036. Lee Areum.

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Dentro de su frío apartamento se pone manos a la obra para cambiar un poco su perspectiva de las cosas, aun si debe obligarse a hacerlo

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Dentro de su frío apartamento se pone manos a la obra para cambiar un poco su perspectiva de las cosas, aun si debe obligarse a hacerlo. Se da una rápida ducha para poder ir en búsqueda de Chaewon para distraer su mente de los mil pensamientos intrusivos que lo arremeten. No admitirá esta nueva y ridícula necesidad que le ha surgido de la nada por comenzar a tener citas. Hoseok sólo quiere ignorar sus ganas de golpear la puerta de su vecino y hablar sobre lo que pasó.

La puerta de entrada a la casa de Chaewon es la misma de sus recuerdos más lindos de su amistad antes de que se alejaran. Cuando no iba admitirle a Yeun que había sentido ganas de besarla en ocasiones, porque no tenían ese tipo de relación en que se pueden permitir hablar de ciertas cosas. Era probable que ésta le lanzara todo lo que encontrase en casa.

—Buenas noches —saluda Hoseok una vez la mujer se instala en el asiento copiloto de su vehículo.

—Director Jung —dice ella con una sonrisa pintada de labial rosa.

—Estás muy linda.

—Gracias.

Ambos se ríen por lo extraño de la situación, pero el ambiente mejora una vez avanzan camino al restaurante que Hoseok ha elegido, donde sabe que no encontrará ningún conocido que arruine su velada con preguntas o su simple presencia.

La noche transcurre sin problemas. Chaewon parece más cómoda que en un principio y eso le quita dudas a Hoseok sobre la mala idea que podría haber sido el pedirle una cita tan de la nada. El restaurante se llena de la risa escandalosa de ambos, llevándose un par de miradas encima que sólo les hacen reír mucho más.

—¿Te incomoda si te invito a mi casa? —pregunta Chaewon. Hoseok se enfoca en ella al instante—. Tengo un vino exquisito que tienes que probar. Me lo trajo mi padre de Alemania hace unos meses. Di que sí —insiste de manera infantil—. Por los viejos tiempos.

Hoseok finge que se lo piensa, recibiendo un suave puntapié en la pantorrilla.

—Debo conducir —menciona vacilante, sólo por hacerse de rogar, porque le encanta.

—Puedes quedarte. Aunque no vivo sola. También puedes pedirte un taxi y por la mañana pasas a buscarlo. Anda, no seas aburrido, Seokkie. —Chaewon sonríe amplio apenas Hoseok acepta.

El viaje de vuelta a casa es extenso y divertido. El tráfico es eterno como día lunes, pero a ambos se les pasa como si nada debido a la confianza que parecen recuperar. Hoseok se pregunta por qué no había pensado en volver a quedar con Chaewon como antes. La respuesta más clara es que estaba demasiado encantado en su nueva amistad con Min Yoongi, pero pensar en él no quiere tenerlo como opción. Esa amistad que posiblemente ya no tiene vuelta. Su mente se niega a evitar que suceda, pero él pretende dejarlo estar de todos modos.

Chaewon convive con dos personas más. Un par de amigas que llama «las más grandes de su infancia y toda su vida»: Lee Areum, una chica casi de su misma altura con un largo cabello teñido de rubio; y Kang Hisoyu, la más baja de las tres, con una melena teñida de naranjo. Ambas se encuentran en la casa cuando ellos llegan y los acompañan en su pequeña gran travesía de beberse un par de botellas de vino costoso como si fuese agua.

Dulces de humo ✎ yoonseok.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora