Capítulo 6

119 12 0
                                    

Narradora

Han pasado 7 meses, Adrien ha logrado ganar más valentía y fuerza con el pasar del tiempo, su hija es una saludable y linda bebé, Nino no lo ha ido a ver desde que Alya habló con él. Marinette no piensa esperar un minuto más para llevar a cabo su venganza en contra de Gabriel Agreste y recuperar a su hija desenmascarando así al hombre que le causó tanto dolor hace meses atrás. Ella estuvo averiguando cosas de Gabriel Agreste, y se estuvo preparando para el gran momento Alya sigue preocupada por ella al no saber qué hacer le da miedo que Marinette se deje llevar por su odio y deseos de venganza.

Por otro lado Gabriel Agreste sigue siendo el mismo hombre frío, cortante, egoísta y muy poco empático con su familia y personas del exterior, aunque el ama a su familia es muy poco demostrativo sobre todo a su nieta. Emilie sigue pendiente de su hijo y nieta, defendiendo a ambos de las manipulaciones de Gabriel quién intenta imponer su voluntad cada que se le da la gana.

—No dejaré que hagas una locura.

—¿Y es que acaso te tengo que pedir permiso Alya?

—Marinette.

—Ni tú ni nadie me detendrá para devolverle a ese hombre todo el daño que me ha hecho sentir desde que lo conocí, nadie.

Marinette está decidida a realizar su venganza, cambió su peinado se dejó crecer su cabello y ahora usa un mechón grande de este hacia atrás hecho trenza y el resto suelto, se viste ahora de manera más "madura " apesar de ser menor de edad aún, es fácil que ahora la confundan con una mujer adulta cuando solo tiene 17
años y tiene una hija, también aprendió defensa personal en los últimos 7 meses
y ya no hay nada que la detenga.



Vas a pagar muy caro el haberme arrebatado a mi hija Gabriel Agreste eso te lo juro.

Luce físicamente más bonita que
antes debido al embarazo y ejercicios
que prácticó.

Ahora está parada mirando fijamente una de las empresas más grandes y famosas de Gabriel Agreste la cual logra que él y su familia tengan la mejor posición económica que una persona pueda tener. Sonríe de lado luego logra divisar al hombre del cual se va a vengar muy pronto, saliendo de la empresa con algo de apuro, él obviamente está tan distraído que no nota la presencia de la peli azul hasta que ella habla.

—Gabriel Agreste—Él se detiene y se devuelve. Marinette se quita sus lentes
de sol para ver bien al hombre que nombró.

—¿Marinette?

—¿Cómo está? Cuánto tiempo ha
pasado sin verlo.

—Qué haces aquí.

—¿Por qué lo pregunta? ¿Acaso no puedo pasear por donde se me da la gana?

—Creo que olvidaste lo que hablamos-

—Claro que no me he olvidado de eso
para nada, lo recuerdo perfectamente.

—Será mejor que te regreses a dónde estabas o me veré obligado a cumplir
mi advertencia.

—¿Me sigue amenazando apesar de todo?

—Porque te odio y te quiero lejos
de mi hijo.

—Le aseguro que ese odio es correspondido también, y lamento
también no poder complacerlo con respecto a irme lejos, yo soy libre de
hacer lo que me plazca y ni usted
ni nadie me puede controlar ni decidir sobre mí.

—Eres solo una mocosa insolente.

—Y usted un desgraciado sin corazón
que se atrevió a alejarme bajo a
amenazas de mi hija y del hombre
que amo.

—Cállate, deja de mentir.

—Claro no le conviene que se enteren aquí de las horribles cosas que ha hecho ¿No?

—Te advierto no te metas conmigo, soy mucho más poderoso e importante que
tú y con mover un dedo podría hacerte desaparecer para siempre y no
volverías a ver la luz del sol nunca más.

—Podré ser más joven que usted pero
en estos momentos sus amenazas no me intimidan para nada, ¿y sabe algo? Cuídese ya que en cualquier momento yo podría reaparecer en la vida de su hijo de sorpresa si quisiera- Las palabras de Marinette fueron interrumpidas por la palma abierta de Gabriel que la alzó con toda la intención de golpearla, pero aquel intento de golpe fracasó debido a que Marinette lo agarró
de su misma muñeca fuerte y firmemente.

—Quítame tus manos de encima.

—¿Dónde quedó todo su poder e importancia?

—¡Dije que me quites tus manos!—Él logró librarse quedando completamente sorprendido por la fuerza y rapidez de
su ex nuera.

—Que yo sea más joven no cambia nada, ahora puedo destruirlo cuando se me pegue la gana y hacer de su miserable existencia un infierno asique ya lo sabe, conmigo no vuelva a meterse o lo va a lamentar de la peor forma—Termina de decirle, se vuelve a poner sus lentes y se retira del lugar dejando al hombre sin palabras, llega al apartamento que está arrendando dónde tira las llaves sobre la mesa y se sienta en la silla a llorar, deja
los lentes  a un lado y se abraza a si misma.

—Juro que pagará por cada lágrima que me ha hecho derramar, lo juro por mi hija y por el hombre que más amo—Dice sintiendo enojo y dolor, Alya no sabe en dónde vive Marinette ahora, ella decidió no decirle nada para que  no intervenga en sus planes. Marinette se la pasó toda la noche pensando en su hija y las ganas de salir corriendo a verla la están consumiendo lentamente.

Gabriel quedó con unas ligeras marcas rojas en su muñeca derecha y cada vez que las mira siente rabia y miedo, le aterra la idea de que su familia sepa lo que le hizo a Marinette y sobre todo su hijo, si Adrien lo llega a saber odiaría a su padre para siempre y nunca lo perdonaría, y su esposa le pediría el divorcio.

—¿Estás bien Gabriel?

—Sí Emilie no es nada.

—¿Y qué te pasó en la muñeca?

—Nada importante, ¿Cómo está mi nieta?

—Ella está bien, Adrien la está bañando ahora.

—Iré a verlos—Fue a su habitación pero Adrien no se percató de su presencia, Gabriel los observa, su hijo se ve muy feliz con su nieta quién ya rie y todo se ha vuelto muy alegre.






Marinette y Gabriel no se han vuelto a encontrar ella prefiere hacerlo indirecta y disimuladamente sin que él lo note, ella aveces lo ve salir con su esposa incluso ya ha visto a Adrien con su hija en brazos salir pero se ha tenido que aguantar las ganas tan grandes que siente de ir.

—Un jugo de mango con leche por favor—Pide Marinette amablemente a la mesera que la atiende mientras se cruza de piernas y revisa su celular, 15 minutos después su jugo ya había sido dejado sobre su mesa.

—Disculpe la tardanza, tuvimos ciertos problemas con la leche, que lo disfrute.

—No se preocupe entiendo y gracias.


No podría dejarlo en quiebra, de hacer eso mi hija, Adrien y la señora Emilie pagarían las consecuencias de algo que no les corresponde, de algo que no es culpa de ellos y sería una injusticia, yo no puedo permitir algo así ese hombre tendrá que conservar su dinero.

Pensó mientras tomaba de su jugo sin prestarle atención a nada cuándo en eso algo la saca de sus pensamientos, ella siente que algo suave y un poco frío toca sus tobillos se siente como si fuera piel, se levanta con cuidado y logra ver a su hija gateando bajo su mesa, se sorprende y conmueve tanto que no puede evitar cargarla para verla y besar su cara.

—Al fin te tengo entre mis brazos mi niña hermosa—Le dice sintiendo sus ojos llenarse—No tienes idea de cuánto te he extrañado desde que te apartaron de mí. .

Emilie luce tan tranquila, ella deja sus pequeñas y suaves manos sobre las mejillas de su joven madre mientras succiona su chupete color rosa pastel y blanco.

Adrien se da cuenta de que Emilie no estaba donde la había dejado, e inmediatamente va a buscarla, lo que
no se esperaba para nada era encontrarla en brazos de una mujer que al acercarse
se quedó completamente petrificado.

—¿Marinette?

El Engaño • MLB.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora