Después del cumpleaños de Midorima, pasaron unos meses en los que Takao finalmente pudo dedicarse por completo a la creación de su pintura, haciendo uso del regalo que Midorima le había dado, y si era honesto, la verdad es que estaba quedando muy bien.
Takao nuevamente tomó un paso atrás para ver desde otra perspectiva su pintura. Era una pintura de estilo realista, así que tenía que poner en extremo atención al detalle, además que quedaba una semana para el evento, así que tenía que apresurarse, aunque la pintura ya estaba prácticamente terminada, solo faltaba mayormente los detalles.
Los últimos días, Takao casi no había tenido oportunidad de visitar a Midorima, pero Takao sabía que el otro lo entendía, pues le había avisado de ante mano que no podría estarlo visitando con el fin de enfocarse en su trabajo.
Aún así, Takao intentaba aunque sea mandarle un mensaje a diario y mantenerlo al tanto de sus avances, más no revelando de que era la pintura, pues sería una sorpresa para cuando Midorima fuera a verla en la exhibición.Aunque... Eso nunca pasaría...
Ese día había comenzado bastante normal, Midorima se había despertado como siempre, y había recibido un mensaje de Takao en el que le contaba que finalmente había terminado su pintura con 2 días antes de la exhibición, y
todo estaba relativamente bien... Hasta que no lo estuvo...
Avanzada la mañana, Midorima empezó a sentirse extraño, se sentía mareado, con náuseas y se encontraba sudando profusamente aunque sentía que se estaba congelando por dentro. Le dolía el pecho y sentía que le faltaba el aire.
Intentó calmarse y controlar su respiración, sabía que ponerse como loco solo empeoraría todo, más de repente parecía como si su cuerpo ya no quisiera responderle más y colapso en el suelo, llevándose una mano al pecho sintiendo como si tuviera una enorme presión ahí.
Cómo pudo se arrastró hasta el botón para llamar a la enfermera y lo presionó con la fuerza que le quedaba.
No pasó ni un minuto cuando una enfermera entró corriendo, siendo seguida por todo un equipo.
La mujer se arrodilló a un lado de Midorima mientras le daba órdenes a los demás.
Midorima empezó a sentir como si estuviera hundiendo en el océano, las voces a su alrededor comenzaban a sonar lejanas y entonces lo supo... Eso era todo... Así es como terminaba, se estaba muriendo...
Sabía que iba a pasar en algún momento, estaba seguro que había hecho paz con ese pensamiento, por eso no quería aceptar la confesión de Takao, por eso no quería que Takao se enamorara de él...
Takao... Qué iba a ser de él ahora? Iba a extrañarlo? Iba a sufrir por él?
De haber podido, Midorima se habría reído de lo estupidas que eran sus preguntas. Claro que Takao iba a sufrir, Takao lo amaba y el lo sabía, porque Midorima había sentido la sinceridad en su amor... Era tan hermoso ese amor que Takao le tenía que dolía... Y era tan injusto... Tan injusto que no pudiera experimentar ese amor por completo, que no pudiera estar con el brillante muchacho que amaba hasta poder envejecer juntos, no iba a poder estar con el porque... Se está muriendo en ese mismo instante...
-Traigan un desfibrilador! No está respirando, no hay pulso!- informó la enfermera mientras comenzaba a realizar RCP en un intento de comprarle más tiempo al joven de cabello verde
Y fue entonces que Midorima sintió miedo, no quería morir... No quería morir todavía...
Su mente viajó a la libreta que escondía bajo su almohada, en la cual había escrito todas las cosas que quería hacer antes de morir... No había cumplido ninguna...
Nadar en la playa.
Jugar baloncesto.
Pararse bajó la lluvia.
Jugar en la nieve.Había tantas cosas...
Besar a Takao...
Y no pudo hacer ninguna...
No quería que todo acabará así, no quería dejar a Takao, ni a sus amigos...Quería vivir.
Quería vivir...
.
.
.
.
.-Y? Qué piensa?- le preguntó Takao a su profesor, mostrándole la pintura ya terminada
-...Es... Maravillosa Takao- le felicitó su profesor con una sonrisa- El detalle es increíble, y realmente puedes sentir la emoción detrás de ella...
Takao sonrió ampliamente, se había esforzado mucho, y al final, había elegido pintar a Midorima, así que la emoción había sido fácil, no podía esperar a que Midorima la viera, estaba seguro que la amaría.
Midorima... No lo había visitado hace unos días, después de la revisión con su profesor debería ir a visitarlo y tal vez darle un pequeño vistazo a su pintura, aunque no se la mostrará completa, así se podría hacer una idea de que esperar.
Así que cuando terminó la revisión con su profesor, Takao cubrió su pintura con un protector y salió del lugar camino al hospital.
En cuanto llegó, de inmediato se dió cuenta de que algo andaba mal, y su corazón se encogió en su pecho cuando reconoció al padre de Midorima con los ojos rojos hablando con un doctor, y a su madre llorando desconsoladamente en uno de los sillones mientras se abrazaba a ella misma.
Y no muy lejos de ahí, en una esquina, Takao vió a Kuroko parado frente a un ventana, evitando la mirada de los demás. Su cuerpo temblaba levanta debido a los sollozos y las lágrimas corrían a montones por sus mejillas.
Takao se preguntó, qué podría estar causando tanto dolor a estas personas?
Y encontró solo una respuesta, una respuesta que no le gustaba para nada...
Con pasos temblorosos se acercó a Kuroko, el cuál levantó la mirada al escucharlo acercarse, y al verlo, su expresión usualmente sería y tranquila se transformó en una horrible mueca de dolor y su llanto empeoró.
-Lo siento mucho Takao...- susurró Kuroko con la voz quebrada entre sollozos
Antes de que Takao se diera cuenta, las lágrimas ya estaban callendo por sus propias mejillas.
-q-qué pasó?... Dónde está Shin-chan?- preguntó forzando una sonrisa, esperando no recibir la respuesta que tanto temía, pero sabía que iba a tener...
-Midorima... Midorima-kun...- Kuroko intentó decir, y fue cuando el doctor se acercó a ellos, mirando a Takao con lastima
-Lo siento mucho, pero el joven Midorima acaba de fallecer hace poco...- finalmente el doctor le dió la sonrisa
Takao se quedó quiero en el lugar y de repente todo el color en el mundo desapareció, quedando gris y oscuro...
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El Color De Tu Amor (Midotaka)
Hayran KurguTakao es un joven artista el cual está perdidamente enamorado de su mejor amigo Midorima. Lo malo, a Midorima no le queda mucho tiempo, y cuando muere, Takao creyó que nunca lo volvería a ver, hasta que apareció él...