ojos azul verde. Eran realmente hipnotizantes. Richard me golpea levemente el codo al ver que no respondo.

-Oh, sí, mjm, buenas noches, ¿en qué podemos ayudarle?

Ríe en una leve media sonrisa, seguramente burlándose de mi torpe acción.

-Una habitación por favor.

-Oh, sí, claro. Escriba sus datos en esa hoja, por favor.

Le doy un formulario y un bolígrafo, los toma. Sus manos y su voz son tan varoniles, como todo él.

-Aquí tiene señorita.

Me regresa la hoja y el bolígrafo.

-Claro, emmm, su- su habitación es la 209, aquí tiene.

Le di una tarjeta para la habitación, la tomó con mucha amabilidad.

-Gracias, y hasta luego...Grace.

Dijo mirando mi gafete y se fue con una sonrisa tan seductora, no puedo creer que un hombre así exista. Cuando entró al elevador me quedé en silencio y recordando sus hermosos ojos.

-Alguien se enamoró.

Dijo Richard en tono burlón sacándome de mi hipnosis.

-C-claro que no, no seas tonto.

-Pero si hasta nerviosa te puso el tipo ese, mira, casi estás sudando.

Toco mi frente y es verdad, tiene una leve capa de humedad.

-Ay, es que hace calor, y ya, mi turno terminó.

Richard se rió, tomé la hoja para archivarla y veo su nombre. Till...

Llegué a mi casa a las 9:00 pm, me quité el uniforme lo cual es liberador, tomé una ducha rápida y me alisté para dormir. Ya casi eran las 10 y llegó un mensaje a mi celular.

''Grace, ¡amiga! ¡Hermana del alma! ¿Cómo estás? Sé que mañana es tu día libre y yo también lo tengo así que pensaba que fuéramos a comer a ese restaurante que tanto amas, ¿Qué dices? Besos;)''

OneShots De Till LindemannDonde viven las historias. Descúbrelo ahora